PRÓLOGO

1.6K 61 8
                                    

La veo sentada bajo el árbol en el que siempre está, con un libro entre sus piernas y un bolígrafo en su boca, su cabello castaño claro cae suelto por sus hombros, casi hasta su ombligo, sus mejillas están levemente sonrosadas; levanta su mirada hacia mí y en el momento en el que sus hermosos ojos verdes se encuentran con los míos y sonríe, pierdo el aliento pensando lo mismo que pienso siempre que la veo...

"Es tan hermosa."

Me acerco a ella al igual que siempre, aunque esta vez con una intención distinta.

- Hola, Camile.

- Chris, hola ¿cómo estás?

- Bien, gracias ¿cómo estas tu?

- Bastante bien, no vas a adivinar lo que pasó... Daniel me invitó a salir esta tarde ¿no es increíble, Chris? - dijo tomándome las manos y sacudiéndolas con emoción, mientras yo escuchaba el sonido de mi corazón al romperse y mis ojos inundarse en lágrimas. Pero no podía llorar, no frente a ella, así que compuse mi mejor sonrisa y le dije:

- Me alegro por ti Camile, espero que la pasen muy bien hoy - ya, suficiente, no te tortures más y aléjate de allí Christopher -. Tengo que irme, solo pasé a saludarte, hoy quedé con Sebastián y Lily, nos vemos luego. - dije con una sonrisa llena de tristeza que esperaba que ella no notara.

En cuanto estuve fuera de su campo de visión eche a correr, sintiendo las lágrimas deslizarse por mi rostro y un dolor profundo instalándose en mi pecho; ya no tenía caso reprimir mi dolor, ya no había nadie allí cuya opinión me importase, ahora solo quería golpear algo y gritar. Estaba tan absorto en mis emociones que no vi a Lily y me choqué con ella.

- Idiota, fíjate por donde... Ah, Chris, eres tú, ¿cómo te... - se interrumpió al verme y cambió su expresión a una llena de furia. - ¡¿QUÉ TE HIZO LA PERRA DE CAMILE?! VOY A MATAR A ESA DESGRACIADA, TE JURO QUE LA MATARÉ. - dijo gritando, roja de furia y a punto de salir a correr en dirección a Camile.

La halé del brazo y la obligué a quedarse en donde estaba, temiendo que realmente le hiciera daño a Camile. Lily era mi mejor amiga y la amaba, pero no iba a permitir que le hiciera daño al amor de mi vida.

- Estate tranquila, Lily, no me hizo nada, no es su culpa, es mas mi culpa que la de ella... - hice una pausa, tomé aliento y continué, diciendo en voz alta aquellas palabras que tanto me lastimaban. - Daniel la invitó a salir y ella aceptó - dije con la voz entrecortada -, si yo hubiera tenido el valor de pedírselo antes, tal vez no habría pasado esto; así que no le hagas nada.

- Ay, Christopher. - dijo Lily abrazándome. - Te amo, pero a veces eres un completo idiota.

Me refugié en sus brazos y lloré como pocas veces en mi vida, Lily siempre me daba tranquilidad, me sentía seguro con ella y ella me entendía, no podía pedir una mejor amiga que ella.

- Hey, no sufras por ella, no lo merece, sabes que nos tienes Sebastian y a mí, y nosotros siempre estaremos contigo y te apoyaremos, por más estúpido que puedas ser - reí débilmente por su comentario y le di las gracias, dándome la vuelta para alejarme de allí.

- Christopher, no creas que te dejaré ir solo a casa como estás, vamos, te acompaño.

Aunque en ese momento quería estar solo, no protesté. Me alegraba saber que Lily siempre estaría a mi lado.

Me acompañó hasta casa y se fue luego de haberle prometido que no haría nada estúpido, me acosté en mi cama y me abracé fuertemente a una almohada, imaginando que la almohada era Camile y que algún día podría tenerla entre mis brazos, hasta que caí en las redes de Morfeo.

Unos fuertes golpes a la puerta me despertaron y me hicieron bajar corriendo a ver qué sucedía. Al abrir me encontré con un muy enojado Sebastian.

- Christopher, si no me dejas ir a matar a esa perra, al menos déjame entrar y habla conmigo.

No iba dejar que matara a Camile, así que lo deje pasar. Se sentó en el sofá de terciopelo azul claro y me lanzó una mirada llena de dolor, reproche y comprensión.

- Chris, amigo, te dije que Camile no te convenía, que iba a hacerte daño, ¿por qué nunca quieres escucharme? - dijo, luego soltó un suspiro y me miró a los ojos -. Perdóname, ¿sí? Odio estar peleado contigo, Chris...

Hace poco habíamos discutido porque Sebastian no paraba de renegar de Camile, y yo ya estaba harto de que no me dejara ir tras ella; pero yo también odiaba estar peleado con él, así que lo perdoné.

- Bien - dijo él -, nos vamos al parque de diversiones, no me importa lo que digas, vamos porque vamos.

- Pero Sebas, mi mamá...

- No te preocupes por eso - me interrumpió él -. Tu madre me adora, no dirá nada.

No puedo discutir con eso, a veces pienso que mi mamá lo ama más a él que a mí.

- De acuerdo, vamos.

Estuvimos el resto del día en el parque de diversiones, comimos mucho y nos subimos a todo varias veces, luego Sebastian me llevó a ver una película que quería ver hace semanas, y cuando llegué a mi casa, a las 11 de la noche, estaba tan agotado por la jornada con Sebastian que me quedé dormido de inmediato.

Tuvieron que pasar años para que me diera cuenta que, ese día, Sebastian hizo lo posible para que no pensara en la situación con Camile. Años para que me diera cuenta que todas las veces en las que había pasado algo malo con Camile, habían estado seguidas de tardes increíbles con Sebastian que me dejaban tan agotado que ni siquiera podía pensar. Años para darme cuenta que si había sido feliz a pesar de los desplantes de Camile, había sido por Sebastian. Años para comenzar a despertar en la realidad...

Hola :)

¿Qué les pareció?

Espero les guste, voten y comenten.

Gracias por leer :)

No puedes ser tu... (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora