CAPÍTULO XXI

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A principios de año cuando por fin me decidí escribir este blog acerca de mi deseo, no sabía cómo hacerlo

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A principios de año cuando por fin me decidí escribir este blog acerca de mi deseo, no sabía cómo hacerlo. Al inicio preferí mantenerme en anonimato para evitar que los lectores me despreciaran por lo que pensaba. En la primera publicación tuve pocas leídas, pero con el tiempo y con el apoyo de mi familia y conocidos empecé compartir la publicación en redes sociales como Facebook, y es así como mis primeros post fueron creciendo y con ello fueron aumentando los seguidores en mi página de blog, empezaron a ser compartidos y con ello vinieron los comentarios de las personas en mis post.

Desde entonces nada ha sido fácil, tuve que aprender a lidiar con todo tipo de comentarios.

Esto me permitió a conocer personas con una empatía y sensibilidad admirables que apoyaron a sacar adelante este proyecto. Además me permitió poder retomar conversación con los amigos que perdí comunicación por la distancia y el tiempo.

Pero, ¿solo gane o también perdí? Y si, perdí a quien consideraba mi compañero de lucha. Perdí a quien le entregue todo mi amor, mi piel, mi pasión y mis gemidos.

Y ahora después de meses sé que no era amor.

Es tonto, creía que era feliz y ahora... ahora solo esta la que habita aquí.

Entiendo lo que pudo generar en esa persona a la que pensé que amé: es "demasiada información", era mejor para él (y para mí) no saber todo de mí, y ahora que no hay misterio ya se le fueron las ganas y prefiere no ver. A diferencia de él, ya no tengo nada que esconder y puedo contar a todo el mundo que en el peor de mis instantes, fui la otra.

Tuve que escribir sobre mí para recuperar mi cuerpo y apropiarme de él. Jamás había sido dueña de mi piel tanto como ahora lo soy.

Y parte de ese proceso previo a escribir, fue que me fotografíen. Lo mejor de ser fotografiada, es saber qué me gusta y qué no me gusta de mí. Me gusta mostrar mi cuerpo pero además me impresiona cuando logran capturar alguna mirada que no sabía que tenía.

Muestro partes de mi cuerpo en este blog porque lo siento como material literario.

Y es que la fotografía junto a la literatura se han convertido en mi espada y me han transformado en una libre y sin vergüenza alguna. Y de eso ya no hay retorno.

Cuando una mujer se apropia de su cuerpo ya nada la detiene. Pero cuando es una mujer con discapacidades o limitaciones físicas, además de objetos extraños en su cuerpo, como "tubos" y se muestra como "Eva", esto puede llegar a causar incomodidad y generar censura o rechazo. Porque para la sociedad las mujeres con discapacidad no inspiran deseo.

En mi condición una mujer es ideada bajo los estándares más censurables y conservadores.

La fotografía que fue usada como arma hacia la libertad, también se convirtió en un arma de doble filo.

Y es que un día que me dispuse a revisar Facebook me encontré con una ola de comentarios. Me sorprendí al recibir comentarios tan repudiables de desconocidos en redes sociales.

Ana quiere volar  |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora