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Wheein le dio una gran y linda sonrisa al castaño frente a él, a penas habían terminado de almorzar en el gran jardín del castillo perteneciente a los Kim. Taehyung no era la persona más feliz del mundo después de lo que le pasó el día anterior en el bosque no pudo dormir, y la melodía voz de aquel monstruo no salía de su cabeza con su dulce risa, todo era tan espeluznante pero aunque eso le asustara la curiosidad y la necedad por ese monstruo cada vez era más fuerte. Él sabía que se tenía que alejar y dejar de investigar yendo a ese gran bosque.

- Taehyung... ¿no quieres ir a caminar? - preguntó la dulce doncella de cabello rubio.

- ah... Sí, por supuesto, señorita... ¿quiere usted pasear por los campos de rosas frente al castillo o prefiere ir al invernadero de plantas exóticas? - preguntó el castaño haciendo uso de todos los modales que si madre lo obligó a practicar.

- al invernadero está bien, ¿vamos?

Ambos jóvenes se pararon y caminando llegaron al campo enorme que se escondía atrás del imponente castillo, más al fondo una casa de vidrio enorme se alzaba y con ella un millar de plantas que la hacía ver más impresionante. Ambos entraron, claro Taehyung dejando entrar a la chica como todo un caballero.

Mientras caminaban y el castaño contestaba todo lo que la señorita Jung Wheein decía se puso a pensar en que realmente no le interesaba en lo absoluto casarse, en sí no le interesaba las chicas, desde pequeño le llamaban más la atención los hombres, prefería ver o leer historias donde un hombre fuera el protagonista en vez de una doncella como todos los clichés que había.

- señor Kim... ¿usted qué piensa sobre nuestro matrimonio arreglado?

Taehyung pareció pensarlo durante unos segundos, no lo podía decir directo todo lo que pensaba así que estaba buscando las palabras correctas para expresarse.

- pienso que no debería de ser así... no me malinterprete, señorita Jung, pero usted no me interesa en lo más mínimo y es feo que la obliguen a estar el resto de su vida con una persona que realmente no la ama.

Una voz en la que aparecía a través de las plantas exóticas llamo la atención de Taehyung, ya que esta confusa voz le decía a la oreja:

-que linda forma de rechazar a alguien, amor. - Taehyung volteó asustado pero no vió a nadie, no había nadie en el invernadero a parte de ellos dos.

- hmm... tiene razón, sí, pero... no podemos hacer nada... estamos obligados a contraer matrimonio, señor Kim. - Dijo la chica, pero Taehyung estaba más interesado en saber de quién era la voz que venía de las plantas, o en todo caso, sí se estaba volviendo loco.

- realmente no me quiero casar... así que quizá escape un día... o quizás no, no lo sé. No me gusta que mi vida haya estado planeada desde que nací... Pero, tampoco es como que lleve una mala vida.

La voz volvió a hablar, haciendo que Taehyung perdiera la concentración de nuevo.

- Ay, cariño... tu vida está planeada desde antes de que nacieras. - volteó de nuevo, pero, otra vez, no había nadie, la señorita Wheein y él eran las únicas personas en cuerpo y alma en el lugar, pero quizás... había tres almas pero solamente dos cuerpos.

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El almuerzo acabó, por fin, Taehyung seguía dudando de la voz del invernadero, creyó haberla escuchado antes y le asustó pensar que era la misma voz del bosque, la misma dulve voz que le encantó aunque las palabras que dice son amargas.

Decidido volvió a salir del Castillo en dirección al temeroso bosque que se hayaba más fascinante que aterrador a sus lindos ojos. Llegando al mismo lugar que la vez pasada le llegó a su oído esa voz que trataba dulcemente.

- veo que volviste... ¿listo para venir conmigo? - preguntó la voz de procedencia dudosa, pero él tono era burlón.

- no. Quiero que me digas quién eres y qué quieres de mí. - Taehyung hablo serio, como si su piernas no temblaran.

- oh... mi dulce Taehyungnie... soy lo peor que te va a pasar en la vida. - la voz soltó otra risa burlona moviéndose de lugar, hasta que se volvió a oír, pero esta vez en el oído del menor como un susurro. - Robaré tu corazón y lo dominaré de la manera más aterradora.

- no soy tuyo. Yo... yo soy mío, no te pertenezco... - las lágrimas amenazaban con salir, pero él era fuerte. No lograría de nuevo.

- ¡Ja! Eres mío... me entregaste tu alma antes de morir... Y mírate, después de un millón de años... tu alma aún me pertenece, así que síguete repiyiendo que no eres mío... al final... - la voz cambió de lado quedando en el otro oído de Taehyung. - te daré la vuelta, te romperé y te tragaré... no lo podrás evitar.

- suficiente... yo... me largo. - sin más el castaño salió corriendo, igual o más desesperado, se detuvo cerca de un árbol y gritó, gritó lo más fuerte que pudo, diría que lo más fuerte que ha gritado en su vida, pero otra vez, nadie lo escuchó, porque el monstruo no lo permitió, lloró y casi se asfixia en llanto. Eso hasta que vió a alguien acercarse a él, era un hombre blanco, de pelo largo y negro, su mirada era filosa, sus ojos eran una mezcla extraña entre café y negro, así como su cuerpo era fornido y atractivo, Taehyung mentiría si dijera que el tipo no le pareció apuesto.

El chico llegó hasta él y sonrió de lado, se acercó a su oído para susurrar algo, ya que Taehyung casi no podía ni hablar, ni moverse, sólo escuchó atento.

- te volveré un desastre, amor... - y después de eso, por arte de magia ya estaba en su cama, sin nadie al rededor, ni a punto de morir por asfixia causada por su llanto y desesperación, todo era tan confuso. Pero, ¡mierda! El bastardo era guapo.

monster; Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora