Amor Perfecto

parte 3

4 años después.

Akechi a este punto solo era capaz de recordar la noche de su raptó, el tiempo que lleva en ese lugar es impreciso, se preguntaba si podría caminar o siquiera a salir; sus ojos vendados, y manos retenidas por grilletes, sabía que estaba sobre una cama, pero el dónde o porque: le son desconocidos.

Su dolor de caderas, la sensación de múltiples mordidas y chupones, saber que su cuerpo a sido marcado, que tal cosa como dignidad o orgullo ya no son conceptos que se ajusten a su persona lo mantenían abatido más haya de preguntarse a si mismo cuándo será liberado o cuándo dejará de venir esa persona que cuyo rostros y voz desconoce, de quién dependía para comer e incluso hacer sus necesidades a quien espera todo los días.

Con el pasar del tiempo Goro dejo de resistirse y gritar, de hacer rabietas, de patear; ya ni siquiera llegaba a soltar quejidos al contrario comenzó con leves gemidos, tampoco parecía pensar; antes solía decir el nombre de un individuo en particular, pero tal parece se rindió todas sus esperanzas fueron callendo poco a poco. Incluso ahora no comía por cuenta propia, en éstos momentos el era Akechi Goro el muñeco humano sumido en instintos; que a sus veinte y tantos años perdió cualquier rasgo de si.

4 años antes

La noche en LeBlanc eras silenciosas y calmas incluso en medio de esa extraña conversación que llevaron sobre las acciones del castaño, el joven de lentes no parecía dispuesto a dejar que su amigo este solo en un asunto tan Peligroso, pero aún temeroso prometió ser su cómplice ante aquella propuesta Akechi se negó, pero sentía que incluso si el no quería Akira se metería con tal presentimiento se obligó a si mismo a aceptar, y ahora estaban dormidos en el ático el de ojos grises no lo dejo dormir en el sofá y el no le permitió  dormir ahí tampoco así que ambos acurrucados en la algo pequeña cama, pero lo suficientemente cómoda para ambos.

El de ojos claros se despertó en medió de noche su expresión soñolienta, dejaba decir que no tardaría mucho en caer otra vez, solo alzo su rostro unos segundos pero eso fue más que suficiente para poder apreciar ciertos detalles de su compañero: sus pestañas largas o su respiración tranquila que choca levemente contra su cara; una confortable sensación invadió su pecho dejando ver una pequeña y dulce sonrisa en su semblante volviendo a caer ante las tentaciones de Morfeo.

Cuándo los ojos de Akechi se cerraron se abrieron los de la persona que estaba recostada a su su lado, aún que estos fanales parecían ser de otra persona, con una mirada pesada, que trae consigo un sin de deseos carnales vio al castaño que reposa como camarón junto a la pared, tan indefenso ante sus planes.

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Ya varios días pasaron después de esa peculiar noche; el joven de cabellos castaños camina otra vez sólo por las calles, pero en esta ocasión el sol todavía iluminaba las calles y sonreía como si fuera un niño que hizo sus deberes; el destino de hoy es LeBlanc ese pequeño café que suele frecuentar mucho más de lo que le gustaría admitir estos últimos días, su interés hacia el ojigris se había disparado a niveles colosales, si por alguna razón el ya estaba mucho en sus pensamientos ahora sus pensamientos eran pensó que tal vez solo es la emoción, sensación y hasta comodidad de que alguien esté contigo tanto en las buenas como en las malas, alguien que te apoyé pese a muchas cosas. Akechi siempre quiso encontrar alguien así y saber que alguien lo quiere incluso si no es la persona más dulce o correcta, también sabiendo que es un niño no deseado; tal vez Kurusu sea más importante que cualquier amigo, tal vez sea más importante que cualquier otros ser humano para el, pero eso no impedirá realizar su venganza la necesita más que nada y si se cumple podrá irse hacia el más allá tranquilo sin importar dónde vaya.

Al llegar al café vió al grupo de amigos de pelinegro riendo mientras Akira prepara un poco de café, ya conocía a todos en ese  equipo y ellos decían que el era un miembro es de cierta forma divertido pasar tiempo con ellos, las risas no faltaban y había café en conclusión era agradable convivir cierto tiempo con ellos, aún que en esas reuniones Kurusu se mantenga casi en silencio.

El tiempo transcurrido fue agradable entre bromas y bromas, molestias, alegrías e incluso ese TOC de Makoto de controlar todo parece llevadero aún que su plan original si era quedarse en LeBlanc no lo era que fuera en una especie de pijamada improvisada.

Ya pasadas las doce estaban viendo una película americana algo intensa para el gusto de algunos; bueno Yusuke no estaba viendo dicha reproducción más bien parecía estar total y absolutamente enfocado en comer los bocadillos.

- Los americanos son atrevidos - comento en media película Akira

- Esa es parte de la magia, que cosas así no pasan - dijo la rubia.

- Honestamente no entiendo del todo - hablo un teñido.

- Ryuji nunca entiendes nada - burlonamente habla una chica sentada de forma extraña.

- cállate Minium - Ante esa reacción la de cabellos naranja saco su lengua en señal de burla.

Antes de que otra palabra fuera dicha un "Shhhhh" sonó y todos vieron a Kurusu quién lo hizo al percatarse de que Akechi dormía plácidamente con su cabeza recostada  en su hombro, para continuamente señalar al castaño. Captando el mensaje todos entraron en silencio y bajaron el volumen.

"Ser un detective a ser agotador" pensaron algunos así fue una noche agradable para todos.