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—Empacaste la comida.—Hae palomeaba su lista.

—Sí.—contó Jimin con su dedo.—Las frutas, las verduras.—siguió mencionando cada uno de los alimentos en sentido de recordatorio para Jimin.

—Frutas, verduras, comida casera, las aguas, antigripales..—se vio interrumpido por Haejin.

—Cómo por qué antigripales.

—La secretaria de Taehyung mencionó que estaba enfermo y regularmente las personas siempre tienen problemas de ese tipo.

—Jimin.—frotó el canal de su nariz exasperada.

—¿Sí?

—Ambos sabemos que Taehyung-oppa no debe estar enfermo.

—Lo sé genia, pero puede sospechar todo lo que ya sabemos. Piensa.—con el dedo índice golpeó una de sus sienes.—Tómalo como una suposición.

Una vez terminado de subir las cosas al auto de Jimin, la menor de los Kim le dio una última mirada a su casa y en especial a la ventana de Seokjin.
Pesadamente suspiró.

Park lo notó.—Estarán bien, te doy mi palabra. Ahora sube.

El trayecto les tomó al rededor de veinte minutos y efectivamente el departamento del Dr.Kim se encontraba cerca.

Los jovencitos llegaron hasta la puerta principal del edificio mirando lo gigantesco y lujoso que era.
Se abrieron paso en dirección al guardia quien los miró con sospecha por lo cargados que iban.—¿Se les ofrece algo?

—Al departamento del Dr.Kim Taehyung.—confesó Jimin.

—¿Tiene el doctor alguna reunión?—cuestionó el guardia.

Ambos negaron.

—Su departamento es el 450.—dicho esto abrió las puertas eléctricas.

Entraron caminando en medio del gran recibidor que tenía el edificio donde algunas personas transitaban.
A juzgar por la apariencia era modesto cumpliendo las espectativas de un doctor reconocido como Taehyung.

Jimin apretó el botón del ascensor esperando a que abriera sus puertas, por otro lado, Hae tarareaba una canción infantil.—Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña...

Jimin la interrumpió generando un par de risitas por lo tierna que se escuchó Haejin. Negó con la cabeza y la miró enternecido provocando que su amiga diera reparo. Entonces, habló.

—En momentos críticos como estos no me fijo en lo que hago.—Hae se encogió de hombros.

—Adelante, sigue...es divertido.—hizo un gesto con la mano para que diera seguimiento.

—No soy tu payaso personal.

—Descuida, eres...—se detuvo titubeante.—Eres todo para mi, menos mi payaso personal.

—¿Estás coqueteando?

—Para nada.—frunció el seño.—Los amigos pueden darse lindos cumplidos, ¿es qué acaso no lo sabes?

—En mi vida sólo he tenido dos amigos y ahora tú. Por lo tanto, no me es fácil recibir ese tipo de halagos.

—Jiyeon, ¿y la otra persona? pensé que sólo la tenías a ella.

—Hmm bueno, es complicado hablar de eso ya que la otra persona no es contable en estos casos.

Éste arqueó una ceja interrogatoria.—¿No me dirás?

—Lo haré, pero por el momento tenemos otro asunto más importante que debe ser atendido.

—Entonces, tenemos una charla pendiente.—movió el dedo índice.

Sonó el timbre que daba señales de poder entrar por el ascensor.
Personas bajaron quedando solos.

Un minuto.
Estando una vez en el pasillo buscaron el departamento 450 y para su suerte lograron ubicarlo rápido.

La puerta era delicada con rasgos finos y una placa adornaba el lado izquierdo de la pared.—Kim Taehyung.—leyó Haejin entre dientes pasando sus dedos sobre la placa dorada.

Jimin tocó el timbre esperando ser recibido.
Tocó otras tres veces sin obtener respuesta hasta que fueron atendidos por un Taehyung con la barba sin afeitar, ropas cómodas, sandalias, sus risos hechos un desastre, en fin. Todo un hombre desaliñado.

Los tres se miraron confundidos en completo silencio.

—¿Doctor Kim?—Haejin sonó más a pregunta que afirmación por la terrible apariencia de éste.

—Q-Qué sorpresa.—logró decir Taehyung con las cejas levantadas hasta la raíz de su cabello.

—Estábamos preocupado por usted..—la voz de Jimin quedó en el aire cuando una cuarta voz se hizo presente sorprendiendo a los menores.

Tae, dónde dejaste mi saco, es hora de que me va..—un hombre de gafas, quizá de la misma estatura que Jimin, pálido como un papel y perfectamente trajeado apareció frente a ellos.—Vaya..—terminó la oración sorprendido por los dos jovencitos parados en la umbral de la puerta abriendo y cerrando sus ojitos perplejos cual inocentes niños. A tal grado de parecer una escena muy tierna o tal vez no era el momento, sino que realmente Jimin y Haejin le parecieron adorables a simple vista, como dos niños sin malicia.

—Creo que llegamos en mal momento.—Haejin con los dedos cubrió sus labios susurrando a Jimin.

Éste se limitó a asentir.

Aparentemente no había nada turbio en ese lugar, sin embargo, el aura que despedía cada uno significó mucha incomodidad. Como si se estuvieran ocultando muchos secretos entre ellos, a punto de ser desbordados como el caudal salvaje de un rio.

Taehyung carraspeó llamando la atención de todos.—Eh..—se notó tenso.—Él es Min Yoongi, un colega muy cercano.—lo señaló.

—Un placer.—alzó la mano en forma de saludo.

—Ki-Kim Haejin.—aquel hombre le pareció intimidante al grado de costarle formular una simple oración.

—Park Jimin.—reverenció. A comparación de Haejin éste lució más confiado.

—Debo marcharme, cualquier cosa no dudes en llamarme, llegaré rápido.—palmeó el hombro de Taehyung.

Yoongi fue en dirección a la salida pasando de largo, sin embargo, se quedó estático y retrocedió de nueva cuenta analizando a los chicos que recién llegaron.

Aquello que hizo después sorprendió aún más a Jimin y Hae.

Yoongi tomó el mentón de los dos al mismo tiempo levantando levemente sus rostros y movió de arriba hacía abajo y de izquierda a derecha como si analizara detenidamente sus facciones faciales.—Después de las rupturas lo más común es llorar prolongadas horas mientras reproduces el playlist más triste que tengas en tu dispositivo.—volteó a ver en dirección de Taehyung quien veía la escena confundido tanto como sus pacientes.—Pero nunca he visto un caso donde requieras la compañía de dos jovencitos adorables para tener algo de diversión.

—Yoongi.—amenazó Taehyung.

—Ves, te lo he dicho. El doctor Kim es un degenerado.—susurró Jimin.

—Lamento decir esto, pero creo que tal vez tienes razón.—contestó Haejin.

Dicho esto, Yoongi les guiñó el ojo a los jovencitos.—Disfruten su estadía.

El hombre salió.

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