En Otra Vida: "Best Friends"

Capítulo 4

Antes

Franko POV

Apagué el despertador con la mano haciéndolo caer al suelo, o al menos lo intenté porque abajo seguía sonando, así que no tuve más remedio que levantarme mi cama y esta vez apagarlo en serio. Me puse mi ropa deportiva, que solo era una pantalón de lona corto y un polerón ancho arriba, desde que tengo catorce años que comencé a usarlos y no me los he quitado, son lo único que logran mantenerme seguro frente a los demás. Llené la fuente con comida para perro y lo puse en el suelo para Gabo, lo mismo con la del agua, él ya estaba un poco viejo, pero seguí comiendo como si tuviera aún cuatro años. Me calcé mis zapatillas, me puse los audífonos y salí a trotar. 

Mi ruta siempre era la misma, recorrer toda la costanera de la ciudad, de puente a punte, y después de regreso, hago unas flexiones de brazos para aumentar mi espalda y pecho, me gusta tener un cuerpo algo delgado, pero me sentiría más a gusto si fuera algo más fibroso. Llegué al primer puente y como si me estuviera esperando estaba ella. Una chica rubia que no había visto en mi instituto, bebiendo agua de una botella, la luz de la mañana hacía que sus ojos marrones fueran más claros, como si fueran de color miel o similar, no me di cuenta que la veía hasta que ella comenzó a correr, a su lado apareció un chico mucho mayor que ella y yo, se le veía en buen estado físico y aunque no a primera vista poseían un parecido familiar ¿su hermano mayor? ¿su primo? Como sea ahora mis piernas no reaccionaban a correr, por lo que solo me devolví por el camino del que llegué.

— ¿Tan pronto volviste?—preguntó mi mamá en cuanto crucé la puerta—. El desayuno ya está listo, para que bajes después de ducharte.

Hice caso omiso a sus palabras y caminé hacia mi habitación, seguía nervioso por haber visto a esa chica, soy un tonto, debería haberle hablado, tomó la misma ruta que yo sigo, podríamos haber sido compañeros de trote, pero no, todo lo contrario prefería arrancar como solía hacerlo. A veces creo que por como soy ahora me siento más valiente, mi grupo de amigos lo cree, pero sigo siendo el cobarde que se escondía dentro de los polerones grandes. 

Tomé una ducha rápida y fui a la pequeña cocina que se une con nuestro living para desayunar con mamá, pero ella ya estaba maquillándose para ir al trabajo, no puedo creer que aún no haya renunciado a ser cajera, aunque claro, siendo solo nosotros dos y ella sin tener sus estudios completos no es mucho a lo que puede optar, a demás por su edad no muchos lugares le daban una oportunidad.

Camino al instituto iba con los audífonos puestos, por fuera me veía tranquilo, como si todo estuviera normal, por dentro, cantaba a todo pulmón ¿Qué música me gusta? De todo un poco, no sé por qué hay gente que le gusta encasillarse en un solo estilo, existen días que Green Day, Nirvana y Panic! At the Disco son lo único que quiero oír, y otros donde Lana del Reya, Marina and the Diamonds y Billie Eilish son mi mood, y otros donde todo es totalmente random entre reggeaton y música de los noventa. Hoy es uno de esos días y lo que fue en su día un hit de Bad Bunny, Yo perreo sola es lo que esucho, hasta que la veo otra vez. Esa chica de cabello rubio, está de espalda, pero sé que es ella, se voltea hacia mi, se acerca y comienzo a sudar, no he vuelto a hablar con una chica que me guste hace tanto tiempo que no sé que decirle, entonces hablar y me siento como un idiota.

— ¡Aaron! ¡Aquí!—grita levantando la mano, quiero creer que me está confundiendo con ese tal Aaron, pero no, porque entonces detrás mío escucho unos pasos corriendo y al pasar por delante mío es un chico totalmente distinto a mí. Cabello pelirrojo y físicamente más robusto que yo.