Los Estafadores De Las Vegas

Chapter.3

|3| Un Trato Es un Trato.

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— ¿Asustada, Gea? — me pregunta Edelvine con un tono juguetón mientras se sube un poco más su falda de lo debido dentro de la camioneta. Edelvine no era una cualquiera así debíamos ir vestidas y provocar un poco para ser la distracción, claro tampoco íbamos vestidas elegantemente porque el lugar no lo requería 

— No, solo me inquieta un poco con quién va a tratar Heiden — Me sincero ante ella. Me inquieta la idea de que sea una trampa o algo parecido, entre tantas estafas que hemos hecho y con las distintas personas que nos hemos topado no sabemos si nos han visto.

— Quédate tranquila que Heiden es muy listo y siempre sabe lo que hace.

Tiene razón.

Saco esas ideas de mi cabeza y me centro como siempre suelo hacerlo. salgo de la camioneta seguido del resto detrás de mi, Benjamín es el último en bajar y cerrar la puerta negra corrediza para caminar junto a nosotros. Heiden adelante, Edelvin y yo detrás de él y Aston y Benjamín detrás de nosotras a nuestras diagonales.

Edelvine es una chica inteligente es muy buena en todo lo que tenga que ver con la tecnología y las computadoras, detrás de las gafas que usa para ver mejor escode un rostro muy hermoso además que tiene su cabello color castaño claro que la hace ver radiante.

Benjamín, se caracteriza por ser muy ágil al defenderse, valiente, ser muy sarcástico y muy bueno con las distracciones y desapariciones. Su perfecta sonrisa si que era una buena distracción para las mujeres.

Aston también es bueno con los asuntos de las computadora y es muy observador, por lo que generalmente era él que más ganaba en las apuestas y demás cosas. Siempre hace su trabajo con mucha cautela.

Nuestros zapatos chocando contra el frío pavimento de las calles de Las Vegas en plena noche, es lo único que resuena mientras vamos caminando en conjunto hasta llegar a la entrada de dicho casino. Al ya estar en la entrada enseñamos nuestras identidades, pagamos y nos adentramos como anteriormente lo habíamos planeado.

Llegamos al punto donde nos toca separamos, cuando analizo todo el lugar de inmediato se viene a mi cabeza el plano que aprendí de memoria.

Me abro paso entre las personas que están paradas hablando con tragos en la mano, personas apostando y unos más que otros caminando hacia alguna otra parte del casino. Me decido ir hacia un grupo de hombres en donde se encuentran jugando en la mesa de billar.

—¿Los puedo acompañar esta noche? — Pregunto coqueta y a su vez paso mi mano delicadamente por el borde de la mesa. Los hombres me miran con una sonrisa de aprobación así que me uno a ellos.

—La verdadera pregunta es ¿eres capaz de acompañarnos esta noche? — Cuestiona un hombre rubio de ojos azules del otro lado de la mesa. Su vestimenta consiste en una camisa negra manga larga y pantalón negro con una variedad de anillos en sus dedos.

— ¿Me estás retando? — Me voy acercando a él lentamente sin despegar mi mirada de la suya. Hace un ademán para que yo me coloque en posición de nueva jugadora.

Justo a unos metros a mi izquierda puedo divisar a Aston tomando asiento en una mesa de póquer viendo a los oponentes con una mirada retadora, gira su cabeza en mi dirección y sonríe de lado igual que yo para luego posar nuestras miradas en nuestro objetivo.

De inmediato todos los presentes alrededor de la mesa de billar comenzaron a apostar, muchos apostaron a que si ganaba y otros a que no. Tomé el taco que el rubio me ofreció y adopte una cómoda posición para jugar, no sin antes mostrar una mirada de superioridad al oji azul.