Capítulo 2.

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Ya estaba listo para la fiesta, hoy quería verme estupendo para Camile, así que puse mucho empeño en mi apariencia.

Llevaba un pantalón negro ajustado, una camisa azul que se ajustaba a mis abdominales y resaltaba mis ojos azules, una chaqueta negra sencilla, y mi cabello negro ligeramente despeinado a propósito para darle un toque algo rebelde.

Me veía bien.

Sebastian, Darren y Julian llegaron a mi casa y de ahí nos fuimos a casa de Lily. Ella es muy bonita y su estatura, además de su cara, le da una ternura increíble y un aspecto muy frágil. Ella no resalta en ningún lugar, pero sólo porque no quiere, ya que siempre se viste de modo que oculta el gran cuerpo que tiene y camina con la cabeza gacha, dice que le gusta mantener un perfil bajo; pero cuando Lily se arregla y quiere verse bien, nadie le quita el ojo de encima. Por eso vamos a recogerla siempre que salimos de fiesta, porque no queremos que algún pervertido le haga daño.

Llegamos a casa de Lily y salimos todos a casa de Daniel, donde iba a ser la fiesta. Al llegar la fiesta ya llevaba unas dos horas, así que ya había mucha gente y era fácil entrar en calor. Inmediatamente empecé a buscar a Camile, me separé de mis amigos y recorrí el lugar con la mirada antes de empezar a moverme para buscarla.

Ya habían pasado dos horas y no la había encontrado, estaba empezando a frustrarme. Di otra vuelta por el lugar y me quedé totalmente congelado cuando vi a Julian besando a Lily. Eso no me lo esperaba, me dolió que Lily no me dijera nada, se supone que es mi mejor amiga. Iba a dirigirme hacia ellos cuando vi a Camile, no iba a dejar pasar la oportunidad, así que la seguí; estaba yendo hacia los baños.

Ella iba muy por delante de mí así que tarde unos minutos en alcanzarla, entré al baño tras ella e inmediatamente me arrepentí. Ella estaba ahí, pero no estaba sola, Daniel le había levantado la falda y se la estaba follando ahí mismo; si notaron a alguien entrando no les importó. Camile, a quien yo siempre había considerado una persona inocente, tranquila, para nada una chica de una sola noche, estaba delante de mí teniendo sexo con Daniel… Mi corazón se rompió en un millón de pedazos; si antes pensaba que había sufrido, estaba muy equivocado. Esto era el dolor real.

Estaba en un shock absoluto, incapaz de moverme o emitir algún sonido, así que sólo me quede parado allí, mientras mi mundo se derrumbaba y observaba a otro hombre tomar al amor de mi vida. Camile abrió los ojos y me vio, inmediatamente se apartó de Daniel, dejándolo enojado por no haber terminado, él se giró y descubrió la razón por la que Camile se había detenido. Daniel se recompuso bastante rápido y se fue, no sin antes lanzarme una mirada llena de odio, pero Camile se quedó allí, con el rostro totalmente enrojecido y los ojos como platos, sin darse cuenta del daño que había causado.

- Chris, yo, no… eh, yo no… no es lo que crees. – balbucea. Debe creer que soy un idiota.

- No, seguramente no, obviamente ustedes sólo estaban jugando x-box, ¿no es así? - le digo con reproche.

- Chris, no me hables así… Vale, si es lo que viste – nooo, ¿me lo juras? –, pero por favor, por favor, no se lo digas a nadie, no quiero que nadie piense que soy una puta o algo así.

No puedo creer que me esté diciendo esto, como si tuviera ganas de compartir la experiencia más dolorosa de mi vida…

- No le diré a nadie. – digo mientras salgo del baño y me marcho del lugar. Sólo quiero irme de aquí.

Antes de poder llegar a la salida me encuentro con Sebastian y trato de evitarlo, pero es demasiado tarde, él ya me vio. Inmediatamente nota que hay algo mal y se acerca rápidamente.

- Christopher, ¿qué te hizo ella esta vez? – dice Sebastian con el rostro contraído en una mueca de rabia.

- Nada, no me hizo nada, déjame irme Sebastian.

- ¿Qué no te hizo nada? ¿Ya te viste en un espejo? Te ves destrozado, Christopher, estas llorando y con la expresión más triste que jamás he visto ¿y me dices que no te hizo nada? Me ofendes, no soy un idiota.

- Lo eres, eres un maldito y engreído idiota, ahora déjame irme o te juro que no respondo.

- Oh no, que miedo, no respondes -dice sarcástico -, sabes que soy más fuerte que tú, no lo intentes.

Eso colma mi paciencia, me lanzo a él con todo lo que tengo, pero él tiene razón, es más fuerte. Solo lo hago retroceder un poco, él agarra mis puños antes de que haga algo con ellos y me lleva a la salida, a su auto. Me sube en el asiento trasero y bloquea las puertas, así que estoy encerrado; él se sube al asiento del conductor y arranca. No sé a dónde me lleva.

Recuerdo que Sebastian siempre tiene varias botellas de tequila bajo el asiento, así que las saco y empiezo a beber de ellas. Sebastian está tan enojado y enfocado en la carretera que no se da cuenta, así que puedo simplemente emborracharme en paz sin los sermones de Sebastian.

No me detengo aun cuando sé que ya estoy muy mal, no me detengo así sepa que ya no debería beber más porque mañana me arrepentiré, no me detengo por nada, porque esto me ayuda a olvidar.

Nos detenemos en la casa de Sebastian, sus padres están de viaje así que no hay nadie en casa; el destraba las puertas del auto y se dirige hacia mí, con una mirada llena de enojo y culpa. Cuando ve el estado en el que estoy se lleva una mano a la boca y maldice silenciosamente, seguro no le gustó que me acabara su suministro de alcohol.

- Ya... te lo pagaré... luego... no te preocupes por tu precioso tequila... imbécil - le digo arrastrando las palabras.

- No me preocupa mi tequila, Chris, me preocupas tu - me dice preocupado -, esto es mi culpa, no debí decirte de la fiesta, no debí dejar que buscaras a Camile. Lo siento tanto Chris, no sé qué habrás visto, pero seguro nada bueno teniendo en cuenta como estás...

- No me interesa tu lástima, Sebastian -le digo a la defensiva -. Eres un maldito engreído y un mujeriego, haces lo mismo que hace ella todas las noches, no puedes recriminarle nada, jódete, déjame en paz.

- No voy a dejarte ir así, Christopher. Soy tu mejor amigo - dice dolido -, no me interesa que me trates mal, no me dices nada que no sepa ya, pero si algo no soy, es un mal amigo, y no te dejaré en el estado en el que estás, así que deja de ser tan idiota y entra a mi casa. Ahora.

Sé que si no lo hago, igual él me va a arrastrar dentro, así que simplemente entro maldiciendo en voz baja.

Sebastian me hace subir a su habitación, me da un pijama limpio y me ayuda a cambiarme, ya que ahora estoy llorando a lágrima viva y me siento incapaz de hacer cualquier cosa. Le doy un abrazo, él siempre está ahí para mí; pero me dan unas ganas de vomitar terribles y salgo corriendo al baño. Vomito por lo que me parecen horas, mientras Sebastian acaricia mi cabeza y susurra palabras alentadoras.

Cuando termino, él me lleva a su cama y me sienta allí. Me mira de una forma que me es conocida pero no se identificar, es una mirada muy intensa; se acerca tanto a mí que puedo ver sus pupilas agrandarse en la oscuridad.

- Mañana no recordarás nada de esto - dice más para él que para mí.

- Si, es lo más probable -le digo.

- Si... Tal vez yo... - dice dudando de algo. De repente se inclina hacia mí y roza sus labios con los míos, dejándome totalmente en shock. Luego profundiza el contacto y me besa, y por alguna razón que no conozco, yo le devuelvo el beso. Sus labios se sienten suaves contra los míos y saben ligeramente a licor, pasa su lengua por mi labio inferior y yo abro mis labios para él, su lengua explora mi boca y nos enredamos en una lucha por el control. Cuando el aire se hace necesario, Sebastian se separa de mí a regañadientes, me mira a los ojos y me dice:

- Lo siento, Chris. Tenía que hacerlo, aunque fuera sólo una vez...

Luego se va y me deja en su habitación, pero antes de que pueda pensar en algo caigo profundamente dormido.

Hola :)
¡Se besaron!.. Pobre Sebastian, todo lo que tiene que aguantar :(
Y Camile... ¿Soy la única que la odia?
Bueno, espero que les haya gustado.
Gracias por leer :)

No puedes ser tu... (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora