Capítulo Cinco

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SungMin era frío con JongWoon. Casi no lo soportaba, y realmente no iba a fingir que le agradaba, mucho menos el tolerarle faltas de respeto como estar con lentes de sol en una reunión. Le pidió de la manera más amable que se las quitara y, después de unos segundos de duda, el compositor lo obedeció.

El rubio se arrepintió de habérselo pedido, sobre todo porque KyuHyun ahogó una exhalación.

JongWoon tenía los ojos rojos.

Estaban en una de las salas de práctica, con unos pocos compositores, los que más componían baladas. Yoo JongShin, reconocido compositor y músico, había accedido a una colaboración con KyuHyun. La empresa estaba entusiasmada ante la colaboración que accedió a todas las peticiones de Yoo, que incluía una canción cuya melodía fuera solo una guitarra, para que fuese él quién la tocara. Por eso estaban ahí.

Uno de los compositores comentó lo obvio, y JongWoon asintió con una sonrisa forzada.

—Ayer bebí un poco —respondió acomodándose en su silla, queriendo ignorar las miradas de los demás sobre él.

Había preguntado si estaba mal el que asistiera con lentes de sol a la reunión, y todos le habían dicho que no había problema. Al parecer, SungMin lo tenía.

KyuHyun, en cambio, se sorprendió de escuchar aquello. Recordaba que el pelinegro le había dicho que había dejado la bebida, pero tal parecía era otra de sus tantas mentiras. Se preguntó si algún día sería honesto con él, o si todas las cosas que le hubo contado eran verdad.

Además, ¿cuánto tuvo que haber bebido para que sus ojos quedaran rojos? ¿Y de verdad fue solo bebida y no algo más?

Se sintió tonto y se dijo que no tenía que estar pensando en ello, que a él ya no le importaba.

—¿Solo? ¿O con una linda chica? —quiso saber uno de los compositores con una sonrisa pícara.

Muchos de los otros compositores también rieron, divertidos y coquetos. JongWoon, por su parte, lo hizo amargo, sabiendo que todo eso que decían no era más que una ilusión estúpida que había alimentado desde que había regresado a Seúl. Exhaló despacio y buscó los ojos de KyuHyun, los cuales lo miraban expectantes, antes de responder.

—La linda chica me ignora.

Su voz fue átona, provocando que el ambiente se enfriara. Todos perdieron su entusiasmo, y nadie supo qué decir; KyuHyun, ni siquiera qué pensar. La idea de que hubiera sido por él estaba tomando forma en su mente, pero se aseguró de eliminarla porque definitivamente no podría ser cierto. Y, a pesar de creer que no, no pudo quitar su mirada del pelinegro, atrapado por la decepción que brillaba en sus ojos.

Quiso hablar, darle algo de consuelo, pero alguien se le adelantó.

—No te desanimes —alentó RyeoWook, poniendo una mano sobre su hombro y apretando ligeramente—. Pronto ella notará lo valioso que eres.

El cantante, que era espectador directo de la escena, hizo un puño con su mano, su brazo temblando por la fuerza con la que lo hacía. ¿Por qué ese enano tocaba a JongWoon? ¿Y qué era esa mirada que le daba? Era como si supiera algo que los demás no. Se tensó debido a ello. A lo mejor y el otro Kim sabía la historia de ellos. KyuHyun sabía que ellos dos eran cercanos.

Salió de su burbuja cuando escuchó que los demás le daban palabras similares, y eso pareció tranquilizar a JongWoon. SungMin también habló, pero sus palabras fueron muy distintas a la de los demás. Le preguntó si era correcto el querer todavía a la linda chica.

—No es para desilusionarte —aclaró con premura el mánager—, pero no te has puesto a pensar que, a lo mejor, ¿la linda chica no es para ti?

Colors II | YeHyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora