∅† SMILE †∅ [Rubiusplay]

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– Ojos totalmente rojos y esa sonrisa...esa jodida sonrisa me pone los pelos de punta de solo recordarla... –

– Ou...no tengo ni idea, lo siento – se dignó a decir el de ojos morados para después cerrarle la puerta en la cara al castaño

Es obvio que Samuel sabía a qué se refería con aquella descripción pero, miedo? Según el azabache él no daba ni una pizca de miedo, más bien, daba risa.
El amante del morado actuó de esa forma no solo por la situación incómoda, sinó también por recordar al rubio que en su momento le robó el corazón, lo sostuvo en sus manos cuidándolo durante mucho tiempo y finalmente, el día de la boda, lo rompió en mil pedazos

El castaño sin respuestas a sus preguntas, se dirigió a casa de Borja, el único que de momento le ayudaba y comprendía

– Que te ha dicho? –

– Que no sabe nada —

Ambos se adentraron a la casa rodeada de aquella muralla oscura para seguidamente saludar a la doncella inglesa que se encontraba en una sala cerca a la entrada alimentando a los animales, sentarse en el sofá del salón y volver a su plática

– Luzu...como son los de la hermandad? –

– Pues la única vez que los vi llevaban máscaras. Una de payaso y la otra no recuerdo de que era. Estaba muy asustado y preocupado por Manolo para fijarme en esos detalles –

– Lo comprendo, no pasa nada –

– Pero...eso solo pasó una noche, no? No se ha vuelto a repetir –

– Si pero sigo con la intriga de si fue imaginación mía o fue real –

– Tranquilo, sé que lo averiguarás – le dijo con una cálida sonrisa tranquilizando al de mecha rubia

Esa noche era cálida, cosa normal pues era verano pero el agua del lago ayudaba a que el castaño no tuviera la sensación de estarse derritiendo. Él no estaba en su cama, estaba apoyado en la ventana de su habitación con los brazos sujetando su cabeza. El tiempo pasaba y sus ojos se iban cerrando lentamente del cansancio. Eran la 1 a.m. y el castaño ya no podía más con el sueño. Estaba a punto de dormirse allí mismo cuando escuchó una risa, una risa que resonó por toda la zona cercana a su casa hasta llegar a sus oídos.
Rápidamente abrió los ojos como platos buscando con la mirada a aquel ser o persona y lo encontró donde la otra vez, estático, mirándolo con aquellos ojos rojos y la sonrisa...esa sonrisa la odiaba.

La risa volvió a repetirse y pudo observar como la cabeza del ser se movía levemente con cada sonido dando a entender que la risa era cosa suya. El de ojos marrones tenía la piel de gallina, sus piernas flaqueaban, estaba aterrado.

Se escucharon unas ramas romperse y un aullido de lobo desde la lejanía. El de mecha rubia notó como el ser de sonrisa brillante se si resaltaba y se iba rápidamente, dejándolo confuso y con intriga. A esa hora los lobos estaban durmiendo o en sus cosas, era muy raro que en luna creciente un lobo aullara tan fuerte, pero, muy en las profundidades del bosque, el castaño pudo divisar unos ojos completamente morados que miraban con enojo hacia el otro ser de sonrisa

El de ojos marrones se frotó los ojos con sus manos para intentar aclarar su vista pero al volver a mirar hacia aquel lugar, no había nada.