Una casa "ordinaria"

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El viaje se estaba volviendo cada vez más cómodo y disfrutado.
El dolor...había cesado un poco, si bien en un principio ignore por completo la situación en la que me encontraba actualmente me siento maravillado. estaba volando a unos no se cuantos metros de altura sobre una puta escoba junto a una enana de dudosa edad adolescente. Era el sueño de todo virgo.
El viento que chocaba contra cada parte de mi cuerpo y el aire puro que entraba en mis pulmones sumergía por completo la excitación del momento sumado al hermoso paisaje lleno de árboles tan viejos y altos que superan lo increible o fascinante que llegaban incluso a estar más altos que nuestra propia distancia del suelo, pequeños arroyos conectados aún pequeño pero largo rio y diversos claros despejados o repletos de flores. además de las enormes montañas de fondo cubiertas de una espesa niebla que ocultaban sus picos.

-¿y shiiro? ¿qué te parecen los paisajes de genso?- preguntó elevando lo suficiente su voz para que su pasajero escuchara.

-es...impresionante-

-¿qué decís? ¡¡Habla más fuerte!!-

-¡¡¡Dije que es impresionante!!!-

De golpe la escoba pierde sustento en el aire y cae en picada a una velocidad alarmante mientras que shiiro se aferraba a su compañera sintiendo como los huevos se le subían a la garganta.
La caída hubiera sido desastrosa si no fuera porque recuperó lentamente su vuelo cerca de la mitad de distancia de la que estaban contra el suelo.

-JAJAJA ¿te asustaste?- se burlaba con una cara de satisfacción y malicia la piloto

-¡¡¡LA CONCHA BRUJA DE TU MADRE MARISA!!!-

-sólo era una bromita da ze~-

-¡¡BROMITA LAS PELOTAS, CASI ME CAGO DEL SUSTO!!

-¡¡¡bueno bueno, pero mira!! ya estamos cerca- apuntaba la bruja a la distancia.

Shiiro miró por donde señalaba el dedo de su compañera y bien a lo lejos podía distinguir un pequeño claro con un cuadrado en medio que suponía ser la casa.
Marisa aumentó la velocidad a la par que descendían. No tomó ni unos minutos cuando quedaron en frente de dicha casa.
Los alrededores estaban bastante descuidados con rocas del tamaño de sus cabezas y árboles que parecían estar segundos de colapsar en dirección del hogar de la bruja. El perímetro que suponía estar despejado era incluso más pequeño que el de Alice, pero aun así doblaba su casa en tamaño. No se podía distinguir el interior de las ventanas debido a la suciedad de estas que mantenían completamente negros los vidrios. Y el musgo asqueroso que sobresalía de los ladrillos de piedra de aquel lugar daban un aspecto...bastante tétrico. Si no fuera que marisa mencionaba que vivía ahí tranquilamente habría supuesto que el lugar estaba abandonado (o era habitado mínimo por una vieja)

-bueeenop~ bienvenido a mi humilde casa da~ze☆ espero que sea de tu agrado, tuve mínimo la decencia de lavar los cubiertos aunque la mayoría están un poco oxidados.

-¡¡¿espera que?!!- se alarmó el chico

Marisa tomó el pomo de la puerta y así dar la bienvenida a su invitado, pero algo andaba mal. Por más empujes que diera la puerta no abría. Aún aferrada al pomo marisa embistió de hombro la puerta para ver si abría de una vez, nuevamente fracaso.

-¿te aseguraste que la puerta tenga el cerrojo abierto no?-

-¡obvio que sí! ¡pero ahora no se que le pasa que no abre!- volvió a intentar pero esta vez pidiendo que shiiro empujará a la par de ella. El resultado fue el mismo.
Incluso marisa intentó abrirla usando una pesada roca pero al pensar por un segundo quién iba a reparar la puerta desistió del plan. Ahora ambos estaban sentados sobre unas rocas mientras de fondo sonaban los insectos.

Un tipo cualquiera en gensokyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora