Tercera Parte

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Lo primero que sintió al despertar fue el aroma de Ruoxi, y la brisa causada por su respiración en el cabello, sus brazos la rodeaban por la cintura y una de sus manos estaba apoyada en el comienzo de su trasero. Mantuvo sus ojos cerrados, disfrutando la sensación de sus cuerpos abrazados, sus alientos mezclándose, y sus corazones latiendo uno junto al otro. Sentía tanta felicidad que no podía contenerla para ella misma y se inclinó para besar su cuello y hombro, dejando su cabeza apoyada a su cuerpo, deleitándose en el latir de su corazón.

Ya no era la única que estaba despierta, sintió un suave beso en su cabello y los brazos a su alrededor la atrajeron más cerca del cuerpo que la rodeaba, ella hizo lo mismo y la abrazó con más fuerza.

- Hola, ¿dormiste bien?

- Hola, excelente, mejor que en muchos años, ¿Y tú? - Una gran sonrisa ocupaba su rostro.

- Dormí de maravilla, especialmente por tu compañía. - Derramó una serie de besos sobre su rostro hasta llegar a sus labios y rozarlos unas cuantas veces antes de lamerlos e introducir la lengua en su interior, acariciando el interior de su boca con movimientos lentos y perezosos.

Yilin no pudo quedarse quieta frente al asalto a su boca y devolvió cada caricia de su lengua, con una propia, deslizando sus manos por su cuerpo hasta llegar a su cabello, era extraño que ya no lo tuviera largo, pero de alguna forma era lindo, todo en ella lo era…

- Te parece bien tomar una ducha? - La invitación fue dicha entre besos, sin dejar de acariciarse mutuamente.

- Podré seguir besándote en la ducha? porque si la respuesta es no, entonces no quiero salir de aquí. - La respuesta infantil de Ruoxi le causó mucha gracia, ese lado de ella no había cambiado en estos años, y eso le encantaba.

- Podrás besarme todo lo que quieras cuando estemos limpias, anda, levántate! - Lo dijo en afán de orden, pero ella tampoco hizo movimiento alguno por separarse, seguía devolviendo cada beso y cada caricia.

- No pareces muy determinada a salir de la cama… MmMmmh? - Las bromas entre besos parecían estar aumentando y realmente Yilin quería tomar esa ducha, pero los labios de Ruoxi eran demasiado tentadores y no conseguía separarse de ellos el tiempo suficiente como para levantarse. En su último intento por alejarse llegó demasiado cerca de la orilla y cayó por el borde de la cama, con los pies todavía enredados en las sábanas, tenía la mitad del cuerpo colgando y tenía una cara de susto demasiado graciosa. 

- Jajaja jajaja! - Ruoxi se retorcía de la risa y la miraba desde la cama con una expresión de risa y pena. 

Algo avergonzada por haber quedado desnuda en esa posición tan ridícula, , se levantó, se cubrió con la sábana y se encaminó al baño, antes de cruzar la puerta se giró hacia Ruoxi - No me vas a acompañar? - y luego desapareció de su vista.

Ruoxi se recostó unos segundos, no podía creer lo afortunada que era en este momento, estaba de regreso en casa, junto a la mujer que amaba, que había anhelado por tantos años… Un cuadro sobre la mesa de noche llamó su atención, eran ellas dos, pero no recordaba haberse tomado esa foto… La sostuvo en su mano un momento, hasta que escuchó caer el agua en el baño… Dejó la foto y corrió para unirse a Yilin en la ducha, no quería perder tiempo juntas, especialmente si era tiempo sin ropa.

Al llegar al baño salía vapor desde la ducha, ya estaba desnuda así que sólo abrió la puerta, se congeló un instante al ver el agua deslizarse por el cuerpo desnudo de Yilin, estaba de espaldas a ella y tenía las manos en alto lavando su cabello, su corazón se detuvo, y la boca se le hizo agua, quería seguir el recorrido de cada gota de agua con su lengua, más aún, se sentía celosa del agua que recorría su cuerpo con tanta familiaridad, en ese instante, ella quería ser el agua…

Yilin se volteó y le extendió una mano, invitándola a entrar, ella tomó esa mano y se acercó, cerrando la distancia entre ellas, sintiendo la suavidad de sus cuerpos al encontrarse, y subiendo la temperatura dentro de la ducha unos cuantos grados. Sus cuerpos estaban resbalosos y se deslizaban uno junto al otro mientras se abrazaban. 

- Puedo enjabonarte? - Soltó la pregunta junto a su oreja, mientras recorría su espalda con las manos y descansaba la cabeza sobre su hombro.

- La espalda??

- No, completa, cada rincón de tu cuerpo. - Remarcó cada palabra con un beso sobre su cuello.

- Eso es muy vergonzoso - Dijo escondiendo su rostro en el cuello de Ruoxi.

- Hablas de vergüenza luego de todo lo que hicimos anoche y luego repetimos esta mañana? - Sonrió contra su piel mojada por el agua, luego dejó otros besos tiernos sobre su hombro - Tienes vergüenza luego de la forma en que me tocaste y me hiciste llegar?

- Si lo dices de esa forma no podré verte a la cara en semanas!

- Jajaja, entonces no vas a dejar que te enjabone? - Su boca seguía jugueteando en su cuello, mordisqueando su mentón, acercándose peligrosamente a sus labios, sabía que una vez que la besara Yilin no sería capaz de oponer resistencia a sus avances… después de todo estaban desnudas en el baño, qué se suponía que harían si no?

- Estás jugando sucio… Eso no es justo… - Le entregó su boca, ávida de atención y abrió un poco sus piernas para que pudiera deslizar su mano entre ellas.

- Mmmh, aquí abajo estás bastante sucia… pero no te preocupes, voy a dejarte muy limpia. - Esas palabras junto a sus labios, mientras deslizaba sus dedos en la entrada de su sexo, hicieron que Yilin soltara un suspiro y sintiera que las piernas se le volvían lana.

- Besó su boca con todo lo que tenía durante unos segundos, como si la vida se le fuera en ello, luego apoyó la espalda de Yilin a la pared y se deslizó por su cuerpo besando cada centímetro mientras se ponía de rodillas frente a ella. Mordisqueó  los huesos de su pelvis y se entretuvo besando bajo su ombligo hasta llegar a su monte de venus; Yilin se estaba impacientando había deslizado una mano sobre su cabeza y con la otra se apoyaba de la pared de la ducha.

- Lo siento, hay algo que quieras que haga? no te entiendo muy bien, sabes?… - Ruoxi regaba besos en sus muslos, su pelvis… y sus manos acariciaban su trasero y entre sus piernas, acercándose a su sexo, pero sin llegar a tocarlo, estaba jugando con Yilin, y ella lo sabía.

- Si me entiendes... ya sabes lo que quiero… No me obligues a decirlo, por favor… - La voz de Yilin se escuchaba irregular, en suspiros, como si le costara respirar.

- Ya sabes que no soy muy buena con las indirectas… Entonces, ¿qué quieres que haga? - Yilin no pudo contenerse por más tiempo y tomó la mano de Ruoxi y la llevó al lugar que más anhelaba su atención, estaba húmeda y caliente, deseosa de su toque.

- Quiero que me toques aquí, con tu boca - Su cara estaba como un tomate, pero Ruoxi tenía razón, ya no era momento de sentirse avergonzada, no después de todo lo que se habían hecho la una a la otra, y de lo que querían seguir compartiendo.

- Oh, así está mucho mejor… No fue tan difícil, ¿verdad? - Yilin cubrió su cara con el antebrazo, no quería ser vista en ese momento.

- Eres tan hermosa cuando te avergüenzas, me encantas... - Fue lo último que dijo antes de levantar su muslo hasta ponerlo sobre su hombro, dejando un mejor acceso a su boca.

Comenzó deslizando su lengua alrededor y sobre su clítoris, cambiando de rápido a lento y luego rápido nuevamente, recorrió la entrada de su sexo, tomando para ella hasta la última gota de su exitación y luego introduciendo su lengua, acariciando cada lugar al que podía llegar, succionando suavemente su clítoris y frotando nuevamente con su lengua. Los gemidos de Yilin eran cada vez más altos, y su cuerpo estaba inquieto bajo sus caricias. Introdujo dos dedos en su interior y comenzó a moverlos al mismo ritmo que su lengua, estaba cerca, podía sentirlo, su cuerpo se contraía alrededor de sus dedos y sus manos estaban ancladas a sus hombros, sintió el momento justo en que alcanzó el clímax, prolongó su placer cuanto pudo y luego limpió con su lengua hasta la última gota que escapó de su cuerpo.

Bajó suavemente el muslo hasta el suelo y subió por su cuerpo. Un par de brazos le rodearon el cuello y su boca fue atrapada en un mar de besos apasionados.

Lily, el reencuentro (Ruoxi Y Yilin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora