♡ SEX ☆ ON ♡

♡ ~ Abstinencia ~ ♡

- Wow, ellos sí que van rápido ¿No lo crees? -

- ¡Ja! ¿lo preguntas en serio?, todo está invadido de chicos calentamientos que no han tenido nada de sexo en toda la cuarentena - . - Y tú sigues siendo virgen ¿Verdad? -

- Dios, ¿porqué preguntas eso ahora?, ¿en la fiebre del sexo juvenil? - . - Claro que lo soy. - 

Nos conocemos desde inicios de secundaria.

Pasamos cinco años juntos, bueno, no tan juntos. 

~☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆~

En el primer año me pareció lo más sexy que había visto, pero claro que a mi mejor amigo le gustaba y a eso se le sumaba que ya habían tenido una relación fugaz con destellos en todo lo que llevaban de juventud, yo no tenía cabeza en ese momento para una "pelea por amor" o algo por el estilo así que simplemente me alejé.
El segundo y tercer año no hablamos más de lo debido, tanto porque estábamos en grupos diferentes, haciendo cosas diferentes pero siempre con temas en común los suficientemente tontos como para tener que iniciar una conversación pero no como para alargarla más de seis o siete frases cada uno.
Cuarto de secundaria fue todo un revuelo, para mitad de año nos acercamos más y ya a fines del mismo éramos amigos lo suficientemente cercanos para contarnos nuestros problemas mutuamente, para ir juntos a casa y despedirnos con un beso y un abrazo fuerte, tal vez una mordida de mi parte y un insulto del suyo, hasta lo suficientemente cercanos para hablar hasta muy entrada la noche, de ese año me encantaba salir con la clase porque sabía que, lo quiera o no, me tendría que ir a dejar gracias a la cercanía de nuestras casas y a su "caballerosidad" que no era más que una forma de compensar sus actos y ocultar su armadura negra.

Quinto de secundaria fue lo mejor, para entonces ya nos sentábamos fuera de mi casa y reíamos sin parar mientras me abrazaba y yo le mordisqueaba los brazos, siempre le ha agradado ponerle apodos a las personas y era de esperarse que me pusiera muchos, desde Jigglypuff hasta petisa, pasando por yaoista y caníbal. Terminamos las clases y llegaron las academias para los exámenes de admisión de las universidades y ya a más de la mitad de la mitad del verano, con solo un examen que dar logre diferenciar su mochila en la parada de colectivos, como de costumbre y mal hábito, le conté todos mis problemas. Que no eran pocos. 

Esa mañana había tenido una pelea con mi novia, todo el día había tenido horas de matemáticas y lógica, aún no hacía ningún amigo y lo más importante, solo había llevado dinero suficiente para el pasaje, lo que significa quedarme sin almuerzo. Llevándome a tener que quedarme todo el día en el aula, con un calor insoportable y tratando de despejar la mente me dediqué a leer todo el día desde mi celular, justo los capítulos más tristes de mi libro favorito y para cuando me subí al colectivo de regreso a casa mi celular había muerto.

Llegamos a mi casa, después de una caminata llena de risas y juegos tontos, también me contaba chismes recién salidos del horno de nuestros ex-compañeros y como podrán entender esa no es una conversación que se deba dejar para otro día, en estos casos el chisme mueve montañas. Al fin y después de haber saludado a mi madre, poner el celular a cargar y darle una enorme jarra con agua decidimos sentarnos en la vereda de la casa una al lado de la otra, acercándome de poco en poco, más a medida que le iba contando todo mi horrible día, por suerte a la par de mi historia relataba la suya en su propia academia, haciéndome reír ante la comparación de cosas sin pies ni cabeza. 

Puse mi cabeza en su hombro mientras agarraba su brazo izquierdo, jugando con este y a propósito tomaba con firmeza su mano y entrelazaba sus dedos con los míos, soltándome a reír, al ver como me miraba a los ojos de forma dura con un semblante de total seriedad y con una voz aún más gruesa de lo que era habitualmente, decía "no lo hagas"  yo la remedaba con un clásico pero infaltable "No homo, Bro". Ya hace mucho tiempo me habían dejado dar miedo sus intentos de repeler mi extraño amor.