Así llegaron hasta el Gran Comedor, Malfoy luego de algunos pasos fuera se soltó de las garras de Pansy y caminó por su cuenta, resoplando a cada paso que daban. Llevaba, como Alexander, un listón y una gran capucha; para él de color verde botella. Elegancia era la palabra más adecuada para referirse a él en aquel momento, y Pansy estaba muy orgullosa de ser su pareja; la verdad ella fue quien le pidió emparejarse, desde la primera vez que anunciaron el baile hacia aproximadamente un mes atrás y como Draco aun no estaba de novio con Hermione no dudó en aceptar la petición. Claramente ahora estaba arrepentido, arrepentido de no haberse disculpado antes con la castaña y de haber aceptado a una chica molesta y mandona de pareja.
Desde luego Crabbe y Goyle no tenían a nadie pero eso era algo irrelevante, lo único que harían era ser los brabucones de Draco y hablar sólo si él se lo permitía.
Otra de las cosas que rondaba por la cabeza del rubio (además de Hermione) era la petición que Voldemort le hizo, estaba casi completamente seguro de que en cualquier momento lo llamaría y todo mundo lo presenciaría "No creo que lo haga, de todas formas ha de estar enterado del Baile." pensaba irónicamente Malfoy, imaginando la gran escena que se formaría si el Señor Oscuro hiciese arder la Marca Tenebrosa. Sin embargo respuesta tenía para aquella petición, todo el alumnado ya sabía que Dumbledore estuvo en una expedición bastante sospechosa y que serían trasladados a otro colegio mientras el profesorado trabajaba en una misión; eso sin más, no habían detalles. ¿Le serviría eso a Voldemort para mantenerlo lejos de la celebración navideña? Por Merlín que así fuera, tenía cosas más importantes que hacer durante Navidad que pasársela entrenando, y más encima obligadamente… había muchas cosas que hizo obligadamente… de hecho casi nada de las cosas que había hecho hasta ahora eran por decisión propia.
Las luces y la algarabía despertaron a Draco de sus cavilaciones, lo primero que vio fue un brillante vestido del mismo color que su chaqueta larga, que estaba siendo usado por la mismísima Hermione. Ésta le devolvió una mirada vergonzosa pero altiva al encontrarse junto a Alexander, quien la tenía caballerosamente tomada del brazo. Pansy le tomó del brazo y sonrió vanidosamente, mientras que Blaise se dirigía a la mesa de comida, Crabbe y Goyle permanecían al lado del Sangre Pura más conocido de Slytherin. Inmediatamente Malfoy notó el parecido en la vestimenta y peinado de Alexander con el suyo, lo que más rabia y celos le provocó.
Tras ellos entró el profesorado seguido por Dumbledore, quien esta vez vestía de blanco como era habitual, combinándose con las paredes de la sala. Los profesores se ubicaron en los asientos usuales y Dumbledore en el gran podio con la estatuilla del águila.
-Mis queridos estudiantes,- Empezó el viejo.- Sean bienvenidos al gran Baile de Navidad, estoy muy agradecido que este año nos acompañe alguien ajeno, y espero que disfrute de la fiesta.- Le sonrió a Alexander, éste sonrió de vuelta.- Este año también tenemos comida más surtida, y una decoración diferente—como cada año—por supuesto. Y creo que es necesario advertirles que permanezcan dentro del castillo, no vayan a dormir tan temprano…- Algunos rieron.- Y creo que todos están aquí y no hay nadie solo fuera del comedor,- Se detuvo como pensando en algo más que decir.- No olviden que está prohibido ir al bosque… bueno, pueden empezar a disfrutar!- Se sentó en el medio de la gran mesa de profesores.
La música comenzó a sonar, y las primeras parejas salieron a la pista. Neville aún no regresaba, Ginny miró de soslayo a Harry, quien era arrastrado hasta la pista por Cho, Alexander estiró una mano pidiéndole a su pareja salir a la pista, Hermione aceptó gustosamente y ambos avanzaron. Lavender, de la mano tiró a Ron, juntos se ubicaron cerca de Alexander y Hermione. Malfoy quiso matar con la mirada a la pareja, pero no pudo ya que Pansy lo llevó a la pista.
-¡Bailarás y no me harás quedar mal frente a nadie!- Le susurró con irritación mientras el adoptaba la pose para empezar.
Esta vez Crabbe y Goyle no pudieron estar a su lado esta vez, por lo que fueron a la mesa a probar; por lo que parecía, Zabinni estaba sin pareja también y solo se dedicaba a observar a los demás bailar mientras bebía ponche.
De vez en cuando Malfoy se volteaba disimuladamente para mirar a Hermione bailar con Alexander, a lo que Pansy se quejaba pisándole los pies y haciéndolo chillar de dolor, el resto que lo podía oír reía. Por su parte Hermione no miró ni una sola vez al rubio, estaba completamente concentrada en Alexander quien no dejaba de sonreírle y a su juicio bailaba bastante bien; algunas veces miró a su amigo Ron, quien era regañado por no seguir los pasos de Lavender y también a Harry, quien parecía muy contento con Cho.
Finalmente Neville regresó del baño, algo nervioso.
-Te has tardado bastante.- Comentó Ginny.
-Lo siento…- Neville bajó la cabeza.
-Vamos, ¡que recién empieza!- Lo tomó del brazo.
-¿Qué pasa?- Pansy frunció el ceño ante el gesto de su compañero.
-Tengo que… ir al baño.- dijo el rubio entrecortadamente mientras se tocaba un brazo dolorosamente.
-Pero…- No pudo detenerlo pues corrió rápidamente fuera de la sala, los demás lo miraron con extrañeza.
Hermione, vio la escena y se disculpó con Alexander para ir tras él fingidamente.
-¿Es la Marca Tenebrosa? Te está llamando…- Adivinó la castaña.
-Si.- Contestó Malfoy ásperamente, mientras se apoyaba en la pared.
-¡Tienes que resistir!-
-Es imposible.- Soltó un quejido.
-Mírame,- Le levantó la cabeza con la mano. –Yo sé que puedes hacerlo.-
Los ojos cristalizados de Draco enternecieron a Hermione, éste trató de mantener su mirada fría, y se arremangó la chaqueta para dejar a la vista el tatuaje.
-Tócalo.- Poco menos que le ordenó.
-¿Qué?- La castaña se puso ceñuda.
-Tócalo, alivia el dolor.- Le explicó sereno.
Luego de pensarlo por unos segundos y escuchar otro quejido más fuerte se decidió a acatar la orden de la serpiente, ambos compartieron una mirada algo extraña y ella se ruborizó levemente.
-Es demasiado fuerte.- Malfoy ahogó otro lamento.
-No existe nada más fuerte que el amor.- No supo bien de dónde diantres había sacado esa frase, pero luego de decirla le robó un beso.
-Te quiero.- Fue lo último que dijo Draco antes de ceder ante el Señor Oscuro.
Hermione se quedó con la mirada fija en el lugar donde desapareció, luego se armó de valor y regresó al comedor.
-¿Todo bien?- Le dijo Alexander.
-Sí.- Sonrió, aunque por dentro la preocupación comenzaba a tomar partido.
-Maldito… ¿Por qué tenías que llamarme ahora?- Farfulló Draco.
-Oh… ¿interrumpí algo?- Siseó teatralmente Voldemort.
-Estaba a mitad de una fiesta.- El Señor Oscuro notó el traje del chico.
-Eso no me importa,- Se volteó.- ¿Tienes la información que te he pedido?-
-Sí.- Draco suspiró. –Resulta que Dumbledore nos va a trasladar de escuela mientras él y su panda de profesores se meterán a trabajar en una misión.-
-¿Mas detalladamente?- Pidió el hombre.
-No tengo idea de lo que hizo exactamente, pero parece que estuvo buscándote.-
-Al parecer nos ha descubierto…-
-¡Ya estamos aquí!- Crabbe y Goyle aparecieron.
-¿Crabbe, Goyle?- Malfoy los miró confundido. -¿Ustedes son Mortífagos también?-
-Por supuesto que sí.- Contestó Voldemort. -¿Dónde está el moreno?- Les preguntó a los descerebrados.
-Debe estar por llegar.- Respondieron a coro ambos.
"¿Qué estas tramando ahora, hijo de puta?"
-Me temo que tendré que adelantar un poco el plan.- El Señor Oscuro río maliciosamente.
-Aquí estoy.- Se anunció Blaise.
Luego de él, otro pequeño montón de Slytherins llegaron ahí, ninguno tenía mucha idea de qué se tenía entre manos Voldemort.
-Ahora que han llegado todos,- Con solo decir eso calló el bullicio de susurros.- Prepárense para la emboscada.