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El pelinegro se despertó debido a un grito y a una inquietud que le advertía algo, poco a poco abrió sus ojos y pudo ver que el bonito castaño no estaba a su lado, se sentó en la cama para dar un vistazo a la habitación y lo encontró sentado en el piso a lado de la puerta de entrada, totalmente vestido con la ropa que traía el día anterior.

—Maldita puerta de mierda.— dijo con un puchero en su boca.

—¿Así que todo el escándalo que estás haciendo es por no poder abrir la puerta, estrellita?— preguntó el pelinegro sonriendo al ver la expresión de sorpresa en Taehyung. —Sin mi consentimiento jamás podrás salir de esta habitación, príncipe.

—Entonces como ya despertaste, ¿me dejarás salir?

—Deja lo pienso...— colocó su mano derecha en su barbilla fingiendo profundizar su respuesta y después sonrió con burla en el rostro. —No.

—Pero... — Taehyung soltó un sonoro suspiro y se levantó del piso con todo el porte que un príncipe como él tiene. —El día de ayer no sólo me trajiste contra mi voluntad a este lugar, sino que también me usaste para tener relaciones sexuales. Exijo que me dejes salir de aquí.

—¿No te gustó?

—¿Qué cosa?

—El sexo.

Hubo un silencio por parte de los dos en donde el castaño se sonrojo y volteo la mirada a la izquierda donde estaba la ventana.

—No voy a responder eso. — regresó su mirada a la del pelinegro que seguía recargado en la cabezera de la cama con una ceja alzada, su sonrisa ya no estaba y su mirada feroz le puso la piel de gallina. —Ahora, quiero que me regreses a mi casa, sino vendrá la guardia del castillo y no te irá nada bien a ti.

La carcajada que se oyó en la habitación hizo sentir al menor tonto, ¿acaso la guardia real no podía vencer al monstruo que lo ha "atormentado" toda su vida?

—mi amor, jamás nos encontrarían.— la mirada confusa del menor provocó que el pelinegro se levantara y se parara frente a él para tomarlo del mentón admirando los detalles de su rostro. Pensar que no tenía nada de diferente a su Tae de hace tantos años.

Suspiró y alejó su tacto del rostro del castaño mirándolo tan profundo.

—Está bien. Te llevaré a tu casa...

—Gracias.

—Pero dentro de tres días volverás a la entrada del bosque donde te estaré esperando. Durante estos tres días no... No me meteré en tus sueños ni en tus conversaciones o pensamientos.

Al captar lo que el monstruo le dijo sus ojos se llenaron de lágrimas, ninguna salió, y con un nudo en su garganta dijo.

—Pero... ¿Después de estos días no volveré a ver a mis padres o a mi hermano?

—Estrellita... ¿Me crees tan cruel?— el monstruo dirigió sus manos a la cintura del menor sin dejarlo ir.

—No lo sé, no te conozco.

—Los verás... Una vez a la semana, un día de los siete que tiene la semana, tú lo vas a elegir, pero en cuanto las veinticuatro horas se cumplan tienes que volver a la entrada del bosque.

—¿Qué pasa si no regreso al bosque?

Se acercó a su oído y respirando su olor más de cerca susurró —No me hagas ir por ti, mi amor, recuerda que siempre sé donde estás, no te puedes esconder.

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—¿Dónde estabas?— Preguntó su madre una vez lo vio llegar tarde al almuerzo en el jardín trasero.

—Yo... Ah... Madre, necesito hablar contigo... En privado.

Estaba preocupada, y ver a su hijo tan inseguro le preocupó, pero su enojo podía más que su preocupación.

—Bien, esperame en el salón del trono después del almuerzo, ahora te vas a tomar un baño, quién sabe dónde habrás pasado la noche.

Taehyung se retiro del lugar y se fue al cuarto de baño de su alcoba, ahí parte de la servidumbre lo ayudó con el baño de burbujas para relajarse y pensar en lo que le diría a su madre.

Terminó su baño y en la comodidad de su habitación se dio el tiempo de ponerse un camisón, ese día no saldría a ningún lugar, solo saldría de su alcoba para ir al salón del trono y a la habitación de su hermano. Se dirigió al salón del trono cuando era la hora que su madre le dijo y la encontró a medio salón pareciendo lo que era, una reina.

—Quiero explicasiones, Taehyung. Dejando de lado que eres mi hijo y te amo por lo que me preocupo, eres un príncipe, el príncipe menor de la dinastía Kim, no puedes simplemente desaparecer como lo hiciste.

—Lo sé.

—Te estás tardando para resolver esto.

—Madre... Ya no viviré aquí.

—¿Qué?

—Sonará idiota lo que diré, pero el monstruo de mi infancia se hizo real, es real, tiene la apariencia de un rey, no lo es, pero aparenta serlo, y es poderoso... Muy poderoso, tanto para estar escuchando e en este momento es un monstruo...— Las lagrimas de los ojos del menor Kim salieron, pero siguió hablando. —Él me secuestro ayer por la tarde... Él dijo que en tres días debía volver a la entrada del bosque... Si no él me buscaría, Madre, no quiero saber qué es capaz de hacer.

La reina más calmada se acercó a su hijo menor y lo abrazo al no soportar verlo llorar tan desesperadamente mientras hablaba. ¿Cómo iban a solucionar eso?




Hola, panquesitos, ¿me extrañaron? Yo sí JAJAJA, quizás empiece a actualizar un poco más seguido, mientras espero que les guste el capítulo, los amo💖🍃

monster; Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora