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El castaño estaba en el mercado del pueblo, hace mucho no iba sólo, pues siempre llevaba consigo a dos guardias del palacio por "seguridad" sin embargo, esta vez se escapó, poniéndose una larga capa con capucha de como a azul rey, era muy elegante, pero aún así no notaban que él era el príncipe menor de los Kim, pues todos los nobles o hijos de nobles las usaban, así que pasaba prácticamente desapercibido por todos.

Por todos, menos por un pelinegro que lo observaba desde las sombras, y es que no lo podía evitar, su instinto lo hacía seguirlo y hacerse presente en cada ocasión que pudiera. Porque era él, después de un millón de años regresó, después de su largo sueño, y seguía siendo un alma tan pura, seguía siendo su Taehyung, aquel que le declaró su amor sabiendo que era un monstruo, un monstruo que por naturaleza destruye lo que más ama.

El castaño caminó hasta un puesto, puesto al que su madre le había prohibido ir, ya que Dios no quería que supiéramos nuestro futuro por métodos satánicos, pues, era el puesto de una adivina.

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- ¿me estás diciendo que quieres saber por qué un "alma" va a visitarte en las noches y te agobia a tal punto de no dormir y perseguirte a todos lados? - preguntó la señora de unos sesenta años con una mirada de asombro y una bola de cristal enfrente de ella.

- así es, hay un monstruo persiguiendome, se presenta en mis sueños, y lamentablemente, es muy buen mozo, pero es malvado, siempre hace que pierda todo el aire y mi respiración se agite, y cuando siento que me voy a morir me la devuelve de la nada... - hubo una pausa en la que se detuvo a pensar en lo que dijo, si alguien más le contara eso a él, pensaría que está demente.

- bien, niño... veamos que ha pasado en tus vidas pasadas...

La señora se metió detrás de un gran vieron a y regreso con varias plantas, incienso, un vaso de agua, una vela y un puño de tierra, colocando la bola de cristal en medio de todo, colocó el fuego de un lado, del otro lado de la bola puso el vaso de agua, a un lado de la bola puso el puño de tierra y en frente colocó un pequeño tazón vacío.

- dame tu mano. - Taehyung sin decir nada le extendió su mano izquierda, casi al instante de que la mujer tomó la mano la pincho con una aguja, más específicamente, pincho el dedo anular, lo tomó con brusquedad y exoromio la sangre en el tazón que estaba vacío.

Esta vez tomó la otra mano de Taehyung a la fuerza de modo que sostenía con fuerza amvas manos del castaño mientras cerraba sus ojos mientras decía algo en palabras extrañas que Taehyung no comprendía, cerró sus ojos pero lo abrió cuando la misma imagen del bebé en sus apareció de la nada y justo cuando se fue la imagen la mujer habló.

- tu alma has vendido, y su dueño la reclama, el amor de su relación es destructivo pero hecho está el lazo, firme, a pesar de los años que han pasado.

La señora soltó sus manos, hasta ella estaba confundida, pero era una fe sus reglas no involucrarse demás con un cliente. Le sonrió a Taehyung y extendiendo su mano llena de anillos dijo.

- serán mil wones.

- ¿Qué? ¡Usted no me dijo nada, sólo me confundió más de lo que ya estaba! - soltó Kim enojado. ¿su alma vendida?, ¿relación?, ¿lazo? No entendía nada.

- oye, yo hice mi trabajo, me comunique con muertos para ver tu pasado y sólo me reclamas.

- pero... ¡tenga! - Taehyung aventó el dinero a la mesa saliendo de la campaña hecha por muchas telas, estaba enojado, la señora sólo le había metido aún más dudas en la cabeza, y eso sólo lo ponía más nervioso.

Caminó a pasó rápido por las "calles" que el mercado marcaba, llegó al inicio del bosque, se debatía si entrar o no. Al final decidió entrar, lo sorprendente fue que no avanzó más de diez pasos cuando escuchó la dulce voz que tanto le gustaba se detubo de golpe y volteó hacía la derecha donde vio al guapo pelinegro recargado en un árbol mientras tarareaba alguna melodía que había escuchado en algún lugar del reino.

- pensé que no volverías. - habló la voz dulce desde el árbol donde estaba sin voltear a ver a Taehyung.

- yo... - se quedó un par de segundos pensando, él era un príncipe, todos lo llamaban "su Majestad" practicamemte todo lo que él quería lo tenía. - exijo que me digas ¿por qué me sigues?, ¿por qué no me dejas dormir?, ¿por qué no puedes desaparecer de mi vida?

El pelinegro suspiro con una sonrisa ladina en su rostro y en menos de un segundo ya estaba frente a Taehyung acariciando su mejilla con delicadeza y con una mirada nostálgica.

- Te sigo porque me gustas, no te dejo dormir porque no me gusta que no te acuerdes de mí y no puedo desaparecer de tu vida porque estoy pegado a ti, estoy enlazado a ti, mi destino es amarte... así como el tuyo es amarme, Taehyungnie. - sin querer las lágrimas salieron de los ojos del castaño, un sentimiento de nostalgia, de enojo, de tristeza, pero también de felicidad se instaló en su pecho, todo era un caos.

- no sé qué decir... ¿cómo sé que no es un mentira y sólo eres un brujo que trata de llegar a la realeza? - Taehyung frunció el ceño pero aún así echó su cabeza a un lado en busca del tacto del que él había llamado "monstruo."

- estrellita... Yo no planeo llegar a la realeza, yo planeo sacarte de ella.

Sonrió de una manera "malvada," una manera que asustó a Taehyug, pero antes de que se diera cuanta el chico de cabello negro lo durmió con un chasquido de dedos tomándolo entre sus brazos y llevándolo al interior del bosque.

monster; Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora