Capítulo 4 - Moonsick

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Advertencia de Lewd en el capítulo.

Ha pasado casi un mes desde el ataque en la Selva Negra y Jesse está autorizado para tomar misiones una vez más. Es algo por lo que está increíblemente agradecido. Por alguna razón se ha estado sintiendo enjaulado, la base demasiado pequeña y sofocante de repente.

Así que Jesse le pidió a Winston más misiones, diablos, incluso se fue a los suministros con Lena en el transporte solo para salir de los confines del Watchpoint. Hanzo está claramente preocupado por él, y no es sorprendente considerando todas las cosas extrañas que suceden últimamente con Jesse. Hanzo, sin embargo, no lo menciona, probablemente porque está feliz de que Jesse esté una vez más a su lado en las asignaciones. Jesse también está feliz de estar al lado de Hanzo, de estar allí para protegerlo cuando las cosas comienzan a ponerse feas.

También está contento de estar cerca de Hanzo durante este tiempo.

Jesse pensó que estaba siendo demasiado afectuoso durante las últimas semanas con su amante antes, pero ahora ... ahora es como si no pudiera dar cinco pasos sin necesidad de saber que Hanzo está cerca. Y cuando Hanzo está cerca, es como si Jesse no pudiera pensar en nada más que en su arquero. La sonrisa de Hanzo, su cabello, sus labios...

El aroma de Hanzo.

El olor de Hanzo es lo que más atrae a Jesse. Hanzo huele a tormentas de verano y aire cargado justo antes de que caiga un rayo. A Jesse le quita el aliento, no sabe por qué no ha captado el olor de Hanzo antes. Es embriagador, y Jesse admite que se ha despertado muchas mañanas en los últimos días con la nariz presionada contra el cuello o el cabello de Hanzo. Si su arquero piensa que es extraño, tampoco dice nada al respecto, solo tararea y acaricia una mano a través de la terrible cabecera de la cama de Jesse y Jesse asciende directamente al cielo en esos momentos.

Es uno de esos momentos en este momento, y ambos están tirados en su cama después de regresar de una misión. Pasará exactamente un mes mañana desde el ataque a la Selva Negra, algo que punza en la mente de Jesse más de lo que uno consideraría normal. Él está pensando en por qué está tan presente en su mente en el momento antes de que Hanzo se dé la vuelta en su brazo y se abrace a Jesse. Con el rostro de arquero enterrado en el pecho de Jesse, aprovecha la oportunidad para enterrar su nariz en el cabello de Hanzo. El olor a champú le hace gruñir un poco de frustración ya que estropea el aroma natural de Hanzo. Jesse siente a Hanzo moverse en su brazo para levantar su rostro para poder mirar a Jesse a los ojos.

–Gruñiste de nuevo.–Hanzo murmura, acercándose más.–¿Qué te ha puesto de mal humor ahora?

–Es ... otra cosa extraña.–Jesse admite, acariciando la mejilla de Hanzo y dejando que su arquero presione su rostro contra la palma de la mano de carne de Jesse.–De acuerdo, nunca pensé mucho en cómo olías antes.

–¿Oh? ¿Es malo?–Hay un pequeño surco entre las cejas de Hanzo que es demasiado dolorosamente lindo y Jesse se distrae durante cinco segundos para presionar un beso en la frente de Hanzo justo encima de él.

–No.–Jesse agrega antes de que Hanzo pueda ofenderse más.–Es bueno. Asombroso. Amo como hueles. Hueles a tormentas eléctricas.

Hanzo parece pensar en eso por un momento antes de mirar su propio tatuaje, mirando al dragón real que se extiende por todo su brazo izquierdo entre estilizados relámpagos y nubes de tormenta.

–Encaja.–dice Hanzo después de un momento, con una sonrisa irónica jugando en sus labios. Toca la nariz de Jesse un segundo después.–Sin embargo, no responde por qué gruñiste.– Los dos han estado al tanto de lo que desencadena el extraño comportamiento de Jesse.

El Lobo y yo. [Mchanzo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora