1. Frío.

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Nota: Esta historia no me pertenece, mi único trabajo aquí fue su traducción. Tengo permiso de la escritora, cuyo nombre es SingManyFaces, puedes encontrarla en AO3 y darle un poco de amor; le pedí su permiso  y ella accedió. Siento que el fandom Anisoka carece de buenas historias sobre ellos, al menos el del fandom de habla española, o carece de historias, al final. Personalmente, ella me encanta, su manera de escribir es hermosa, repito, vayan y chequeen su cuenta, sin más, disfruten.

Sumario: La relación de Anakin y Ahsoka cambia y crece de manera más profunda en el transcurso de su tiempo juntos, cómo se muestra en los momentos en que comparten la cama.

Nota de la autora:  Esto se pensó originalmente como una historia 5 + 1, pero terminé dividiéndolo en capítulos en lugar de ceñirme al formato habitual.  La historia está clasificada para el último capítulo;  si bien su enfoque está en Anakin y Ahsoka, en realidad son parte de un OT4 que se une en segundo plano.

El espacio es frío, establecido poco después de Christophsis.

...

     Era una sensación rara de paz que Anakin se empezó a levantar, la conciencia regresando a él lentamente. Lo primero que notó le trajo una suave sonrisa en su rostro, un pequeño cuerpo pegado cerca de su espalda. Bueno, eso lo explicaba; él siempre dormía bien con compañía.

     Dándose vuelta, él envolvió un brazo alrededor de ella y la acercó, metiendo su cabeza bajo su barbilla. Pero cuando acaricio su cabello... bueno. No eran rizos suaves los que se encontraron con su piel, sino una forma curvada inflexible. Con sus ojos aún cerrados, sus cejas se juntaron; su voz cálida con diversión, aunque aún ronca por el sueño.

—¿Viniste a la cama con un tocado? —¿qué tan cansada había estado ella?

Sintió un movimiento cerca de su pecho; lentamente él movió una mano entre ellos para sentir su frente mientras bostezaba contra su cuello.

—Eso creo...

Cuando escuchó su voz, la compresión lo golpeó, ¡no era Padmé!

Y con esa importante pieza de información otra avalancha de ellas vinieron, haciéndolo despertar completamente: la cama y las almohadas no eran de seda como las que se podían encontrar en los apartamentos senatoriales, las sabanas eran más finas y en menor número. Él estaba en el Resolute, dos rotaciones dentro en un salto hiperespacial, lo que significaba...

—¡Ahsoka!

Su Padawan se despertó sobresaltada, una patada hacia su espinilla fue apenas acolchada por las sábanas.

—¡Aquí Maestro! —ella respondió sin pensar. Ahsoka abrió sus ojos nublados, intentando encontrar el cromo en la pared— ¿Buenos —otro bostezo— ... días?

Tuvo la decencia de parecer un poco avergonzada.

Su rostro se mantuvo serio.

—¿Buenos días?

Él claramente estaba esperando más de una explicación.

—Tenía mucho frío —dijo culpablemente después de un momento—, y la manta de repuesto que encontré no hizo nada para ayudar.

Ese era un dolor que él conocía muy bien; no parecía importar cuánto toqueteaba los sistemas de calefacción, él jamás podía hacerlos producir las grandes temperaturas que prefería.

     —¿Así que tú solo viniste aquí?

     —¡Eres un horno! —ella se defendió, su mano moviéndose hacia atrás al quitarle su manta. Parecía que ella había llevado la suya consigo misma en lugar de simplemente arrastrarse debajo de la suya, así que al menos estaba eso. Capturando el dobladillo de la misma, tiró de ella de nuevo cubriendo su barbilla antes de acurrucar su cuerpo de manera más fuerte bajo ella.

—El espacio es frío, Maestro.

El bufido de una carcajada arruinó su mirada, podría haber sido lo más malhumorada que la había escuchado sonar. Era tentador mandarla a su propio litera. Si ella no hubiera hablado, ¿quién sabe qué tipo de situación vergonzosa se hubiera desarrollado? Sin embargo, a pesar de ese pensamiento, descubrió lo que la súplica le recordaba. Las escalofriantes habitaciones de la primera nave en la que había viajado fuera de un planeta, manos comprensivas colocando capas adicionales a su alrededor para darle calor. Él se había sentido avergonzado por expresar la necesidad en ese momento, pero su ángel no lo había juzgado por eso, solo lo consoló con seguridad: "el espacio es frío".

Él sintió un eco de esa misma vergüenza ahora, aunque no era la suya. Su vínculo aún era nuevo pero la pena de Ahsoka claramente irradiaba la Fuerza ellos.

Lanzando suspiro duro, luchó por sacar su manta debajo de ella, apartándola de manera tentadora.

—Muy bien, Snips. Ven aquí.

     El trino agradecido que salió de su garganta lo sobresaltó, pero luego ella envolvió manta más fuerte al rededor de ella antes de envolverlo a él; gruñó cuando su espalda chocó contra su pecho.

     —¡Muchas gracias, Maestro!

     Sacudiendo su cabeza, tomó su manta y la puso encima de ellos, colocando su brazo en la cintura de Ahsoka.

     —Solo levántame la próxima vez, ¿de acuerdo? —Ahsoka estiró su cuello de manera vergonzosa, encontrándose con su mirada a través de su hombro— Dame una advertencia.

     Un poco de su timidez volvió a aparecer en su expresión mientras asentía, repitiendo mientras se acurrucaba.

     —Gracias, Maestro.

Perdóname Mi Debilidad | AnisokaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora