Y... ¿Sientes mariposas?

Otro personaje

-Digamos... Que desconecté. Era todo un personaje. No me busques más citas, An.

-Kan... Este era perfecto, alto, moreno, divertido, detallista, en muuy buena forma... Todas quieren acostarse con el, y el se fijó en ti.

-¡Anaiis, no estaba echo para mi! Sabes que no tiene que ser perfecto, solo me tiene que gustar.

-Pues... No se dará por vencido, consigue todo lo que quiere.

-Lo va a tener un poco imposible...

-Mira que eres bicho raro Kan... Bueno ya es tarde, tengo que volver a casa.-An me abrazó y se fue a paso apurado.
{¡Ia! Kan, espabila, te surgen mil y una oportunidades y tu las rechazas todas!} Dijo mi conciencia.

La verdad, lo poco que había atendido al chico, había parecido muy majo... ¿Cómo se llamaba?¿Br...ais, Bruno, Brandon...? Bueno... Daba igual, no tenía intenciones de saber nada de el.

Cojí las llaves de casa del bolsillo del pantalón y abrí la puerta, mi madre estaba haciendo la cena, asi que me encerré en mi cuarto con el movil para actualizar redes sociales o contestar a mensajes del whatsapp, había recibido un mensaje dee un número que no tenía registrado:

¿?:Hola.

Yo:Hola, ¿Quien eres?

¿?: Soy Darío.

Yo:¿Que Darío?

Darío: Jajaja, bueno, nada, si no te acuerdas ni de con quien has pasado la tarde...
{¡Eso! El chico se llamaba Darío, ni me acerqué}

Yo:Ah, ¿Y quien te ha dado mi número?

Dario: Haber... Jejeje, desde hace un tiempo que lo tengo pero nunca me atreví a hablarte, no lo veía adecuado cuando nunca hablamos antes, me lo pasó tu amiga Anaiis.

Yo: Vale, buenas noches.
{No tenía ninguna intención de seguir esa conversación, además, Salena, mi hermana, quería hablar conmigo cuado llegara a casa}

Sale petó en la puerta y me pidió permiso para pasar, le hice un gesto para que se sentara a mi lado sobre la cama.

-¿Que tal con el chico de hoy Kan?

-Otro personaje más.

-Pues en el insti no pasa desapercibido y dicen que se acuesta con todas, es un bombón, no me extraña.

-Sale, me tiene que gustar a mi, no a ti, ya lo sabes.

El tono del móvil de mi hermana empezó a sonar.

-Perdón, es Bruno, mi novio, ya te contaré la historia mañana, buenas noches.- Me besó la mejilla y cojió el telefono saliendo de la habitación.

Pensé en Darío, se había portado bien, y no era mal chico, pero... Le faltaba ese algo.

Me puse el pijama y me acabé quedando dormida.

[...]

Me desperté y Sale ya estaba desayunando, así que me uní a ella. De camino al instituto habíamos quedado con mis mejores amigas media hora antes, Inma y Saira, se acercaron a mi hermana y a mi y nos abrazaron una a una, y cono era de esperar, no tardaron en preguntarme por Dario, les expliqué con detalle todo, y Sale dió su opinión, en cambio ellas, solo me dijeron "Bueno, con que seas feliz, nosotras somoa felices" Y bueno... no me eaperaba menos viniendo de ellas, ya que eran las que mejor me entendían y estaban consideradas de la familia.

En la entrada del insti estaba Darío con sus amigos, pasé a su lado solo para acercarme a Nerina, Crisel y Anely, ya que Inma, Saira, y Sale tenían que ir a sus diversas clases, mientras les estaba contando todo, pusieron una cara extraña mirando para detrás mia, yo me giré y Darío estaba casi llegando a mi. Me quedé un poco en cortada... no quería que escuchara lo que había dicho, pero no eafaba segura si lo había escuchado.

-¿Puedes venir conmigo a clase? Me apetece pasar un rato contigo.-me dijo sonriendo.

Miré a mis amigas, y se retiraron diciendome con gestos torpes y poco discretos "Oh, que mono, suerte"

Me llevó a dar una vuelta por los jardiles del institutos, donde no había nadie, me empezó a hablar y esta vez quise no desconectar, para no parecer tan fría y sosa.

-Me dió la impresión que ayer no te lo pasaste muy bien.

-Emm... Bueno... -no sabía que contestarle para que no le sentara muy mal- es que estaba pensando en mis cosas, y con perdón, desconecté un poco.

-No, pasa nada, es entendible -rió- me gustaría pedirte dos cosas, ¿puedo?
{¿Pedir?¿Qué me debería pedir?}
-Si, claro...No te cortes- Dije insegura para ser algo más agradable.

-Primera cosa, no te creas mucho lo que van diciendo por ahí de mi, supongo que ya te iré poniendo al corriente poco a poco, y... segundo...-Se metió la mano en el bolsillo de la sudadera.

En ese momento de silencio, miró para mi, y un rayo de sol primaveral enfocó sus ojos verdes claro y sus disimuladas pecas, forzó una pequeña sonrisa, muy natural y se acercó a mi.