"Cassie"

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Ya había pasado una semana desde lo sucedido en la oficina del director, no podía sacar sus palabras de mi cabeza, ¿A qué se refería con perdida? Mierda, necesitaba saber. Luke no me había dirigido palabra alguna y había estado más serio que de lo normal, eso me asustaba un poco ya que, en los tres días que habíamos hablado, no había logrado quitar esa estúpida sonrisa de su cara.

Estábamos en el receso del almuerzo y yo estaba sola vagando por los pasillos, no sabía en donde mierda se había metido Julie. Entré al gimnasio y me encontré con Luke, estaba solo practicando sus tiros de básquetbol, se veía tan... Mejor dejaré de pensar estupideces. Me acerqué y lo quedé mirándo, él no se había percatado de mi presencia. Carraspeé un poco y él se giró, al verme, dejó el balón y fue a tomar sus cosas, pero obviamente fui más rápida y corrí hasta él.

-Hola. -Dije una vez que estuve en frente de él, seguramente parecería psicópara sonriendo, pero da igual. Asintió con la cabeza en forma de saludo. -¿Estás bien? -Le pregunté.

-Sí. -Respondió simple.

-¿Te pasa algo? -Le volví a preguntar.

-No.

Joder, que autista estaba.

-¡LUKE! -Le grité, me estaba exasperando. Lo tomé por los hombros y lo moví bruscamente.

-¿Qué? -Preguntó

.¡ESTE CHICO SÓLO DECÍA MONOSÍLABOS!

-¡¿ME PUEDES DECIR QUÉ MIERDA TE PASA?! -Le pregunté gritando como loca. -¡PRIMERO! -Enumeré con los dedos. -¡ME HACES QUEDAR DESNUDA EN FRENTE DE MUCHOS CHICOS! -Y seguía gritando. -¡SEGUNDO! -Seguí enumerando. -¡ME METES A LA CÁRCEL! -Me acerqué más a él. Ok, no en la
cárcel, pero debía exagerar las cosas. -¡Y TERCERO! -Suspiré. -¡HACES QUE ME ANOTEN!

Ví que Luke asintió y luego se giró. Lo iba a asesinar ahora mismo.

-¿¡Y SABES QUÉ ES LO PEOR?! ¡ESTA ÚLTIMA SEMANA JESSICA HA ESTADO COQUETEANDO CONMIGO! -Vi como una sonrisa intentaba no aparecer en su rostro pero se le era imposible. -Te reíste, ya gané, ahora debes decirme.

-¿Ganar qué? -Me dijo aún con esa sonrisa en su rostro.

-No puedes estar serio conmigo. Vamos, anda, puedes confiar en mÍ. -Le dije golpeando levemente su hombro.

-¿Desde cuándo Samantha Higgins se preocupa por lo que me sucede? -Mierda, no lo había pensado, ¡¿Qué mierda me pasaba?!

-Curiosidad. -Soltó una carcajada. -Vamos Luke, en el fondo, tengo un corazón, frío y bajo llave, pero tengo. -Sonrió. Era un tanto verdad lo que le dije, en el fondo sentía empatía por él, no puedo evitar no tenerla.

-Prometo un día contarte. -Me dijo mostrando su dedo meñique y mirándolo unos segundos, entrelacé el mío con el de él y le devolví una sonrisa.

Ya sé lo que piensan, soy una bipolar, bueno, ambos lo somos, pero como dice el dicho "Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca", quizá si dejábamos este juego infantil todo se solucionaría y terminaríamos como desconocidos. A no ser que mi orgullo me lo impidiera.

-¿Quieres ir a tomar un helado caliente? -¿Helado caliente? qué clase de petición era esa, ¿Existía?, No gracias ya tengo planes en mente, se llama "Ignorarte hasta que nos olvidemos mutuamente".

-Sí.- ¿En qué mierda estás pensando Sam? ENFÓCATE EN EL PLAN.

-Te paso a buscar a las ocho a tu casa.

-Está bien. -Mierda, ¡CONCÉNTRATE SAM, CONCÉNTRATE! -Quiero decir, no, no creo que pueda, hoy llega papá de Canadá y mi mamá quería hacer una fiesta de bienvenida.

Dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora