TUTORÍAS DE QUÍMICA [En edición]

Lan WangJi: Carta De Recomendación.

"Carta de recomendación", ¿Necesitaba una carta de recomendación?, ¿Dónde podría conseguirla?

Estaba estresado, último año de preparatoria era lo peor para él, entre repasos, tareas, proyectos y clases nuevas, estaban los preparativos para la universidad, los cuales aumentaban su estrés.

Tenía todo, menos la carta de recomendación, podría conseguirla fácilmente, pero quería hacerlo por si mismo, sabía que si le pedía ayuda a su padre o a su tío terminarían pagándole a cualquier socio suyo para que escribiera un montón de labia acerca de él sin si quiera haberlo conocido o si quiera saber su nombre.

Eso lo tenía preocupado, luego estaba el problema de pedir la carta, tendría que practicar mucho para poder pedirla correctamente, en el fondo de todo su ser, sólo quería que la tierra se lo tragara.

Como cada sábado iba hacia la librería, con la esperanza de comprar un nuevo ejemplar de su revista de antropología favorita, usualmente iba solo, pues su hermano, su tío o su padre siempre estaban ocupados. Como ya era costumbre ensayó frente a su espejo lo que le diría al encargado, estaba muy nervioso.

—¿po...podría d...darme un eje...ejemplar del National Ge...Geographic?—tartamudeaba, nervioso como siempre. Volvió a intentarlo, volvió a tartamudear, lo intentó una tercera vez y las palabras no salían de su boca, a duras penas el nombre de la revista que buscaba.

Al final, decidió escribirlo en un papel, de todos modos el encargado de la librería ya debería saber lo que busca.

Cuando llegó a la librería, está estaba totalmente llena, parecía un jungla ante su visión. Con esfuerzo llegó al aparador del encargado de aquella tienda, quien lo observó y sonrió—Buenas tardes jovencito, ¿Qué está buscando?—preguntó, Lan WanJi le extendió el papel y el joven rió un poco, enternecido por la acción.

—Busca en la sección de revistas, las más nuevas están en los revisteros de las mesas—indicó, Lan WanJi asintió y como pudo salió casi huyendo del mar de gente que bloqueaba las salidas.

Con un poco de suerte, salió ileso entre la multitud, la sección de revistas estaba llena, pero no en exceso, sólo recogería la revista que quería, la pagaría y le diría adiós a todo ese gentío. Internamente sonrió cuando vio aquella revista que tanto quería en el revistero, tal como dijo el muchacho, era la edición más reciente.

Cuando la sostuvo entre sus manos se sintió emocionado, sólo tenía que formarse para pagar y se iría a casa.

Con lo que no contó fue con la larga fila, demasiado larga, pero comparada con la fila que tuvo que hacer para entrar a la librería, está era más corta, de todas formas, se sentía frustrado por la lentitud de la gente al pagar. El patrón era el mismo, se acercaban al muchacho y antes de pagar le hacían plática al joven, quien se detenía para seguir la animada plática.

Las personas son molestas, pensó. Pues para él era desagradable que su tiempo sea desperdiciado de esa forma.

Además de que odiaba el calor, que cada vez se intensificaba.

En cuanto salió de aquel martirizante lugar, se dirigió a su casa, aún si estaba molesto por la incomodidad que le causó estar cerca de varias personas, se sentía contento teniendo entre sus manos el nuevo ejemplar de su revista favorita.

Entró a su hogar de la manera más tranquila, saludando con una reverencia a las visitas de su hermano—Buenas tardes—soltó, recibiendo la misma respuesta del grupo de jóvenes adultos, que parecían sorprendidos por el saludo de WanJi, pues estaban acostumbrados a que sólo los saludara en silencio o los ignorara.

En cuanto el hermano menor de Lan Xichen se fue a su habitación, los presentes se le quedaron viendo y comenzaron a preguntar.

—¿Desde cuándo nos saluda?—Xichen observó a su amigo y respondió—No me preguntes, desde hace unos días comenzó a querer comunicarse más—sonrió, Jiang YanLi tomó la palabra—Me parece bien, se nota que hace un esfuerzo—comentó de manera dulce, entonces Jin GuangYao también comentó—¿Podemos continuar con el proyecto?, después comentamos y celebramos los esfuerzos de Lan WanJi—con esas palabras comenzaron a trabajar, después de todo, el proyecto era para mañana, y el profesor Song no era piadoso como su cónyuge, el profesor Xiao.

No querían morir jóvenes por no entregar su proyecto.