Capítulo 3.

784 44 11
                                    

Me despierto desorientado y con un terrible dolor de cabeza, no tengo idea de dónde estoy y mis ojos aún no pueden enfocar bien las cosas a mí alrededor. Cuando al fin logro enfocar mi vista veo un techo azul oscuro con un poster de Epica (una banda de metal) en el techo y sé que estoy en casa de Sebastian.

Lentamente, recuerdos de la noche anterior aparecen en mi mente, hasta que finalmente recuerdo el patético motivo por el que estoy así. Camile...

Recuerdo cada detalle de ese momento y las lágrimas acuden a mis ojos con rapidez, antes de que pueda darme cuenta estoy sollozando incontrolablemente y ahogando mis gemidos de dolor en la almohada de Sebastian. Espero que él tarde en venir a ver como estoy, no quiero que me encuentre en este estado tan lamentable.

No sé cómo voy a enfrentar a Camile el lunes, no sé cómo hablarle o si debo seguir haciéndolo, no sé qué voy a hacer ahora con mi vida... Decido no pensar más en eso y dejar que las cosas pasen y ya.

Escucho que Sebastian entra, supongo que con un vaso de jugo de naranja y pastillas para el dolor de cabeza, las deja en la mesilla de noche y, ya que estoy de espaldas a él, da la vuelta para comprobar como estoy; inmediatamente cierro los ojos y finjo seguir dormido, siento su mano acariciar mi mejilla y lo oigo soltar un suspiro de resignación, luego se levanta y sale de la habitación.

En cuanto se va, sigo llorando. Debo verme patético en este estado, pero no puedo evitarlo, me duele demasiado. Intento cambiar la dirección de mis pensamientos y ver hasta donde recuerdo de la noche pasada. Recuerdo una pequeña discusión con Sebastian (debo pedirle disculpas por eso), recuerdo que me subió a su auto y que empecé a beber como loco de su suministro de tequila (también debo disculparme por eso), luego todo se pone borroso en mi mente y lo último que consigo recordar es una breve escena de mí vomitando y Sebastian consolándome. Pobre Sebastian, le debo demasiadas disculpas por mi comportamiento de anoche.

La próxima vez que viene Sebastian, que es como media hora después de su anterior visita, ya no finjo estar dormido y lo enfrento.

- Hermano, lo siento mucho, por todo lo de anoche. - le digo. Veo como se drena lentamente el color de su cara y me preocupo, ¿le hice algo más que no recuerdo?

- ¿Por qué, exactamente, de lo de anoche? ¿Lo recuerdas todo? - pregunta cauteloso.

- No, hay muchas cosas que se esfumaron de mi mente, así que pido perdón por la discusión contigo, realmente no quería decirte nada de eso, pero mi temperamento estaba fuera de mi control; perdón por acabar con tus reservas de tequila; por vomitar a tu lado y por darte tanta pelea anoche. Si te hice algo más que no recuerdo, perdóname.

El color regresa a su cara y su expresión asustada es reemplazada por una de tristeza que cubre rápidamente por su expresión habitual.

- Mi vida sería terriblemente aburrida si no tuviera problemas que resolver, y ya que manejo los míos muy bien, me encargo de los de alguien - me dirige una mirada de burla - que no puede encargarse por sí mismo de los suyos. - uh, la verdad duele.

- Ya, vale, lo siento, de verdad - le digo.

- No te preocupes, para eso estamos los amigos - me dice. Cambia de nuevo su expresión a una muy calculadora -. Ahora... ¿qué fue lo que te hizo Camile esta vez?

Mierda. No estoy preparado para contestar a eso. Sebastian ve mi vacilación y su rostro se llena de ira.

- Debe haberte hecho algo terrible si no eres capaz de contarme, ahora si la mato Christopher, en este instante salgo para...

- NOOOO! - lo interrumpo - no vayas, por favor, no le hagas nada, no le digas nada, yo le juré que no diría nada, es por su bien y...

- ¿Es enserio, Chris? ¿Sigues tratando de protegerla después de lo que sea que te haya hecho? ¿Confías más en ella que en mí?

- ¿Qué? No... No, claro que no, Sebastian, pero se lo prometí...

- Pff, dime, amigo ¿cuántas veces ella ha mantenido su palabra? No le debes nada - dice furioso y se va dando un portazo.

Supongo que tardará mucho en volver, cuando esta bravo él se va y no regresa hasta estar bien de nuevo, así que no me molesto en esperarlo. Me arreglo, tomo las pastillas para el dolor de cabeza y el jugo de naranja, y salgo de allí para mi casa, dispuesto a pasar un fin de semana desastroso.

*****************

El domingo por la mañana, me despierto con Lily encima mío tratando de matarme a almohadazos, supongo que mamá la dejó entrar...

- CHRISTOPHER! TÚ, GRANDISIMO IDIOTA, ESTÁS TERRIBLEMENTE DEPRIMIDO Y NO ERES CAPAZ DE MANDARME AUNQUE SEA UN MENSAJE QUE DIGA QUE ESTÁS BIEN... ERES UN MALDITO DESCONSIDERADO, CHRISTOPHER - me dice gritando.

- Lily... Lily... Lily... LILYYYY!! DETENTE - le digo - te lo explicaré pero necesito que dejes de golpearme.

Ella se detiene, se sienta en una silla a mi lado en la cama, y me escucha, no sin antes lanzarme una mirada dolida.

- El viernes en la noche vi a Camile... - empiezo, pero me detengo antes de decir cualquier cosa reveladora - Eso no importa, el caso es que estaba verdaderamente mal y Sebastian me llevó a su casa, estuve allí hasta ayer por la tarde y no he sabido nada más de él, pero estaba tan agotado emocionalmente que se me olvidó todo, lo siento, no volveré a preocuparte así.

- Ya... Sé todo lo que necesito saber, nos vemos - dice levantándose.

- ¿A dónde vas?

- A casa de Camile, tontito, ¿no creerás que yo, Lily, me voy a quedar tranquila y sin hacerle nada a la mayor causante de sufrimiento de mi mejor amigo y la culpable de que esté en ese estado? Como si no me conocieras, Chris - dice calmadamente.

- No, Lily, no le digas nada, no fue nada terrible, es sólo que soy muy sensible, pero no fue la gran cosa, enserio.

- Ya, y yo soy Hermione Granger ¿verdad? - dice con burla - Christopher, esta es la primera vez en toda mi vida que te veo así de mal por culpa de Camile, así que debes haber visto algo realmente malo para que estés así.

- Lily, por favor, por favor, no le digas nada, si realmente me quieres no le digas nada.

Lily se pone pálida, de un tono casi enfermizo, me da una mirada llena de terror que es rápidamente reemplazada por una de incredulidad y luego una llena de dolor.

- ¿Cómo te atreves a dudar que te quiero? Si tan sólo supieras lo que... - se interrumpe - Nunca, jamás en tu vida, dudes que te quiero, porque si lo dudas y no lo crees yo... - se interrumpe de nuevo - jódete, Chris - me dice, sus ojos se llenan de lágrimas - no le haré nada a tu preciosa muñequita bastarda... - se da la vuelta y sale de mi habitación por la ventana, a pesar de que mi habitación está en un segundo piso. Ella es muy buena escalando.

Estoy confundido por lo que acaba de pasar, Lily jamás había reaccionado de esa manera, estos días me estoy comportando terrible con mis amigos, mañana tengo que rogarles que me disculpen, realmente no quiero perderlos.

Y tendré que hablar con Camile, a pesar de todo, a ella tampoco quiero perderla...

Hola :)

Ay, Chris, a veces eres algo pendejo...

¿Qué piensan de él? ¿Y de Lily? ¿Y de Sebastian?

Espero que les haya gustado, voten y comenten.

Gracias por leer.

No puedes ser tu... (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora