EXULANSIS

XXXIV

La noche se había convertido en un completo chiste de mal gusto, los hermanos Jeon, prima y Hoseok saben perfectamente el fondo del asunto, sin embargo, es todo lo contrario para los mejores amigos Jimin y Haejin, quienes están ajenos a la realidad sofocante.

—No estoy entendiendo nada.— Kim apretó la mano de Jimin para que éste le diera una razón coherente de por qué todos se quieren asesinar con la mirada, menos Hoseok el cual luce de lo más complacido.

Jimin estuvo a punto de hablar, sin embargo, la repentina interrupción de SangAh los dejó consternados. —A quién se le ocurrió esta maldita broma.

—Vaya, también estoy feliz de verte.— contestó Hoseok de la manera más tranquila posible, no existía ningún atisbo de perturbación en sus expresiones, simplemente su sonrisa llena de cinismo lo acompañó de principio a fin.

—No entiendo, ¿Ustedes se conocen?— por primera vez en un rato Haejin se tomó la libertad de preguntar.

—Podría explicártelo Youngmi.— la mencionada se removió de su lugar colocándose detrás de Jungkook como si buscara su amparo.

Al no obtener respuesta, SangAh no dudó en hacer uso de la palabra.—Jung Hoseok, mi ex novio, el mismo chico que se acostó en más de una ocasión con mi apreciada prima, tu novia Park.— ahora esa mirada filosa típica de ella escrutó a Jimin como si buscara una respuesta de éste, pero él no era capaz de reaccionar, todo le cayó como un balde de agua helada, está bien, conocía el actual engaño de Youngmi hacía su persona de meses atrás, pero saber que también fue capaz de traicionar a su propia familia lo puso en tela de duda. Y si estaba decepcionado de ella, el re encuentro sólo fue la gota que colmó su paciencia.

Eso finalmente explica la rivalidad descomunal de las dos primas.

Sin pensárselo mucho Park retrocedió hasta la salida escabulléndose entre las mesas, con el rostro completamente rojo de ira, estaba encismado en sus pensamientos que no fue capaz de escuchar los llamados de Haejin, sin embargo, llegó hasta él y jaló de su muñeca, entonces, de un tirón esquivó el agarre.

 —Qué te pasa Jimin, te estas comportando como un idiota.— el rubio se volteó hasta ella para confrontarla, clavando una feroz mirada, que en el tiempo de conocerse nunca le había regalado.

—Eso es lo que soy Hae, un idiota.— buscó entre los bolsillos de su pantalón y sacó las llaves de su coche para luego aventárselas a su amiga.—Llévame lejos de aquí antes de que enloquezca. 

No esperó una respuesta, e inmediatamente se subió al asiento del copiloto, a esto, Haejin corrió hasta el otro lado del carro para manejar, pero a causa de los tacones tuvo cuidado.

Una vez dentro, miró por el rabillo del ojo a Jimin quien observaba por la ventana completamente ido.

—A dónde vamos.

—A cualquier lugar lejos de aquí, no me importa.— contestó éste.

Luego de conducir por varios minutos, Haejin recordó muy cerca la existencia del mirador, así que al llegar estacionó el coche, admirando la vista de la bulliciosa ciudad, las luces de los rascacielos, y el lejano ruido de los coches.

—Tomaste más a la ligera el engaño de su parte que esto.—Haejin se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta, pero en el intento se volteó a Park. —Vamos afuera. 

El chico no opuso resistencia y le hizo caso. Para la suerte de ambos el lugar estaba solitario y había una banca. Quizá charlar un poco sería lo mejor para él. 

—Quieres hablar, o esperas la consulta de Taehyung.

—Voy a terminar esto.— Jimin dejó caer su cabeza en el hombro de la chica, esto provocó que soltara un largo suspiro.