Lily, el reencuentro (Ruoxi Y Yilin)

Segunda parte

Su cuerpo todavía temblaba y se estremecía, sus respiraciones seguían entrando de forma irregular a su cuerpo. Por lo visto todos esos años separadas hicieron que el sexo entre ellas se volviera demasiado intenso, y ahora era su turno de deleitarse en el cuerpo de Ruoxi… Se sorprendió cuando un par de brazos se deslizaron bajo su cuerpo y fue levantada en el aire, automáticamente se abrazó a ella y posó su cara en el hueco de su cuello, su aroma era embriagante, le costaba creer cómo fue capaz de estar todos esos años lejos de ella, pero ya no más, estaban juntas de nuevo y eso era todo lo que importaba de ahora en adelante, ya nada podría separarlas.

Comenzó a dejar suaves besos en su cuello, su mandíbula, dando pequeños mordiscos y luego deslizando su lengua sobre las zonas que había estado mordiendo segundos antes, con una mano le quitó el sujetador y alcanzó uno de sus pechos, podía escuchar la respiración irregular de Ruoxi junto a su oído, dió un pellizco suave sobre su pezón y esta vez fue recompensada por un gemido que escapaba de su boca al mismo tiempo que sus cuerpos se tambalearan un poco, haciendo necesario que Ruoxi se apoyara un momento contra la pared, recuperando estabilidad.

- Por favor, no me dejes caer - Lo dijo junto a su oído y reforzó la última palabra succionando el borde de su oreja.

- Eso nunca mi amor - Su voz salió entre suspiros, pero sonaba muy decidida a cumplir con su palabra.

Unas cuantas zancadas más y estaban por fin junto a la cama, la depositó tan suavemente como la prisa le permitió y atrapó nuevamente su boca en un beso interminable.

Ruoxi quería mantener el control, pero Yilin tenía otra idea, algo que su amada no sabía es que luego que tuvieran su primera vez, ella había estado “estudiando” un poco, aprendiendo cómo darle placer, sin embargo se separaron demasiado pronto como para poner en práctica ese aprendizaje, y por fin había llegado el momento.

Atrajo a Ruoxi en un abrazo y luego se giró, quedando a horcajadas sobre ella, su cara de sorpresa no tenía precio. Besó su boca una vez más y luego se deslizó por su cuerpo trazando un camino con sus labios, se detuvo unos instantes en sus pechos, eran más pequeños que los suyos, pero más firmes, y sus pezones estaban erguidos por la excitación, metió uno en su boca y lo recorrió a conciencia con la lengua y raspó ligeramente con los dientes, mientras que masajeaba sus pechos con las manos; Separó su boca un segundo y repitió el mismo procedimiento con el otro pecho.

El cuerpo de Ruoxi estaba intranquilo bajo el suyo, sus manos recorrían sus muslos y su trasero, estableciendo un ritmo de fricción entre su sexo expuesto contra el pantalón ella todavía llevaba puesto, eso la estaba distrayendo de su objetivo y no lo iba a permitir…

Abandonó sus pechos y se deslizó más abajo, dio algunos besos y mordiscos alrededor de su ombligo, y se encontró con el borde del pantalón, se avergonzó un poco al darse cuenta que estaba húmedo a causa de ella… Desabotonó el pantalón y lo bajó al mismo tiempo que la ropa interior, siguiendo el camino de la prenda con su boca, dejando besos y lamidas a lo largo de sus muslos.

Escaló por su cuerpo, volvió a estimular sus pechos con la boca, con una mano comenzó lentos masajes separando los pliegues que ocultaban su lugar más íntimo, la humedad bañó sus dedos suavizando el roce y la estimulación de sus caricias.

Ruoxi movía las manos por su espalda hasta alcanzar los grandes pechos de su amada, apretando y acariciando sus pezones, no podía dejar las manos tranquilas mientras Yilin invadía el lugar más caliente de su cuerpo, la obligó a separarse de sus pechos y volvió a invadir su boca con la lengua, sus respiraciones no eran más que una sucesión de gemidos y suspiros. Se moría de ganas de volver a tenerla bajo su cuerpo, pero entendía que esto era algo necesario para Yilin luego de todos esos años separadas, ya luego tendría todo el tiempo del mundo para amarla como deseaba y como había soñado cada día que había estado lejos.

Los dedos de Yilin penetraban profundo en su interior, aumentando la tensión en su cuerpo y causando que sus caderas se levantaran al encuentro de cada arremetida. Ruoxi deslizó la mano entre sus cuerpos, alcanzando el sexo húmedo y caliente de su amante, causando de Yilin soltara un grito entrecortado cuando introdujo sus dedos y comenzó a moverlos, penetrándola al mismo ritmo que lo estaba haciendo ella. Ambas respiraban con dificultad, ya no era posible distinguir de quién escapaban los gemidos, ambas alcanzaron el orgasmo casi al mismo tiempo.

Yilin se dejó caer sobre el cuerpo igualmente cansado de Ruoxi, se abrazaron mutuamente, sintiendo cómo sus cuerpos eran recorridos por ligeros espasmos, dando salida a pequeños suspiros.

- Deberíamos ir a bañarnos - Pese a que realmente lo creía necesario, Yilin dudaba que sus piernas fueran capaces de sostenerla hasta llegar al baño.
- Sólo unos minutos más, se siente demasiado bien tenerte de esta forma y no quiero separarme - La respuesta de Ruoxi fue la excusa perfecta para continuar en la cama unos minutos más, sin darse cuenta ambas se quedaron dormidas, una en brazos de la otra, definitivamente su forma favorita de dormir.