•Cansada•
Su suposición me dejó estática. Confundida. ¿Cómo diablos sabía eso?.
—¿Cómo sabes mi nombre? —Pregunte aún impactada. —¿Quién rayos eres?.
El solo se quedo observándome sentado desde su lugar. Me miraba de arriba abajo, explorando con esos ojos esmeralda cada parte de mí. Era impresionantemente incómodo. Puedo jurar que no quedo ni una parte de mi cuerpo que haya pasado desapercibida.
—Responde —Exigí severa cruzándome de brazos.
Una media sonrisa se formó en su rostro. Coqueta. Maliciosa.
—Digamos que… —Se levantó del sofá. Observé algo inquieta como se acercaba a mí. —no soy conocido por tener un solo nombre —caminó vacilante alrededor del sofá en el que me hallaba sentada. Me mantuve segura e inmóvil en mi sitio, sin mostrar un epice de cobardía. Sin embargo mis ojos no perdían su rastro. —muchos me conocen como “el señor” “el líder” “el dueño” “el amo” “el rey” —enumero divertido aún caminando vacilante. —Pero… —se detuvo detrás de mí. Mi mente daba la orden de girar en su dirección pero mi cuerpo no obedecía. Sentí como sus manos lentamente rodaban por mis hombros apretándolos levemente. Su tranquila respiración chocaba contra la sensible piel del lóbulo de mi oreja, enviando inmediatamente un escalofrío a todo mi cuerpo. «Muévete maldita sea» —…tú pronto me conocerás como el causante de tu perdición.
O… Diablos…
Me quedé unos cuantos segundos en el mismo estado. Paralizada. Asombrada. Incómoda. Y llena de muchas preguntas y reproches.
El lo noto y dejó escapar una pequeña risita.
Sentí como sus manos se deslizaron nuevamente está ves liberando mis hombros. Mi vista seguía fija en la pared y los muebles que tenía de frente. Mi mente haciendo un mohín de preguntas.
¿quién se cree éste?, ¿A qué se refería con “el causante de mi perdición”? ¿Por qué sigo haciéndome preguntas como una imbécil en ves de enfrentarlo?
Estaba preparada para darle un gran reproche a este idiota de segunda, pero cuando me gire para enfrentarlo este ya no estaba. Con lo único que me encontré fue con una gran sala vacía y un penetrante silencio.
—Idiota —Solté en un murmuro.
Me levanté del sofá con mi mochila al hombro y me dirigí de nuevo a la recepción en busca de alguien que me atendiera. Aún surcaba por mi cabeza ideas respecto a esas dos personas. Primero esa niña, que a primera vista no pasaba de ser una niñata común y corriente. Pero sin embargo su imprudente aparición y esa pequeña aura que desprendía me dejaron con un extraño sabor de boca. Sin olvidar su extraña desaparición. ¿en donde diablos se habrá metido?
Y luego está ese pelirrojo idiota. Con su sonrisa burlona y sus vibras que desprendían nada más ni nada menos que superioridad. Odiaba admitirlo pero era verdad. Todavía no supero que me haya dicho tal cosa y luego simplemente desapareciera.
Y ahora que lo pienso…
¡¿Qué pedo con esta gente?!
¿Andan por ahí como raros desapareciendo “mágicamente” o que?.
Yo apenas doy un paso y la gente ya se da cuenta de mi presencia.
Puedo decir que oficialmente este día debería ser nombrado como el más extraño de mi vida.
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Hotel Dark Glow
Tajemnica / ThrillerDesde la primera vez que puse un pie dentro de ese Hotel tuve un mal presentimiento, algo no era... ¿Normal? Nunca surco por mi cabeza la idea de descubrir un secreto tan grande como el de aquella noche. Un secreto que lo cambiaría todo. En pocas pa...