Pablo.
Hoy es el día que mis viejos se tienen que ir a una cena de trabajo. Ellos son unos abogados muy reconocidos en la sociedad, además es la primera vez que dejaron que no asista con ellos a esas aburridas cenas que acostumbran a ir y que duran como doce horas. Voy aprovechar que me quedo solo en la casa para llamar a alguna de mis minitas y así pasar una buena noche.
-Pablito mi amor ya nos vamos- Avisó mi mamá entrando a la habitación -En un rato viene la niñera.
Espera..Que?!
-Como que niñera?!- Pregunté frunciendo el ceño -Yo no necesito niñera mamá, tengo 16 años, no te parece que ya estoy bastante grandecito para eso?
-Nadie te preguntó Pablo- Esta vez habló mi papá -Fue un aviso, preparate y espero que te portes bien con Marizza- Se dió vuelta y se fue.
Bufé rendido. Nunca le puedo llevar la contra a mi viejo. El es el que tiene la última palabara siempre y si le llevo la contra se convertiría en una gran discusión, y terminaría ganando el.
Dejé el celular a un lado, para levantarme de la cama y prepararme. Busqué lo que me iba a poner y decidí por una bermuda deportiva y me quedé con el pecho desnudo ya que estabamos en pleno verano y hacía muchisimo calor. Bajé a la sala de estar para fijarme si ya se fueron todos y sí, solo yo quedaba en la casa. Fuí a la cocina y preparé un sanguche de jamón y queso, en realidad no tengo hambre, pero que mejor que comer para el aburrimiento. Una vez con el sanguche listo, me acosté en el sillón y prendí la tele para mirar alguno de los canales que muestran caídas, o cosas graciosas que tanta risa me dan. Mientras reía y comía el sanguche, mi celular que lo había traido conmigo, comenzó a sonar avisando una llamada entrante. Estiré mi brazo para alcanzarlo ya que estaba en la mesita y al mirarlo rodé los ojos al ver el nombre de la pesada de Eugenia.
Eugenia es la prima de mi mejor amigo que por casualidad va a nuestra misma escuela y es mi compañera de curso. Esa mina está realmente loca. Se hace la santita pero es una completa tarada. Es re buchona y super metida, además de que es exageradamente fea.
Se hizo odiar desde la primera vez que la conocí, y dudo que alguien no la odie.
Corté la llamada y me dí cuenta la hora. Eran las siete de la tarde y la Niñera no había llegado. De igual manera es mejor, así puedo quedarme solo.
Seguramente se olvidó..
O eso creía hasta que tocaron el timbre. Caminé a la puerta con toda la pereza del mundo y al abrirla me encontré con una chica, de seguramente, mi edad. Estaba concentrada en su celular tecleando así que carraspeé para llamar su atención.
-Ah, Hola- Guardó el celular y me sonrió.
-H-hola- Titubee y ella rió.
-Puedo pasar?- Preguntó sin abandonar su sonrisa y yo asentí confundido, así que me corrí y ella pasó -Soy Marizza.
Está re buena para ser niñera..
-Perdón por tardar, pero el colectivo no pasaba más y bueno, tuve que tomarme un taxi- Explicó y bufó cansada.
-No pasa nada, creo que me puedo cuidar solo- Dije sarcastico -Soy Pablo- Me presenté estrechandole la mano -Una pregunta, cuantos años tenés?
-17- Respondió -Ya se, debés pensar que tengo casi tu misma edad y que soy muy joven para ser niñera- Yo asentí -Primero, soy mucho mas madura que cualquier chica o chico a mi edad; Segundo, yo solo cumplo mi trabajo, tu papá me contrató para que no te aburras solo, y eso vamos hacer, divertirnos- Me guiñó un ojo y sonreí.
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Relatos salvajes
FanficA pedido de nuestra mayor fan, @euge23casiangeles. Te queremos linda