Entraste En mi Vida [PARTE 2 De 10 Días en Celo] (Canceladisima)

Capítulo 18

Alya esa noche habia dormido con una sonrisa en su rostro. Sin preocuparse de que si una situacion tan linda y especial como la que ocurrió volviera a ocurrir en un futuro, cercano o lejano.

Solo se sentía feliz de poder haber disfrutado de un día lleno de alegría con Nino.

Algo le decía que esas cosas iban a seguir pasando y poco a poco iban a estar más unidos.

Por su parte Nino despues de su frustración matutina de que eso no vaya a pasar de nuevo, se decidió a que el podría hacer que pase. Entonces el invitaria la proxima vez a Alya a pasar el rato, mas le asustaba un poco que eso llegase a ser una especie de cita.

Aun no se sentía preparado para llamar a una salida una cita, y menos con Alya.

Sería una salida de amigos para disfrutar su mutua companía, de eso se había convencido Nino para tomar el valor de querer invitarla a "pasar el rato" de nuevo.

Tomó la desición de que iba a invitarla a un parque de diversiones, porque le parecía que iba a ser un sitio en el que iban a poder divertirse como amigos, y que el lugar no sea tan poco romantico como unos baños públicos.

Al día siguiente, en la mañana, se puso a investigar sobre sitios de atracciones a donde pudieran ir, y el precio. Quería una buena calidad pero no gastar una fortuna.

Entontró una opcion que le parecía prudente, era un parque que iba 3 veces al año a Paris.

Se llamaba Antique, y afortunadamente eran baratas las entradas.

Se armó de todo el valor que pudo (que fue más de lo que esperaba, la verdad) y llamó a Alya, para que fueran al parque el fin de semana que seguía.

Antique se quedaría una semana y media así que tenia tiempo de sobra.

Compró las entradas antes de que se agotaran. Y tuvo un momento de tranquilidad absoluta.

Luego de eso, todo, por así decirlo, se salió de control.

Llegaron los nervios, el pánico, ataques de felicidad. Y luego el golpe de realidad.

Solo le había dicho a Alya que salgan el fin de semana, pero, no le dijo que como amigos.

Ese fue el momento definitivo del pánico. En su mente solo se reproducian las mil veces que se dijo a si mismo que le dijera a Alya que como amigos, inlcuso tenia sus argumentos.

No era un sitio del todo romantico, pero tampoco uno vulgar.

No quería apresurar las cosas.

No quería poner presión sobre Alya

Y la más importante en ese momento

NO ESTABA LISTO

Que le diría a Alya si es que piensa que es una cita? Y si ella aceptó por eso? Quedaría como un inutil.

Pero y si, si se lo tomó como salida de amigos?

Nino rezaba por que sea esa opción, moriría de verguenza si llamaba a Alya de nuevo para decirle que no mal interpretara las cosas.

Además tampoco era tan gil como para invitar a alguien mas y que se de por hecho que no es una cita.

El quería pasar tiempo a solas con Alya, y vamos, obvio Alya quería pasar tiempo a solas con él.

Solo le quedaba esperar a que todo saliera bien, además, pensó un poco, y que tendría de malo tener una cita con Alya?

No estaba preparado, eso era cierto, pero, en el fondo era lo que quería.

Lo mejor era no forzar las cosas, lo mejor pasa de manera inesperada no?
Eso creía, como aquella salida "al café" con Alya.

No tenia muy en claro si eso en el fondo había contado como cita.

Pero ya no le importaba

Todo iría bien, es lo que iba a pensar

...

Después de convencerse de ese hecho, se fue a dormir. Y el resto de días que quedaban para ir a Antique, los pasó con una tonta sonrisa en su cara.

Ahora Nino ya no era el mismo chico, que solo usaba gorra para sentirse seguro de si mismo.

Ahora, en ese preciso momento de su vida, se sintió seguro, se sintió feliz y eb calma.

Y cual era ese momento?

El momento en que se encaminaba a la puerta principal de la casa Agreste para ir a su "cita-no cita" con Alya.

Todo iría bien, no?

...

Absolutamente

Todo iba perfectamente bien, no hablaron de especificar que clase de salida tenian, ni mucho menos de que relacion tenían.

Solo eran dos adultos con mente de niño, difrutando de su mutua companía y afecto.

Nunca creyero encontrarse con las personas que vieron, y menos la reaccion mutua.

Nino quiso pretender locura y fingir que no los vio, pero Alya no interpretó el mensaje y fue, con algo de enojo, a "saludar".

—Nathaniel? Marc?

—A-Alya, no? —se mostró algo nervioso por su parte Marc, aferrandose al brazo de su acompañante.

—Oh, Alya, ha pasado mucho tiempo, y... Nino? Espera, en serio eres tu? —Nath no salía de su asombro al ver a una persona que había desaparecido de la faz de la Tierra.

—Si, soy yo, cuanto tiempo... —Exclamó Nino algo incomodo

—Bueno, hola chicos, si ha pasado mucho tiempo, solo, no mencionemos lo que pasó antes, s-si? —Pidió nervioso Marc, que miraba con ojos de cachorro a su novio.

—Si bueno, mejor digannos su presente, como se hallan? — Nath dijo alijerando el ambiente.

—Pues nosotros vinimos a divertirnos mientras estamos jovenes, no Nino? Somos amigos, y ustedes son....—Alya no terminó de hablar, cuando fue interrumpida.

—Pareja? Si, llevamos un tiempo juntos,  nos conocimos por el dibujo, y de hecho, los Agreste tuvieron algo que ver. Sin darse cuenta, cruzaron nuestros caminos en un concurso de dibujo de manga. Y pues, henos aqui —Mencionó, viendo a su alrededor, para posteriormente plantarle un beso en la mejilla a su timido novio, que se sonrojó al instante.

—Bueno, se ve que hiciste un poco de Gym, no? —Bromeó Alya, haciendo referencia a la figura mas musculosa y dominante de Nathaliel.

—No como yo —Jugueteó Nino, haciendo una pose jorobada mientras se agarraba su, casi inexistete, gordura.

Marc se rió por lo bajo, es condiendose en el hombro de Nath, a quien le pareció tierno este acto y sonrió de igual manera.

—Bien, ahora de este gran reencuentro, que les parece si disfrutamos del parque juntos? —Propuso Nath

—La noche es joven, no? —Aceptó Alya con confianza.

Esa noche, fue casi igual de magica, en una onda diferente, Nino se sentía cobijado por sus amigos, lentamente podía saber que sonreía de manera sincera.

Se sintió como en lad peliculas, en las que un grupo de adolecentes van a una feria, a comer algodón de azucar, reir, y hacer locuras.

La sombra de su mundo se desvanecía, ahora podía ver el rumbo correcto.

Y lo seguiría, iba a seguir la luz brillante a la que guiaba el camino.

Iba a persguirla, y no pararí hasta atraparla