Quizás debí morir ese 15 de abril de 1978. Tal vez ese era mi destino.
Ahora solo habito a la nueva Ana, convivo con ella, en una nueva piel que no puedo tocar cuando veo mi rostro en el espejo.
Esta es solo la piel que habito.
La Polimiositis, la...
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A veces pienso que morí aquel día que fui internada en el hospital Rebagliati*, ese día perdí mi vida.
A partir de ese día todo me recuerda a mi vida anterior.
Era un duelo. Yo había perdido a alguien que era mi "misma".
Ahora entiendo esa frase tan conocida: "Estar muerta en vida", y es real.
Cada día entre esas paredes blancas del hospital, cada hora de pánico, cada minuto de dolor, cada segundo de terror...
Cada aguja al despertar o en la madrugada.
Cada enfermera.
Cada lagrima mía y de mi familia.
Cada invasión a mi cuerpo.
Por ahora les he mostrado solo un tramo del sendero que me llevo a buscar la muerte digna.
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NOTA DE AUTOR:
*El Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, antiguo Hospital del Empleado, es un centro hospitalario público peruano situado en Lima y administrado por EsSalud. Es el más importante complejo hospitalario de la seguridad social del Perú.
