4. ¿Concilio?

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Desperté en mi habitación como ya se me estaba haciendo costumbre, decidí darme un baño y ponerme un vestido puesto que Aragorn me dijo que hoy descansaríamos. Llevaba ya 1 semana aquí y desde que desperté no había parado de entrenar, pasar tiempo con los hobbits y leer todo libro que me encontrara, había ya terminado unos 40 tal vez y la biblioteca tenía aún mucho que ofrecerme. Frodo aún no despertaba pero Lord Elrond aseguraba que pronto lo haría, pues sus heridas habían sanado casi por completo. Sam no se despegaba de su lado e incluso yo lo visitaba de vez en cuando y le leía algo.

Terminando de vestirme me dirigí a las cocinas y desayuné algo, los elfos comen principalmente frutas, verduras y todo lo que les brinda la tierra y no suelen comer mucha carne, lo cual me agradaba. Pasé un rato hablando con algunas elfas hasta que me encaminé al Río Bruinen, Rivendell está rodeado por el Río Bruinen así que no tuve que caminar mucho, sino que apenas tuve que salir para verlo.

Estuve un rato leyendo hasta que decidí intentar hacer crecer una flor, acaricié con mis manos la tierra que yacía bajo mis pies y poco a poco fui logrando que un pequeño retoño saliera a la luz, me sentí muy feliz al ver cómo iba controlando mis dones cada día más y vi como Gandalf se aproximaba a mí.

-Es una hermosa flor la que crece ahí, es un buen trabajo- me comentó.

-Gracias- respondí amablemente.

- Me gustaría mostrarte algo, es algo que te has ganado con todo tu esfuerzo de ésta semana, acompáñame.

Sin más comencé a caminar junto a él mientras platicábamos alegremente, me platicaba como los Lexir podían entender cualquier lengua ya fuera élfico, humano o leer runas enanas, exceptuando claro las lenguas oscuras como la de Mordor, cosa que agradecía pues no tenía la más mínima intención de entender ese tipo de lenguas.

Llegamos a un pequeño salón en donde no había mucho que ver: algunos tapices y uno que otro baúl. Gandalf sacó un baúl y lo abrió mostrando una hermosa espada. No parecía haber sido utilizada pues no mostraba ninguna rayadura o signo de oxidación.

-Ésto, es tuyo, te lo has ganado con tu esfuerzo. Una gran espada para una gran guerrera- me dijo mientras me la entregaba.

La tomé entre mis manos y la observé con admiración, tenía algunos grabados en su mango y era tan liviana y delgada que demostraba su precisión, filo y belleza en todo su esplendor.

-No tengo palabras Gandalf, éste es el mejor regalo que hay, gracias- dije tan emocionada como si fuera un niño con juguete nuevo.

-Es lo que te mereces, he notado tu gran avance no sólo con la espada, sino también con cualquier tipo de arma que hay, has hecho un buen trabajo- me respondió.

-Bueno, no me llevaré el crédito sola, creo que Aragorn me ha enseñado bastante bien.

-Eso es algo que no se puede negar, ahora carga tu espada y prepárate para la comida.

-Claro Gandalf, gracias de nuevo- dije antes de salir del salón junto con mi nueva espada.

Salí a contarle a Aragorn y me felicitó por eso, también le dije a Arwen quién reaccionó de la misma manera que Aragorn, no sin antes mencionar que era de admirar mi trabajo pues no cualquier elfa o mujer se interesaba por estas cosas. De pronto vi a un elfo corriendo en busca de Gandalf, le pregunté que ocurría y me respondió: Frodo había despertado.

Vi como Gandalf se aproximaba al cuarto de Frodo y decidí ir a avisarle a Pippin, Sam y Merry, que se alegraron tanto que salieron corriendo hacia la habitación de Frodo. Lord Elrond se enteró de la noticia y salió también al mismo destino que los hobbits, mientras que Aragorn y Arwen decidieron esperar a la hora de la comida.

