♡ SEX ☆ ON ♡

~♡~ E X A ~♡~

- Emmmm, ¿Ahora que hacemos aquí? - cuestionó un rubio alto de rasgos duros pero prolijos mirando el piso como si fuera de lo más interesante en la habitación.

- ¿En serio no sabes las cosas que se hacen aquí, Erwin? - preguntó sarcásticamente mientras tomaba asiento en la cama - Mirame, no te voy a convertir en piedra, si es que así lo crees.

- Esto, no me siento cómodo haciéndolo, lo siento pero me retiro - caminó en dirección a la puerta aunque antes de tomar el pomo una pregunta que no podía dejar pasar llegó a su cabeza - ¿Es verdad que me enviaste una carta? - solo pudo ver como el pequeño rubio de la cama se hacía un ovillo y daba vueltas entre las sábanas - ¡Ja!, Es más que obvio que no lo has hecho, no sé porqué lo pregunto si quiera - restándole importancia siguió con sus acciones.

- Si - esa simple afirmación retumbó en su cabeza y dejó mella en su cuerpo semi alcoholizado, volteó por completo para mirarlo de frente empezando a acercarse - yo si te mandé una carta, una que al parecer no haz leído y ni te interesa leerla - puchereo de forma tierna metiéndose bajo las sábanas en un intento de huida.

- ¿Como crees que voy a leer algo que salió de la nada? - pregunto acercándose rápidamente a la cama -  Mírame cuando te hablo. - reclamó mientras arrancaba las sábanas del cuerpo del menor logrando apreciar su carita llena de lágrimas y un sonrojo fuerte, logrando estremecerlo por completo - No, no llores mi pequeño Armin - habló de forma rápida mientras con manos desesperadas limpiaba las lágrimas de la carita de su contrario soplando levemente para calmar su hipada respiración - Calma calma, sabes que no lo dije con malas intenciones, disculpa, no llores.

- Pe-pero tú ni me miras y no me hablas, ¡te odio! - gritó sin darse cuenta realmente de sus palabras, aunque las re pensó al ver la cara de angustia del mayor que a pesar de estar cautivado con la hermosura del joven se sintió dolido al escuchar sus palabras y solo pudo abrazar ese frágil cuerpo, dejando por un momento, atónito a su dueño que al recobrar la noción abrazo con fuerza el cuerpo ajeno casi queriendo fundirse con este.

El de ojos azules al separarse solo pudo ver los suaves labios del menor que lo tentaban a pecar, siempre creyó que tenía un buen control sobre su cuerpo pero al verlo relamerse los labios producto de los nervios decidió que todo lo que creía saber de si mismo estaba mal, pues ante ese simple gesto se abalanzó contra el pequeño apresando los labios ajenos, proclamando los con necesidad como suyos, se recostó en la cómoda cama logrando que el menor se sentara sobre sus piernas rozando sus intimidades en el proceso.

- Er-Erwin~ - llamó el menor sin despegar sus labios de los del contrario, prosiguiendo al recibir un leve gruñido del mayor que ahora recorría con hábiles manos las gruesas piernas que tenía sobre él - ¿Estás ah~ bien con esto~? - pudo preguntar a medias pues se sentía muy bien la lengua del contrario bailando sobre su cuello succionando levemente sin dejar marca.

Al escuchar esas palabras se dio cuenta de sus actos, pero sabía que no podía dar marcha atrás así que se las jugaría. - Mirame y escucha con atención - dijo tomándolo de las mejillas haciendo que sus miradas se enlacen profundamente - Me gustas mucho y quiero hacerte mío, si tienes alguna objeción dímelo rápido porque no creo poder contenerme más - sincero, ante tales palabras el menor no pudo hacer más que besarlo de nueva cuenta anudando sus brazos sobre unos anchos hombros y acariciarle el cabello.

Así fue como Erwin se dio cuenta que al menos por esa noche el pequeño y sexy Armin sería solo suyo, no perdió tiempo y bajo nuevamente al suave cuello del pequeño mientras sus manos decidían entrar por debajo de la polera del menor tocando todo lo que encontraban a su paso, dejando atrás numerosos suspiros y sobre saltos producto de la fricción entre sus cuerpos.