1

16 0 0
                                    

Estoy consciente de que no soy alguien especial, no tengo muchas cosas interesantes que contar de mi ni tengo algo que destacar acerca de mi apariencia; soy una chica más del montón, tengo una estatura promedio, cabello café castaño y ojos miel, mi piel es morena clara, mis cejas son gruesas pero no tanto y negras pero claras, mis labios son un poco gruesos definidos y rosados, y mi nariz es pequeña  y solo un poco definida adornada de un piercing de aro.

Me visto casi siempre de negro para ir a la escuela porque es mi color favorito aunque me digan rara, uso muchos vaqueros rotos en las rodillas y zapatillas porque me gusta la comodidad, también uso muchos busos o leñadoras, como dije, nada especial... Lo único mal en mi... Soy yo. Estoy en secundaria, tengo 16 y en realidad mis únicos amigos son los libros, creo que no hay cosa que ame más que los libros, te hacen viajar a otra dimensión, con sólo algunos párrafos puedes imaginar lo que lees pero a tu estilo, eso me pasaba a mi, por eso pasaba horas y horas leyendo, no me cansaba y era algo de lo que nunca me iba a cansar. Música algo random que seguramente muchos escuchaban... O no, moondust de Jaymes young sonaba en mis cascos mientras sentada en un asiento en la parte de casi al fondo miraba por la ventana esperando a que comenzara la aburrida clase de literatura; justo allí comenzó todo.

Nada inusual en un comienzo, me rascaba un poco el brazo debido a las costras que cicatrizaban, guardaba mi teléfono mientras sacaba mi libro para continuar con la lección del capitulo 12 del martes pasado, lo abrí y al tiempo tomé aire profundamente y lo expulsaba, casi no me gustaba esa clase, digo, me encanta pero la maestra que la imparte es demasiado aburrida no le pone pasión y hace dar sueño, así que en resumen, quiero que se acabe el día ya... Sólo después de unas horas salí para dirigirme a mi siguiente clase, sin saber, que mientras yo distraidamente caminaba a mi salón de clases  en la oficina del director, una chica nueva se terminaba de presentar para dirigirse a mi misma clase. Llegué, escogí un haciendo en la parte de atrás, saqué mi libro de español y una libreta pequeña para dibujar un rato mientras comenzaba la clase y seguir el mismo patrón de todos los días; la maestra llegó, comenzó a hablar de algunos temas vistos anteriormente y algunos que deberíamos ver esa hora, comenzó a escribir algo en el pizarrón mientras yo concentrada tomaba apuntes de lo más importante cuando escucho un "chicos, ella es Makenzie, acaba de mudarse a esta ciudad, espero que la hagan sentir cómo en casa", por supuesto que no le ví porque no lo creía importante estár viendo a la chica nueva, además no sé, siento que al ser nuevo es tan incómodo que te estén viendo sólo por eso, te sientes como un bicho y observada como si tuvieras mil camaras enfocandote en toda la cara, es horrible esa sensasión, pero bueno.

-Hola, disculpa, qué tema ven?

-Hola, estamos en autores renacentistas de poesía trágica- respondí con no mucha concentración pues estaba más interesada en la clase

-Genial, me encanta la poesía, pareces alguien de buenos gustos, y no solo en la lectura- respondió ella algo divertida

-Deberías prestar atención si no quieres retrasarte más, tomar apuntes puede ser buena idea- hablé algo incómoda

-Bueno, es mi primer día, tal vez no agarre muy rápido el hilo de todo esto, a lo mejor tú me podrías prestar tus apuntes luego, pareces alguien inteligente- con una pequeña risa dijo Lauren

Me estaba irritando, pues en realidad me estaba gustando la clase de hoy, y odiaba que alguien me distrajera de algo que me gusta, iba a responderle cuando volteé mi cara hacía ella y me quedé callada... Si claro pensaran en el típico cliché, chica nueva, rubia, ojos azules, bronceada, buen cuerpo, sonrisa coqueta pero algo burlona, pues no, era más parecida a la popular rebelde y sexy del instituto de algún libro, sólo que amable. Recuerdo bien que llevaba una chaqueta de cuero muy sencilla pero lindísima, tenía algunos taches de detalle en la espalda y las mangas, un vaquero gris y botas punqueras que le llegaban un poco más arriba de los tobillos,  y sus ray-ban colgando en su camisa de los guns n roses, su pelo era liso pero con ondas, negro oscuro y brillante, tenía una expansión no muy grande en su oreja y un piercing en su nariz, ojos café oscuro de mirada realmente penetrante y una sonrisa que irradiaba sensualidad y sencillez.

Contando las horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora