Capítulo 4

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                           •Lo odio•



Me mantuve de pie en mi lugar observando como Víctor se acercaba a pasos lentos y seguros a mi lugar. Este tenía su cabello marrón perfectamente peinado hacia atrás, su barba stubble (medium) perfectamente sacada y su traje de negocios gris de corbata azul perfectamente arreglado. Levante levemente mi cabeza cuando ya lo tenía de frente ya que este era más alto que yo, pude apreciar sus ojos avellanas que derrochaban seguridad. Puso sus manos sobre mis hombros logrando así obtener mi completa atención hacia él.

-¿Cómo estuvo tu viaje hija? -Preguntó como si de verdad le interesara mi respuesta-me preocupó mucho tu retraso, pensé que te había pasado algo -Soltó cambiando su semblante a uno "preocupado".

-Deja de actuar Víctor -mi semblante se mantuvo neutro - no necesitas seguir fingiendo que de verdad te preocupo, a fin de cuentas no hay nadie más presente en este lugar para que sigas con tu papelito de "padre preocupado" -giré los ojos hacia un lado mostrando una total incredulidad ante su innecesario teatrito.

«Patético»

Este me miró sorprendido analizando mi rostro y mis palabras anteriores. Casi inmediatamente soltó una muy pequeña carcajada que con los segundos se fue tornando más fuerte.

Su reacción fue tan estúpida y exagerada que lo único que le faltó fue limpiarse una lágrima imaginaria. Me mantuve en mi lugar mirándolo con extrañes por su exagerada reacción.

Dejó escapar unas últimas risillas dejando a la vista su comisura derecha algo elevada mostrando una sonrisa maliciosa. Giró sobre sus talones dejándome una perfecta vista de su ancha espalda cubierta por su elegante traje de negocios, con sus manos entrelazadas en su espalda baja, dando pasos seguros e imponentes.

Se recargó en la parte superior del escritorio con sus manos a los lados de esta. Lo siguiente lo soltó divertido:

-Veo que ya no eres la misma niña estúpida de hace unos años-Vociferó arrogante. Su dedo índice apuntándome haciendo un ademán con éste -felicidades Amora, por fin estás madurando.

-Y para mi mala suerte tú no has cambiado en lo absoluto.

-¿Y eso es algo malo? -Carcajeó con sorna. -Amor no...

Lo interrumpí.

-¡No me llames Amor!. Llámame Amora, sabes que aborrezco que me llamen así -lo fulmine con la mirada -especialmente tú.

-Que agresiva -dijo hilarante - pero para tu mala suerte yo soy tu padre y te llamo como me de la reverenda gana, ¿entendido?.

-Tch. -Sisee, apretando los puños a mis lados.

-¡¿Entendido?! -Elevó un poco su vos dándole un tono más firme a su pregunta.

No me moleste en mirarlo y simplemente le respondí con un asentimiento.

-Y ya deja de exagerar por cualquier estupidez, solo vas a hacer que tire a la basura la buena opinión que hace unos segundos tenía sobre ti -se llevo unos dedo a las sienes -sin mencionar que lograrás darme migraña.

¡¿Perder la buena opinión que tenía sobre mí?! Si tan solo supiera lo poco que me importa. Al final yo nunca tuve una buena opinión sobre él.

-Pero ya cambiando a un tema más importante -Continuó -¿donde pasaste la noche? Y ¿Por qué tu falta de puntualidad?.

-¿Qué te importa? A fin de cuentas llegué ¿no es así? La respuesta a eso es irrelevante -Este solo me observó serio esperando mi respuesta. Valla, al parecer está pregunta si va enserio.

Hotel Dark GlowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora