Bosque de Chapultepec

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"Jamás, en toda la vida, olvidaré tu presencia. Me acogiste destrozada y me devolviste entera, íntegra".

Frida Kahlo

Quedaba una semana para cerrar una etapa en Nueva York, concretamente en la agencia de publicidad LLX. La que me había enseñado tantas cosas tanto buenas, regulares como malas. Miré a mi alrededor, cada empleado estaba haciendo su cometido. Margot se paseaba por entre las mesas viendo que cada uno hiciese su cometido.

Se paró en seco en mi mesa y preguntó: "¿Ya te vas?" Sonreí sin muchas ganas y dije: "Todavía no, me falta una semana". Ella sonrió de esa manera tan amable que mostraba, nótese la ironía. Suspiré al verla irse, miré hacia la mesa de Ethan y vi que seguía estando intacta, pero sus cosas seguían estando allí.

De repente oigo una voz que decía: "Abby a mi despacho". Miré hacia el frente y vi a Gabriel mirándome de manera muy fija. Dejé lo que estaba haciendo y me acerqué. Me hizo la señal para que cerrase la puerta y dijo: "Siéntate".

Él apoyó sus manos en el reposabrazos de su silla y mirándome a los ojos preguntó: "¿Qué te parece si te tomas la semana libre dado que se acercan cambios en tu vida?" Miré a Gabriel y pregunté: "¿Por qué? Todavía no he terminado de arreglar algunas cosas y no creo que sea correcto dejarlo a medias".

Gabriel me miró y dijo: "Abby, hazme caso. Será una buena idea para reflexionar, unas pequeñas vacaciones después de todo y si cambias de opinión ya sabes dónde estoy o estamos". Sonreí, me levanté y en ese segundo apareció por la puerta Ethan.

Llevaba unos cuantos papeles en la mano, también el NY Style con el reportaje de las mujeres más influyentes. Me abrió la puerta y dijo: "Hola". Lo miré y dije: "Hola. Gracias". Mientras me iba alejando del despacho, oí como Gabriel le preguntaba a Ethan por su madre.

Eran prácticamente las cinco de la tarde y mi jornada la daba por finalizada. Diane se acercó a mi mesa y preguntó: "¿Te vas de vacaciones?" La miré y dijo: "Me ha salido en el ordenador que Gabriel ha puesto que estás de vacaciones". Suspiré y le conté lo que había sucedido en el despacho. Diane sacó el número de NY Style y dijo: "Toma, por si quieres echarle un vistazo al reportaje. No lo digo solo por Sophia sino también por el resto de las mujeres que aparecen en él".

Me dio uno de los ejemplares y dijo: "Abby, relájate y piensa en lo que dejas aquí". Miré hacia el despacho de Gabriel cómo seguía hablando con Ethan. Agaché la cabeza y Diane a mi lado dijo: "Creo que te estás equivocando con la decisión que estás tomando hacia él y hacia el resto".

La miré y pregunté: "¿Tú te fiarías de alguien que dice ser una persona y luego es otra?" Diane me miró y dijo: "Supongo que después de lo de Adam no, pero creo que tienes que pasar página".

Nueva York se adornaba con sus mejores y a la vez peores galas de Halloween. Escaparates de lo más variopintos, calles adornadas con distintos motivos acordes a la festividad y yo sintiéndome más en el mundo de los muertos que no en el de los vivos.

Llegué a casa y Max estaba en los brazos de Gael mientras él leía su famoso reportaje. Gael en cuanto me vio preguntó: "¿Qué ocurre Abby?" Dejé el bolso encima de la mesa del salón me tumbé en uno de los sofás y pregunté: "¿Nunca has sentido estar muerto en vida?"

En ese instante noté como una mano o algo parecido se posó en mi hombro y me pegué tal susto que salí corriendo del sofá. Jack en ese momento preguntó: "¿No decías que estabas muerta? En todo caso debería yo de haberme asustado por verte en el mundo de los vivos". Miré a Gael y pregunté: "¿Qué me he perdido?"

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