»Soulmate Tattoo« [MarkJin]

2. 소울 메이트

Alma Gemela

—Aló, policía. Hay un loco en mi bal-

—¡No, te juro que no soy una persona mala! ¡Solo soy un estúpido que te tocó de pareja y ahora está aquí por cosas que pasaron!—gritó Mark haciendo que el corazón del menor se agitara más por lo que acababa de declarar.—Lo sabes ¿no? Tu Soulmate Tattoo arde como el mío porque estamos experimentando el encuentro.—Jinyoung se paralizó de impresión soltando su móvil y consecuentemente cayendo éste al suelo.—Jinyoung.—y el menor abrió la puerta del balcón.

Mark se quedó estupefacto mirándolo. Sabía que su Soulmate Tattoo iba a ser más joven que él pero se sorprendió mucho al corroborarlo. Sin embargo, aprovechó el momento que Jinyoung lo analizaba para hacer lo mismo. Jinyoung era precioso, perfecto. Su cabello negro brillaba al contraste de la luz de la luna, la piel de su rostro era blanca y se veía tan suave... Y luego, sus ojos y sus labios abultados. Pensar que estaría toda su vida perdido por esta persona.

Jinyoung por su parte, lo miraba entre asustado como emocionado. Su corazón joven se sentía incapaz de procesar la imagen de su pareja. Por instintos acercó hasta tomar el brazo de Mark, tenía que ver con sus propios ojos la marca que los unía como almas gemelas de ahora y para siempre.

Allí estaba la hilera de pequeños pájaros como los suyos. Se sentía tan extraño y, a la vez, tan ideal. Pudo deducir que Mark le llevaba unos años. Lo sabía por su altura y su penetrante mirada que lo hacía sentir tan pequeño. Le gustaba quien tenía frente a él. Su alma gemela era alguien guapo, le gustaba el perfil de su nariz, su rostro en v, el tono de su piel, el lunar sobre sus labios...

—Oye, no me molesta pero estás muy cerca.—Jinyoung se sonrojó al darse cuenta que, de verdad, se había acercado hasta quedar muy cerca del rostro del contrario. No sabe por qué, ni siquiera sabía cómo sus pies lo habían trasladado allí. Mark sonrió algo enternecido por su reacción pero no dijo nada que él pudiera interpretar como una burla.

—L-lo siento...—susurró.

—No te preocupes, yo también quiero acercarme y tocarte pero no quiero asustarte ni incomodarte.—Mark lo soltó tan directamente que Jinyoung miró hacia abajo avergonzado.

—¿Así que eres Mark?—el mayor asintió varias veces.

—Y soy tu vecino nuevo, así que supongo que podremos vernos seguido a partir de ahora.—Jinyoung volvió a mirarlo a los ojos y el corazón de Mark dio un vuelco porque esos ojos eran tan cautivadores y bonitos, sentía que si seguía mirándolo así terminaría llevándose todo de él.—¿Estás solo?—a Jinyoung no se le pasó desapercibido el tono preocupado y algo disgustado del mayor.

—Es mi primera vez quedando solo en casa durante la noche.—Mark se mordió el labio.

—¿Qué edad tienes específicamente, Jinyoung?—preguntó.

—Catorce.—Mark se fue hacia atrás hasta apoyarse contra el barandal del balcón. Esto le pasaba por burlarse de Jaebum, definitivamente. Youngjae y Jaebum también se llevaban tres años y aunque no era mucho, no podía comparar las mentalidad aniñada de Youngjae con la adolescente hormonal de Jaebum. Aunque la brecha fuera poca, la diferencia física y mental podía percibirse en aspectos que ellos pasaban por alto. Por ejemplo, Jaebum ya aspiraba una carrera universitaria para luego graduarse y trabajar porque quería darle a Youngjae una vida sin que nada le faltara, en cambio, Youngjae, si bien no era el clásico chiquillo infantil, a veces dejaba claro sus catorce años cuando se trataba de su indecisión o sus preferencias por videojuegos que por las necesidades de pareja que tenía Jaebum. Porque eso ocurría, Jaebum no es que quisiera forzar a Youngjae pero, a veces, le faltaba que su alma gemela estuviera a la altura de sus propias preocupaciones. Y eso no significaba que Jaebum quisiera sexo o algo así, sino que Youngjae aún no estaba interesado en formar parte del mundo "pseudo maduro" de Jaebum. De todas formas, eso no quitaba que se amaran con locura y sinceridad, al fin y al cabo, habían sido años de estar juntos. Se habían criado y crecido juntos.