Colors II | YeHyun

Prólogo

Abrió los ojos de golpe, con el techo de su habitación en su campo visual. Respiraba de manera agitada, mientras apretaba con fuerza el cobertor que yacía cerca de él. Sentía la nuca húmeda y entonces notó el calor que hacía, pero no hizo nada. Se quedó en la cama, tratando de calmarse. La pesadilla que había tenido lo había dejado nervioso; era la segunda en el mes. Le molestaba que continuara teniéndolas, pero eran parte de la abstinencia.

Se incorporó despacio, todavía temblando debido a la intensidad de las emociones que sentía. La pesadilla había sido de las peores, una que se mantenía constante en su cabeza y que se repetía de tanto en tanto. Aunque sabía que nada de eso podría ocurrir, no le quitaba el pánico de ver a KyuHyun, en el suelo, un charco de sangre a su lado y a ChaeKyung con una sonrisa psicópata, satisfecha, y un cuchillo en sus manos.

Rememorarla no mejoraría su situación.

Restregó sus ojos esperando que el sueño y el cansancio lo abandonara, porque estaba consciente de que no podría volver a dormir, y tomar un somnífero no estaba entre sus planes. Miró el reloj en su mesita de noche y suspiró al ver que eran más de las cinco y media. Era una hora casi razonable.

Abrió un poco la ventana para refrescar su habitación, y tras asearse y hacer la cama fue hacia la cocina por un poco de café. En unas horas más tendría una entrevista de trabajo, y lo tenía un poco ansioso, pero de una manera sana, si es que lo podía llamar de esa forma. Obtener la oportunidad de la entrevista le había costado, pero valía la pena porque estaba seguro que obtendría el puesto. Lo había deseado desde hacía algunos meses.

Mientras la cafetera trabajaba él fue a tomar una ducha, esperando que el agua caliente se llevara los restos de la pesadilla que todavía atormentaba su cabeza. Salió envuelto en un albornoz, sacando algo elegante de su armario, y regresando hacia la sala, hacia el piano de cola y tomando las partituras que yacían en él. Debía ir hacia el teatro a dejarlas o de lo contrario tendría problemas con la producción.

Y mientras bebía del café, sentado en el sillón que daba al balcón, pensó en KyuHyun. JongWoon había podido tener de nuevo su departamento, y se preguntó qué pensaría el menor al respecto. El lugar tenía tantos recuerdos de ellos dos que no podría olvidar, tantos buenos momentos que nada los borraría.

Sonrió, sintiendo que las cosas empezarían a salir como él quería y tendría una oportunidad de ver más seguido a KyuHyun, y así tener la posibilidad de recuperarlo.

Una vez que el cielo estuvo por completo azul, se levantó a hacer el desayuno. Tenía que dar una buena impresión si quería el trabajo.

♦♦♦

KyuHyun abrió los ojos despacio, sin preocuparse por la hora. Ese día su jornada laboral empezaba en la tarde, por lo que podía darse el lujo de despertar tarde. De todas formas, sabía que SungMin lo llamaría poco antes de que fuera a recogerlo para ir al canal a grabar el episodio que le tocaba. Continuaba sorprendido que el mayor quisiera trabajar tan pronto había regresado de viaje. Le dijo que podía descansar tranquilo, pero el rubio era obstinado y se negó, alegando que era su trabajo el acompañarlo.

Suspiró ligero y estuvo por estirarse en toda la extensión de su cama hasta que recordó que SiWon estaba a su lado. Se giró despacio, esperando no despertar al mayor. El cabello negro del hombre le caía en la frente, llegándole casi hasta los párpados. KyuHyun ya le había sugerido un corte de cabello, pero se rehusaba. Lo contempló unos minutos, viendo como su pecho desnudo subía y bajaba rítmicamente. El castaño no entendía como el actor podía dormir solo en ropa interior. KyuHyun no lo soportaría.