Capítulo 11

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¿Y por qué Javvad? -preguntó la pelirroja confusa.

-Piensa, cómo se nota que está más enamorado de _____ que cualquiera, además de Zayn, él nos podría ayudar a separarlos, aunque ese no sea nuestro propósito, pero aún así a él le conviene hacer una tregua con nosotras.

-Mmm, ya veo. Pero querrás decir tú propósito, recuerda que a mi ni me interesa qué pasa en la vida de esos tres, sólo te estoy ayudando, no tengo ningún objetivo haciendo ésto, ¿de acuerdo? Para que te quede claro.

-No veo el por qué de tu reacción -dijo un poco enojada-, pero que más da, hay que apresurarse con lo de Javvad, necesito llevar este plan lo más rápido posible.

Kate no dijo nada, fue por un refresco y se sentó en el sofá a ver televisión, mientras que Karol estaba pensando en cómo decirle a Javvad que se una a ella y poder acabar con aquella relación, aunque ese no era su propósito, su propósito es vengarse de Zayn, y si quiere que su plan sea más fácil necesitará de una ayuda vital, en este caso Javvad.

Karol salió del departamento sin decir nada, no sin antes pedirle el número de Javvad a Mate ya que él se lo había dado cuando se acostaron. Salió y fue directo al Starbucks que quedaba a unas cuantas cuadras de su departamento. Al llegar, se sentó en una mesa que estaba al lado de la vitrina del local, marcó al número que Kate le había dado pero no contestaba.

Un tono, dos tonos, tres tonos, cuatro tonos... Y buzón de mensajes. Llamó aproximadamente unas seis veces y nada que contestaba, a la séptima en el tercer tono contestó.

-Javvad -contestó el muchacho con un tono rígido, hasta hizo que a Karol se le erizarán los bellos de su nuca.

-Wow... No has cambiado nada, querido Javvitad -ese era el apodo que solía decirle para molestarle.

-Emm...¿con quién hablo? -dijo un poco inseguro. La voz de Karol se le había hecho muy familiar y más con aquel apodo.

-¿Es que acaso ya no me recuerdas, querido cuñadito? -otro apodo que solía decirle.

-¿Karol? -preguntó asombrado. Hace rato que no hablaba con ella.

-La misma -dijo con una risita simpática, aunque para él era algo macabra e incómoda. "Sínica" pensó él.

-¿Qué quieres? -dijo él un poco fastidiado.

-Síp. Definitivamente nos has cambiado nada -dijo sínicamente.

-¿Cómo has conseguido mi teléfono? ¿Qué quieres? ¡Joder! No me hagas perder el tiempo, el que mi hermano te haya usado y votado como una zorra no significa que vengas en consuelos a mí -dijo cargado de furia, le estresaba esa mujer, jamás le cayó bien.

A Karol le cayó como un baldado de agua fría al escuchar las palabras de Javvad. Siempre supo que Javvad era muy directo pero esta vez lo fue tanto que alcanzó a lastimar una pequeña parte de ella.

-¡Mira imbécil, no te he llamado para recibir tus malditos insultos estúpidos. Te he llamado para ver si quieres a tu lado a la mujer que amas, pero ya veo que te vale mierda, así que un gusto haber hablado contigo querido Javvitad!

-¡¿QUÉ?! ¿No? ¡Espera! ¿De qué estás hablando?

-Ahora nos entendemos, ¿verdad? -dijo con sarcasmo.

-No tengo tiempo para tus malditos juegos, ahora dime a qué te referías con eso -dijo ya ofuscado.

-Si tanto quieres saber, te espero en el Starbucks, en el que queda por mi casa -y sin más colgó.

Al rato llegó Javvad al local, cuando entró sonaron las campanas que estaban arriba de la puerta, avisando que alguien había errado al local. Buscó con la mirada a Katrol, pero no la vio, ella estaba de espaldas, pero por inercia se volteó y se encontró con el morocho.

Apenas la vio pensó que había cambiado mucho. Cuando ella estaba con su hermano no se arreglaba tanto cómo ahora, casi ni le importaba su apariencia pero, ahora, hoy en día demuestra lo contrario, hasta la vio atractiva, pero ella jamás sería su tipo.

Se dirigió hacia la mesa en donde se encontraba Karol, ella se levantó y le cogió la cara y empezó a darle dos besos en las mejillas, uno en cada una.

-Javvad -dijo con una sonrisa fingida-, tanto tiempo son verte, querido.

"Hipócrita", pensó él.

-Sí... Lo mismo digo -dijo sin ánimos.

Ambos se sentaron, Javvad al frente de ella. Luego de cinco minutos llegó una mesera a pedirles la orden. Karol pidió un frapé de mandarina y Javvad pidió una malteada de chocolate.

-Y dime, ¿qué quieres? -dijo él un poco estresado. La presencia de Karol le estresaba.

-Te hacen falta los modales, querido Javvitad -dijo con una sonrisa burlona.

-Mira, no estoy aquí para perder el tiempo con tus malditos juegos -dijo ya muy enojado.

-¡Oye! ¡Aguanta! -dijo ya un poco molesta por la actitud de Javvad-. Te cité aquí para una propuesta que te conviene.

-¿Qué clase de propuesta?

-Una en la que te vas a ganar a la mujer que amas, sin nadie que te lo impida, ni siquiera tu querido hermano.

-No entiendo.

-¿Quieres que tu querida _____ sea tuya? -dijo ella, y apenas Javvad la escuchó se interesó mucho.

-Continúa... -dijo interesado. Karol sonrió triunfante.

-Sabía que me escuharías -dijo victoriosa-. La propuesta consiste en que me ayudes en algo muy sencillo.

-¿En qué?

-En separar a _____ de tu hermoso hermano -mintió.

Javvad lo pensó dos veces, estaba dudando de aquella propuesta, no quería lastimar a su hermano pero haría todo lo que fuera por la mujer que ama.

-¿Y por qué quieres separarlos?

-¿No quieres tener a la mujer que amas a tu lado? -no sabía qué responderle, así que eso fue lo único que se le ocurrió.

-Lo pensaré -dijo para darle el último sorbo a su malteada e irse del local, sin ni siquiera dejar dinero para la cuenta.

Los gemelos Malık 2: ¿Quién es quien? (Book #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora