Dulce venganza

"Gracias, novata"

 SAM PDV.

Me encontraba corriendo y sudando como un cerdo en la clase de gimnasia, nunca fui buena para los deportes, aunque nunca lo he intentado, pero soy muy floja para hacerlo, así que prefiero dejarlo así. El asqueroso y morboso profesor de gimnasia tocó el silbato indicando que debíamos iniciar el partido de básquetbol, todos nos ubicamos en nuestros respectivos equipos hasta que las puertas del gimnasio rechinaron haciendo un desagradable ruido, todos nos volteamos y vimos a un chico rubio, alto y JODIDAMENTE sexy entrar al gimnasio. Al voltearme pude notar a todas las "golfas" de mis compañeras babear al verlo y no pude evitar poner mi cara de desagrado ante aquella situación.

-Sé que a mitad de año no llegan noticias muy interesantes, pero hoy se nos une un nuevo estudiante. -Dijo el profesor con su repugnante expresión. -Puedes presentarte, chico. -Se refirió al nuevo estudiante.

-Bueno emh...-Pasó su mano por el cabello y guiñó un ojo haciendo que todas las putas se derritieran.

-No logro entender cómo estas putas pueden ser tan regaladas. -Le dije a Julie, mi mejor amiga desde primaria, provocando que riéramos por lo bajo.

-Mi nombre es Luke Miller, vengo desde Canadá. -Dijo provocando los suspiros de todas las presta culo.

-Bueno Luke, puedes integrarte a algún equipo para comenzar el partido.

Se me acercó guiñándome un ojo y no pude evitar un gesto de asco, lo cual al parecer le sorprendió. Claro, allá en Canadá debió de estar acostumbrado a recibir toda la atención de las chicas. 

El silbato sonó e intenté mantenerme lo más alejada del grupo, lo que menos quería en ese momento era tener la marca del balón en mi cara.

-¡Pásenle la pelota a Sam! -Gritó el profesor. "Pásenle la pelota a Sam" estaba claro, ese sería el fin de mi intento de bajo perfil en este partido. Taylor, el capitán de nuestro equipo, se acercó a mi para darme un pase, pero el piernas largas de Luke se posó sobre mi y lo recibió.

-Gracias, novata. -Me dijo mientras guiñaba su ojo derecho. ¿NOVATA? ¿Qué se cree con decirme novata? él era el nuevo. Le demostraré quién es el novato aquí. Corrí para quitarle el balón justo detrás de él, a toda velocidad, estaba a unos centímetros de alcanzarlo cuando al idiota se le ocurrió frenar y me estampé contra su espalda, provocando que los dos cayéramos, quedando en una posición comprometedora. En pocas palabras, lo estaba montando, literalmente montando, CABALGANDO, al muy idiota se le ocurrió reír y en la posición que estábamos, además de su cuerpo moviéndose de una extraña manera, parecía una escena porno.

-Sabía que te gustaba, pero si quieres podemos ir a un lugar más privado, digo, si estás tan desesperada.-Dijo con una sonrisa que prometí, se la quitaría de un golpe, pero opté por la opción de salir de aquella escena antes de que todos sacaran sus teléfonos móviles y los subieran a RedTube. 

-¡Fin del partido! -Gritó el profesor haciendo sonar su silbato. Corrí a los camarines para darme una ducha y quitarme todo el sudor de mi piel. Al salir de la ducha, como Dios me trajo al mundo, sólo con una toalla que cubría lo esencial, comencé a buscar mi ropa, pero no logré encontrarla.

-Muy graciosa Julie, devuélveme mi ropa. -Le dije fulminándola con la mirada.

-¿De qué hablas? yo no tengo nada.-Me dijo algo confundida. Dios, esto no podía estar pasándome, primero la escena porno y ahora no tenía ropa, menos mal esto no se junto en una misma escena, ahora me apodarían Sasha Grey. 

-Muy graciosas, ya devuélvanme mi ropa. -Suelo olvidar donde dejo las cosas, pero estaba 100% segura de que la había dejado sobre la silla. De pronto, la imagen de Luke se vino a mi cabeza. Claro, era evidente que quería hacerme la vida imposible, el tenía mi ropa. Sin pensarlo dos veces, salí del camarín en toalla y me dirigí al camarín de hombres.

-Sam, ¡¿Qué mierda estás haciendo?!. -Me gritó Julie pero no la miré. Apenas puse un pie en el camarín de hombres, comenzaron a silbarme pero no le presté atención.

-Muy gracioso Miller, ya devuélveme mi ropa.

-¿Disculpa?

-Sé que ocultaste mi ropa, ahora devuélvemela.

-Yo no tengo nada, preciosa.

-¿Ah sí? Entonces, ¿Puedo revisar tu mochila? -Me miró con un gesto de "adelante, es toda tuya". Al abrirla, ahí estaba todo, hasta la poca dignidad que me quedaba, lo miré alzando una ceja y el me miró muy divertido.

-Eres un mentiroso.

-Cree lo que quieras, pero yo no puse eso ahí y tampoco tengo intenciones de ver tu pálido trasero.

-Esto no se acaba aquí. -Me di media vuelta y al salir, la toalla se enganchó con la perilla, quedando sin más que mis delgados brazos intentando cubrir la mayor parte de mi cuerpo, o lo más vital. Al voltearme, todas las miradas estaban puestas en mi y sentí como mis mejillas ardían en llamas, reían a carcajadas, y Luke, sin dudar, vino corriendo hacia mi y se quitó su camisa para pasármela.

-Pensándolo bien, tu trasero no era tan pálido como creía. -Susurró a mi oído y sólo quería huír de ahí. Esto no se acaba aquí, la venganza es dulce, Miller.

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-F&M