-Oh no, me quedé dormido- dijo Adrien mientras salía de los brazos de una dormida Marinette y esquivaba a los kwamis aún dormidos sobre la cama.
Marinette abrió los ojos al escuchar el alboroto. Se levantó y abrazó la espalda de su chico mientras terminaba de despertarse bien.
El solo planeaba acompañar a la ojiazul a su casa, no estaba en sus planes tomar lechita y galletitas y mucho menos acurrucarse junto con la chica hasta quedarse profundamente dormido.
Aunque valdría la pena repetirlo.
Adrien recordó que el hechizo de la azabache había terminado al dar iniciado ese día cosa que lo emocionó de gran manera.
-Mi amor ¡Se acabó tu hechizo!- exclamó Adrien mientras cargaba a la chica y le daba vueltas por su habitación.
Marinette rió y abrazó al chico tiernamente.
-Gracias, gracias por estar siempre para mi- dijo en un abrazo con el.
Después de minutos de abrazos y besos, la realidad los golpeó de manera brutal y recordaron que Adrien no había llegado a dormir a su casa, lo que podía suponer graves problemas para el rubio si su mala suerte hacía acto de presencia y lo descubrian.
-¿Nos veremos en la escuela?- dijo la chica antes de besar la nariz del transformado héroe que estaba a punto de saltar por el balcón.
-Si no me descubrieron, si- dijo el chico antes de besar su frente e irse.
Almenos que el hechizo se haya acabado suponía un gran peso liberado de sus hombros.
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.-¿Te descubrieron?- decía Marinette mientras caminaba hacia un recien llegado chico que la buscaba con la mirada.
-No, pero casi lo hacen- respondió Adrien mientras se acercaba a ella, recordando como Nathalie había pensado que Adrien había dormido con la misma ropa y que él era un adicto al maquillaje al encontrarlo maquillando con mucho esmero su cuello, no viendo la marca de Marinette afortunadamente
La chica suspiró aliviada.
-Me alegro- dijo sonriendo- Aunque valió completamente la pena- dijo la chica mirando a los ojos a su novio. El asintió.
-Fué muy bonito despertar a tu lado- dijo Adrien y besó sus nudillos.
-Si que lo fué- respondió melosa al chico.
Se dispusieron ir a su salón tomados de las manos, sintiendo la relajación de estar libres de hechizos.
Al entrar encontraron a todo el grupo haciendo una tarea que solo Max tenía, intentandola conseguir por medio de él.
Sabían que la relajación duraría muy poco.
Marinette se acercó a Max con una sonrisa y este frunció el ceño.
-Hay -85% de probabilidades de que te pase la tarea, traidora- le dijo Max a Marinette mientras le recordaba como lo había delatado el día anterior.
Al parecer Marinette sí consiguió un enemigo por su sinceridad.
Luego lo dejaría ganar en una partida de videojuegos.
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.-¿Qué te parece mi primer gorro tejido?- preguntó Agreste mientras le mostraba su avance a Marinette y esta sonreía.
Estaban en casa de la azabache pasando el rato.
-Vas muy bien- le dijo la chica sorprendiendose a ella misma en secreto.
Esa era la primera mentira que decía en una semana.
-Que bien, porque este es un regalo para ti, princesa- dijo y Marinette le dió ternura el gesto.
A pesar de estar deforme, deshilachado y feo, Marinette usaría ese gorro con amor y orgullo.
Luego con más calma lo enseñaría a tejer mejor.
-Oigan ¿Ya me van a dejar de hacer la ley del hielo?- preguntó el responsable del hechizo a los tres presentes.
Su pregunta la pasaron por el arco del triunfo y siguieron con sus vidas.
-Tikki ¿Quieres algún queso exótico?- preguntó la azabache con malicia. Esa fué la peor semana de su vida y fué causada por pisar el queso del dios de la destrucción.
Y así Marinette y Adrien tuvieron la peor semana de sus vidas lograndola superar unidos, como siempre lo hacen.
El fin.
Y este es el final de esta historia.
Tengo que aceptar que me da melancolía terminarla ya que esta fué una de mis primeras historias y fué una con la que me dí a conocer.
Lastima que al ser desarrollada en "Una semana" era imposible alargarla más.
En fin, espero que la hayan disfrutado.
Adios Sinceridad.
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Sinceridad
HumorPor un hechizo que le puso Plagg, Marinette tendrá que ser completamente sincera por una semana.