Capítulo 21

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Hace 250 años....

"Joven deidad Baiyi" ...las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Meditó sobre lo que iba a decir, pero al final solo dijo:

- ¿Está seguro de esto? -miró al chico que tenía en frente y Baiyi lo miro con el ceño fruncido. Había un destello de autoridad en sus ojos que era diferente al joven frágil de la mañana.

- Maestro Tao Hua, acompáñame. Le prometo que no tardaremos -Suavizando su expresión y sonriendo, juntó sus manos en una petición, a lo que Tao Hua negó con la cabeza.

-No es necesario que haga eso. -dijo sin mucha emoción. Hiciera lo que hiciera para impedir que se fuera, estaba seguro que Baiyi siempre terminaría escapándose. De seguro escapaba mientras él dormía y todo bajo sus propias narices... realmente se sentía defraudado de sí mismo-. Es mejor que nos vayamos ahora-dijo con voz pausada.

La pequeña deidad sonrió de oreja a oreja.

Revisaron que no hubiese nadie alrededor. Baiyi se apresuró a guiar a Tao Hua por un estrecho camino, sorteando a algunos aprendices que se dirigían al comedor del templo. Escalaron algunos techos y finalmente llegaron a una pequeña pared de arbustos que estaba cerca del pueblo. Aparentemente no había salida.

- Permítame. -Xiao Li alistó su espada para cortar aquella pared.

-No seas imprudente. -Baiyi llamo su atención y lo aparto con delicadeza. La deidad atravesó la pared de musgo, desapareciendo, para luego volver a salir- ¿Ves?... Se puede pasar.

- Perdone usted a este guardián torpe. -respondió el joven con la cara algo roja, avergonzado de su proceder.

Baiyi sonrió como respuesta y Xiao Li se sonrojó un poco más. Se colocaron las túnicas y cubriéndose el rostro atravesaron aquella barrera natural.

El mercado nocturno de la ciudad Song era amplio. Sus calles estaban llenas de vendedores que ofrecían sus productos, gritando lo más fuerte posible para ser escuchados sobre el bullicio de los demás. Mientras las personas iban y venían, los puestos estaban iluminados con la luz de las farolas que se extendían por todo el mercado. Este mercado pertenecía a la otra ciudad próxima al pequeño pueblo del Templo Lan Hua.

Los dos hombres jóvenes recorrieron el mercado. Xiao Li estaba con la guardia en alto y cualquiera que se atrevía a acercarse a Baiyi era ahuyentado por la expresión de perro de este hombre.

A pesar de que sus vestimentas eran llamativas, las personas preferían ignorarlos.

Y Baiyi lo descubrió.

-Se más amable, nadie me quiere hacer daño. -dijo dando una palmadita sobre su espalda para tranquilizarlo.

De repente un agradable olor llamo su atención y tomó la mano de Tao Hua, arrastrándolo hasta un puesto de comida. Con voz algo temblorosa pidió panecillos al vapor, carne como para diez personas, congee, una jarra llena de té, dulces y por último una jarra de licor de pera.

Xiao Li vio la cantidad de comida que iba a comprar la pequeña deidad. Acaso eso que compró... ¡¿era vino?!

-Baiyi, creo que no es buena idea que compre esto -dijo agarrando la botellita de vino.

Expiacion para un villano mediocre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora