🌸𝓞𝓻𝓸𝓬𝓱𝓲𝓶𝓪𝓻𝓾 𝓪𝓷𝓭 𝓽𝓱𝓮 𝓢𝓪𝓴𝓾𝓻𝓪 𝓯𝓵𝓸𝔀𝓮𝓻 🌸

🌸𝓛𝓪 𝓯𝓵𝓸𝓻 𝓭𝓮 𝓬𝓮𝓻𝓮𝔃𝓸 🌸

A las afueras de una aldea, llena de calma, se detona una familiar sensación de soledad, acompañada de un pétalo que da la idea de la creación de una vida.

Orochimaru, ex Shinobi de la aldea oculta entre las hojas, Konoha, uno de los tres legendarios Sannin, siendo conocido por sus experimentos extraños, y su obsesión con la vida eterna, temido entre naciones, y oculto como la semilla que nace en la tierra, sin dejar rastro de dónde está, o al menos, hasta que el árbol nace de ella.

La vida está llena de sorpresas y actos inesperados, que a lo largo de la vida dejan marcas y cicatrices, unas con el viento se desvanecen, y otras, por todo el tiempo perdurarán,los sentimientos del ex Shinobi se encontraban atajados en un pozo profundo de emociones, enterradas en lo profundo de su alma, fuera de hacerse llamar un hombre siempre temido, esa chispa de cariño y amor, que a lo largo de su vida fue apagándose, es lo que ganó su apodo y reconocimiento en las cinco grandes naciones ninja.

Sumido entre sus pensamientos, se encontraba el llamado científico Orochimaru, caminando a lo largo del bosque a las afueras de la aldea de Konoha, le gustaba ir a esos rumbos a recordar viejos momentos que aún guardaba en su memoria, y recordaba su ambición del momento, conseguir la vida eterna, él sabía cómo, pero algo le hacía falta, el ingrediente necesario, un cuerpo fuerte y excelente para perdurar más años, cosa que no sería complicado de conseguir, pero un cuerpo fuerte y hecho a su medida era lo más conveniente a su parecer, la pregunta que se formaba en su mente era cómo, si bien él podía robar un bebé, nada le aseguraba que él sobreviviría a experimentos de alto nivel, y, ¿Él criar a un bebé? Estaba loco pero no tanto.

La opción más viable, era un bebé que tuviera sus genes, pero el solo no podía hacer a un bebé, necesitaba un útero para formarlo, la cosa ahora era, ¿Dónde conseguir un útero que fuera de una rama fuerte y poderosa para poner al fin obtener el cuerpo con el que había estado soñando desde hace mucho?.

si bien puedo conseguir a un miembro de un clan poderoso, el cuerpo sería completo, pero no puedo arriesgar que mi investigación sea interrumpida por tener ninjas detrás mío- seguía con su caminata sin darle una solución a dicho asunto, un clan poderoso, o una persona cualquiera, ambas tenían sus altas y bajas, -tal vez debería de ser un clan poderoso...-

Un clan poderoso...eso no iba con él, si se ponía a pelear con su condición actual, estaba muy seguro de que se armaría tremendo escándalo, y lo que menos quería era traer a su maestro detrás de él, mucho menos a su antiguo compañero de equipo.

Una persona normal tal vez, pero con capacidades de soportar mis genes, poderoso pero fácil de obtener...- había llegado al lago de la aldea de las flores, era conocido por todos al tener capacidades curativas, siendo que las sacerdotisas y monjes iban a este lugar a realizar rituales de purificación, en sí, no le llamaba la atención estar en dicho lugar, pero le traía calma, aunque sea poca, pero la había.

Los árboles y el atardecer hacían contraste al tono cristalino del agua, dando alucinación a que el lago cobraba vida, una fogata de agua formada de una ilusión óptica, sencilla pero hermosa.

Una sacerdotisa sería ideal, podría purificar la energía de mi chakra y aún así mantenerlo firme- y al fin la idea precisa, esa era la respuesta, la cosa era elegir a una, había rumores de una sacerdotisa que se encontraba en dicha aldea, muy querida y reconocida por varios, pero también tonta, se metía en líos dónde a veces era casi imposible no salir con vida, no era de extrañar que un día de estos ella no regresara, y justo ella se convirtió en su nueva presa y experimento. 

Papá en qué piensas?- la voz de una niña pequeña lo había sacado de la narración de sus recuerdos, una pequeña que se había convertido en lo que él no quería aceptar, una persona querida para él.