Caminé hacia el cuarto de Frodo y vi como los 4 hobbits se abrazaban, Frodo me vió entrar y me sonrió, le devolví la sonrisa mientras me presentaba con él y luego de intercambiar algunas palabras salimos del cuarto todos para ir a esperar la comida y darle tiempo a Frodo para que se aseara y fuera a ver a su tío. Después del reencuentro de los dos hobbits todos fuimos a comer y de ahí cada quien fue a hacer diversas cosas, los 4 hobbits se pisieron a platicar y poner al tanto a Frodo de todo lo ocurrido los últimos días, lo cual no era muy divertido que digamos pues no había pasado nada relevante, mientras tanto yo agarré mi arco y me dirigí a un pequeño bosque cerca de ahí en donde puse varias marcas y lanzando flechas atiné a cada uno de mis objetivos.

Mientras corría y tensaba mi arco caí en cuenta de algo, Frodo había despertado y él no había llegado a Rivendel herido nada más porque sí, sino que él se lastimó tratando de cumplir una misión que el mismo Gandalf le había puesto. Cuando yo desperté y supe de Frodo pregunté la razón por la cual él había sido lastimado y Gandalf me contó todo lo que necesitaba saber para comprenderlo, lo que significaba que ahora con Frodo despierto se debería tomar una decisión de lo que pasaría con el anillo, había visto como Lord Elrond pensaba y daba vueltas en su mente con todo lo que le proponía Gandalf, pero noté que Lord Elrond no tenía intenciones de que el anillo se quedara en su pueblo y en parte lo comprendía, pues Rivendel en poco tiempo se quedaría sin elfos y ya no sería un lugar seguro para el anillo, sin descartar que el poder de éste y toda la muerte que traía no era opción para Rivendel, nunca podrían defenderlo tan bien.

Decidí terminar mi entrenamiento e ir hacia mi habitación, recogí de los árboles las flechas que había lanzado mientras intentaba sanarlos un poco, llegué a mi habitación y me di un baño, después pasé a la biblioteca para leer un poco antes de la cena y cuando el sol se empezaba a ocultar vi que era tiempo de la última comida del día y me dirigí hacia el comedor. En mi camino pude ver como en un pasillo discutían Lord Elrond y Gandalf, sabía que estaba mal espiar pero el chisme llamaba a mi alma, me oculté detrás de unas plantas y comencé a escuchar.

-Estas tierras se vaciarán, no podemos  proteger el anillo Gandalf y lo sabes, mis elfos ya comenzarán a partir a las Tierras Imperecederas en poco tiempo y no podremos hacer nada, es demasiado grande para nosotros- dijo Lord Elrond.

-Necesitamos hacer algo, de esto depende toda la vida de la Tierra Media- respondió Gandalf.

-¿Pero a quién pedirás ayuda? Los elfos se están yendo y los enanos sólo ven por sus propios fines.

-Deberemos poner nuestras esperanzas en los hombres.

-Los hombres no tienen voluntad, yo mismo vi el día en el que la fuerza de los hombres se fue para siempre, no hay nada que los pueda salvar.

-Hay uno que los podría unir- respondió Gandalf ¿quién?.

-Él escogió el exilio desde hace mucho tiempo- dijo Lord Elrond- he convocado un concilio para decidir qué es lo que se hará, llegarán aquí en máximo 5 días- finalizó.

Vi como comenzaban a caminar hacia el comedor y me apresuré a llegar antes sin ser vista, todos comimos en silencio a excepción de unas pocas palabras de los hobbits y unas bromas de Pippin, ese chico se metía en cada problema posible junto con Merry.

Al terminar la cena todos se dirigieron a sus cuartos, yo me recosté pensando en qué es lo que se haría, Lord Elrond había convocado un concilio, lo que significaba que representates de todos los reinos llegarían y buscarían una solución a éste problema, ¿pero qué solución podría haber?, sin más, me dormí.

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HOLAAA, espero que la estén pasando bien a pesar de la cuarentena y todo ande cool en sus casitas✌🥰
Pd.: ando muy emocionada pq Mariel ya casi conoce a Legolas🤭

Contigo, siempre |Legolas y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora