Hoy en día... para mí levantarme de mi cama suponía un gran esfuerzo, pero desde hace unos minutos... después de haber tenido una especie de crítica hacia mi cabeza... hacia lo que uno quiere pero termina teniendo. Yo he decidido cambiar...
[Estoy en la esquina de mi cama sentado, contemplando mi cuarto]
-Que mierda es esto- Veo una invasión de ropa sucia en mi cuarto. Como si de una civilización se tratara, en el suelo veo un tumulto de prendas que parecieran estar enojadas, los pantalones discuten con las camisas, las camisas alegan que los pantalones son muy grandes como para que quieran estirarse tanto... que a las camisas no les dejan espacio para también extenderse a sus anchas. Por lo mientras las dos clases de prendas se mantiene arrugadas. Mientras tanto las prendas de la categoría de ropa interior presumen y demuestran su falta de aseo... -¡Qué asco!- intentan romantizar la mierda. Ocurren varias tragedias a los calcetines, mientras que unos están junto a su par, otros lanzan alaridos por no encontrar a su pareja. Los sombreros no lo soportaron... no soportaron el no ser usados para salir a las calles, por este motivo, optaron por colgarse en cuanta esquina de mi cuarto pudiesen y no solo las gorras cometieron suicidio, también los lentes, las pulseras y los relojes, que de por sí eran pocos... Pero se tiraron de mi mesa, la cual está inclinada -Creo que le falta una goma, a la pata trasera izquierda...-, y sus cadáveres quedaron en el suelo.
No solo en el suelo está la ropa, al parecer el suelo es un campechano de clases... había trastes, comida, libros y videojuegos... Que bonito ver a los objetos que más me ayudan, me cuidan y me entretienen. Pero para ellos es diferente, ellos odian estar desordenados, odian estar mezclados. -Que bueno, que no son humanos-... Me gustaría decirles a los objetos que todos viven en este cuarto y que por ende deben de llevarse bien, o que prácticamente todos vienen de la misma materia y tiene un fin similar (Ser usados por mí, hasta su muerte). Pero... Ellos... Prefieren vestir con la máscara de la falsedad...
[Pongo mi atención en un ruido, que de la nada apareció, provenía de entre las cobijas con las que me tapo]
Era mi celular, que como todos los días cada 30 minutos viene a venderme entretenimiento a cambio de pagarle con su moneda favorita, mi atención. No puedo resistir la tentación, así que tomo mi teléfono y lo prendo, para ver las notificaciones. Lo primero que veo es a YouTube, con unas 15 notificaciones de videos nuevos que han subido en los canales que yo sigo, pero es solo el comienzo... cuando yo empiezo a descartar estas notificaciones van apareciendo cada vez más y más notificaciones de videos de más canales (Estoy suscrito a unos 400 canales) que no podre ver ni con todo el tiempo del día. Una vez acabo con las notificaciones de YouTube, sigo con las notificaciones de Facebook y Twitter. Aquí me surge una pequeña decisión, leer primero la estupidez en bruto que la gente plasma en Facebook o sentir primero el odio que la gente libera en Twitter. La verdad no importa cuál sea primero, ya que en este caso el orden de las drogas no altera el resultado de mi mente, no altera el sentimiento de impotencia que créese dentro de mí, al contemplar cosas que yo no puedo controlar. Pero... esta vez es diferente... esta vez tuve un despertar raro, por que no intento hacer lo mismo con mi teléfono. Ok, lo aré...
[Cierro mis ojos y comienzo a cuestionar]
¿Esta adicción es mala? No lo sé... ¿Por qué no lo sabes?, por que... sin ella no sabría muchas cosas que ahora sé... como él... anime... con los tops de datos curiosos... o cuando tenía tarea, mi teléfono era el que me ayudaba y en muchos casos me salvaba de una calificación baja, pero... ahora, que estoy en aislamiento, ahora que no tengo tarea por que las clases finalizaron, lo único para lo que lo uso es ver memes y ver cosas malas que no puedo controlar pero tampoco puedo ignorar ahora que ya las vi. Veo en Instagram a la gente feliz y no puedo soportar pensar ¿Cómo esa gente puede estar tan feliz con todo lo que está pasando en este momento?, acaso no ven que gracias a la avaricia de la mayoría, por productos, estamos gastando todos los recursos de esta tierra, o no ven que en un momento u otro podemos dejar de existir por algún desastre natural. Verlos en sus fotos tan felices, me provoca pensar que están a diario consumiendo algún tipo de calmante. Que mal que en mí ya no funcione, si funcionara aún, ustedes no estarían leyendo esto. Ahora que lo pienso soy como el chico que se le acabó la pila del celular y ahora quiere un poco de contacto humano. Pero lo estoy aprovechando para poder redactar esto... Volviendo al tema de mi teléfono. Tampoco soy tan inconsciente... de que es más fácil seguir a los demás y no intentar sobresalir, pero que tan bueno es estar acostumbrado a una sociedad que camina con la venda en los ojos.
En conclusión está claro que me convierte en un adicto el teléfono, pero esta adicción no me mata, me mantiene informado de cosas que me importan, me entretienen y me agobian... pero... tampoco me deja vivir por generarme este miedo intenso a lo que no sé, a tal grado de no querer saber más, que mal que me halla echo une esclavo más de un ser que no tiene alma.
[Abro los ojos]
-Cómo puedo cambiar si de por sí vivo en un verdadero cúmulo de desastres... suciedades y caos...-
¿Yo no puedo cambiar si vivo en un ambiente ya caótico?... ¿es acaso este ambiente el que me provoca esta ansiedad y pereza por seguir viviendo?... ¿Qué hago?...
[Me quedo quieto por unos momentos y luego exhaló profundo]
Pero bueno... ahora que lo pienso estoy queriendo evitar el cambio... por miedo. Exagerado las cosas... Son solo objetos que no tienen poder sobre sí mismos, en este caso el que tiene la culpa de que estén desordenados soy solo "yo".
-Y que debería de hacer ¿Limpiarlo? O ¿Dejarlo?...- Me doy un golpe en la cabeza... Obviamente lo voy a limpiar... Pero... Ahora... Me surge una pregunta -¿Cómo paso todo esté desastre?- [cierro los ojos e intento recordar...] -O... Ahora lo recuerdo... Mejor-.
Este caos es fruto de solo hacer lo que me gusta y no hacer lo que debo. Me gusta vestirme para no sentir frío, pero no me gusta lavar... me gusta comer, pero me da pereza limpiar lo que se ensucia y se caía, me gusta siempre enterarme de todo, pero precisa mente me enfoco más en los problemas que no puedo controlar que en los problemas que tengo que resolver.
Hoy en día... para mí lo más esencia para cambiar es la disciplina, llego a esta conclusión por que, antes de este aislamiento social, yo era esclavo de lo que pensaran de mí, no digo que sea malo pero... hoy que estoy en pleno aislamiento social, hoy que no tengo a nadie de ejemplo, tengo la oportunidad de conocerme y conocer a la soledad.
Conocerme a mí no fue fácil, por que precisamente lo que la sociedad me enseño, es que fragmentara mi ser y de acuerdo con quien esté hablando mostraría una de mis múltiples caras que tengo, por decir yo soy cariñoso con mi novia, pero soy serio con mis maestros, a simple vista son fáciles de definir... por que solo son un fragmento de mí. Lo que me costó a mí fue juntar y aceptar lo que yo era. Y más a un sí le agregamos que no solo me conoció a mí sino que conviví también con la soledad.
La soledad es peligrosa... ella es, como jugar constantemente a la ruleta rusa o lanzar una moneda. Imagina que cada vez que no te toco la bala o que té salio cara en la moneda, tú puedes conocerte más a ti o puede surgirte una gran idea, por que las buenas ideas salen cuando estas en soledad sin tener alguna referencia... Pero cuando te toca la bala o te toca tache en la moneda... te vuelves prisionero de un cuerpo programado con impulsos básicos en desorden, en palabras básicas terminas desvelándote, comiendo mucho ejercitándote poco y no haciendo lo que debes de hacer.
Por eso yo creo en la disciplina, teniendo un cuerpo lleno de necesidades es necesaria la concentración para no perder el camino, por que como dije: Está programada con impulsos básicos en desorden y sin nadie que los comande, sin ciclos ni propósito solo aremos lo que nos gusta y no haremos lo que debemos, estás perdido si quieres conocerte y no tienes una buena disciplina.
[Me paro de la cama y comienzo a poner la ropa sucia en el cesto]
-Bueno será mejor que comience a ordenar todo y a limpiar... y luego veré si puedo cambiar mi ánimo-
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😔 Perdón por si encuentras una falta ortográfica, te agradecería que me lo dijeras, para así yo corregirlo 🙂
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Sin más que escribir los espero en los siguientes textos que haga. (Acepto sugerencias)
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Hoy en Día
Novela JuvenilEsta es una pequeña serie que está inspirada en Alfonso, el cual se siente desanimado y no quiere ni pararse de la cama. El aislamiento social lo hizo esclavo de sus vicios más humanos. Pero todo cambiará cuando un día cualquiera... despierta... y...