Personajes y obra original pertenecientes a Hajime Isayama
Esta obra es para ustedes
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Petricor, ese aroma tan atrayente para aquellos que sabían comprender bien la lluvia y su estruendoso, pero a la vez suave lenguaje. Quién no negaría que durante las mañanas dicho perfume era una cálida bienvenida a las fosas nasales al momento de despertar después de un largo y reparador sueño. La oscuridad producida por el cielo nublado acompañado de ese helado clima era ya bastante común.
Hacer frente a ese ambiente tan característico de ese distrito no fue ni tan sencillo, pero ni tan difícil; cierto que la costumbre no fue un sentimiento grato al principio de su estadía, incluso creía que le tomaría un buen tiempo en darse el momento a conocerlo, pero siempre hubo un, pero. Transcurridos algunos meses (y al poco tiempo años) esa amarga fragancia a café recién hecho, el suelo de madera de caoba que conocía centímetro a centímetro, la confortación de la calefacción ajuste a sus deseos climáticos eran mucho más que suficiente para hacerlo presenciar y vivir una comodidad a la cual más o menos se sentía a gusto. Dependía con qué pie iniciaba cada mañana.
El placentero calor emanado por las sábanas fue intercambiado por el notable tiempo gélido de esa madrugada. Con suerte pudo coger su celular, aunque casi le provoca ceguera hasta que pudo acostumbrar su vista a la luz de este. Afirmativo hay que admitir que era muy temprano, no obstante, le regocijaba grandemente aprovechar su tiempo desde horas muy prematuras, su humor no podría llegar a ser de los mejores, claro, pero conservar cuerpo y mente ocupados era una tarea imperdible, casi un rito.
Cuidadosamente abandonó su sitio de descanso intentando no perturbar al tronco durmiente que reposaba a su lado; si mal no estaba, el sueño ininterrumpido del susodicho había iniciado hace casi tres o cuatro horas. No pudo notarlo con certeza puesto que sentía sus ojos pesar una tonelada, había trasnochado haciendo trabajos contables por lo cual finalizar unos detalles también se había vuelto una razón más por levantarse bastante temprano ese día.
Fuera cómo fuera, el reloj natural de él le marcaría pronto la hora de despertar, prefirió dejarlo en paz.
En el cuarto de baño pudo presenciar su desnuda y pálida tez marcada por pequeñas mordidas y moretones (no dañinos) casi recientes. Podría ser una razón de vergüenza, claro que sí, pero al menos la espinilla del orgullo le decía lo que él mismo había dejado en la piel del rubio durmiente apaciguaba su pequeña vanidad de macho dominante.
Ajustando la llave y temperatura pudo iniciar uno de sus hábitos de limpieza favoritos (por más exagerado que sonase): el aseo personal. Diez minutos transcurridos y finalizada su ducha vistiendo únicamente su bóxer empieza por indagar dentro del ropero por la indumentaria que portaría ese día. No era alguien muy exigente con la vestimenta, qué decir al momento de combinarla, pero gratificaba tener una buena colección de conjuntos así evitar no repetirlos constantemente. Tomando una camisa azul rey, pantalones de casimir negros, un abrigo gris ligero y zapatos mocasines negros disponía a cambiarse cuando escucha una voz a sus espaldas. Su pareja había despertado.
—¿Qué hora es? — vivos y finos ojos azules, tan azules cómo el cielo le observaban en un estado apagado y moribundo.
—Son apenas las cuatro, sigue durmiendo — dijo una vez finalizó por ponerse los pantalones.
—¿Podrías despertarme a las cinco? Tengo una reunión a las siete. — murmuró el rubio tallándose los ojos con notable pesar.
—Está bien.
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-ᴀʙ ɪᴍᴏ ᴘᴇᴄᴛᴏʀᴇ-
Fanfiction¿Qué tan perfecta o dezastrosa podría ser la vida, el amor, el futuro? Los años, el tiempo, el deber y surgir están ahí, pero... ¿Y el sentimiento? ¿Dónde comienza? ¿Dónde termina? La felicidad está en las cosas que no planeas, en las que no ves ven...