Conociendo

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Katsuki siente un repentino cosquilleo en los dientes, la necesidad de morder. En lugar de eso entierra su nariz más profundamente en el hueco del cuello de Deku. No le gusta en absoluto tener que contener el instinto de enlazarse con el omega. Un pequeño gemido escapa del pequeño bulto que había atrapado, eso interrumpió sus gruñonas reflexiones. Katsuki abre los ojos, ni siquiera supo cuando los había cerrado y se dio cuenta de que sus brazos están apretando a Izuku un poco... demasiado fuerte.

De mala gana deja de abrazar al chico más pequeño y se levanta de la almohada. Si quería marcar al omega necesitaba que se recuperara, y eso hace que él se enfoque en conseguir alimento. Parece que a Deku le gustan las bayas, pero eso es muy poco para considerarse una buena comida. Un pequeño pinchazo de decepción golpea al alfa, ya no podría seguir jugando con el omega y las frutas. No, Deku necesitaba comer carne.

Aquello significaba que él debía dejar la tienda y salir a cazar. El alfa definitivamente no confiaba en que la tribu dejaría a Deku solo si lo dejaba ahí y tampoco podía llevarlo con él.

¡Mierda! Por supuesto tampoco esperaba que el omega se quedara dentro de la tienda, seguramente tendría que atarlo a uno de los soportes que mantenían el lugar en pie.

El alfa mira hacia la entrada de la tienda donde el beta pelirrojo ya lo espera, estaba parado a una distancia prudente de la entrada y mantenía la mirada apartada del interior. Tal vez podría confiárselo al beta, pero cada fibra de instinto en su ser se levantaba en contra de la idea. Aún si Deku ya estuviera marcado, eso no haría mucha diferencia con su naturaleza posesiva. Sumado a eso, él prefería tener ayuda durante las cacerías, no podía partir a Kirishima a la mitad para dejar una parte cuidando al omega y otra cuidándole la espalda allá afuera en el bosque.

Katsuki pensaba en el problema cuando la solución se asomó descaradamente a su tienda. Ya sea porque se haya enterado con el aroma de Deku o por los chismes de la tribu, la pequeña omega castaña hecho un vistazo dentro. Era una omega bastante linda, de actitud burbujeante y mejillas redondas enmarcando su rostro. Ella había sido la primera candidata a compañera de Katsuki. Su inclinación hizo visible la glándula en su cuello, donde una mordida completamente curada y desvanecida demostraba que ya había sido reclamada. Los grandes ojos cafés de Ochako escanearon toda la extensión de la tienda, de inmediato sus ojos se expandieron con horror al ver al omega que ahora estaba sentado justo a un lado de los pies de Katsuki.

"¿Bakugou, que hiciste?" Ochako pareció gruñir antes de abrirse camino hacia la tienda, aquello asustó a Kirishima quien la sostuvo para detenerla. La chica se zafó del brazo del pelirrojo y se metió hasta el centro de la tienda, incluso ignoró al ofendido alfa que la fulminaba con disgusto. ¿Por qué todos creían que él era quien le había hecho daño al omega?

"Lo único que hice fue limpiar y vendar sus estúpidas heridas. Yo no las hice" dijo para después soltar un gruñido y alejarse. La chica ahora estaba agachada con el otro omega quien parecía estar un poco abrumado por la atención y los arrullos de Ochako. Otro omega en la tienda no molestaba a Katsuki, además había crecido con ella así que contaba con toda su confianza. Por supuesto no iba a decir eso en voz alta. Como sea, con la pareja de la chica la historia era diferente.

Tenya se asomó dentro de la tienda, Katsuki inmediatamente sintió la flama que había estado muriendo y después el aroma se volvió un infierno, otra vez. Tenya era el compañero beta de Ochako. Ella debió haberse emparejado con un alfa, pero por alguna estúpida e insondable razón había elegido al estúpido beta chapado a la antigua. En el pasado, Katsuki había estado furioso con su decisión, y probablemente aún lo estaba. Incluso había retado al beta a combatir contra él por ella.

Omega PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora