KiriBaku Month 2020

8 de agosto

• Mitología •
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#AU sin quirks
#Kirishima pelirojo natural
#Eijirō con 22 años y Katsuki con 18
#Dioses no existentes, inventados por mí a pito de que en la mitología griega había dioses para todo

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Términos existentes que se ocupaban en estos tiempos

*Erastés: Adulto y activo
*Erómeros: Pasivo y más joven

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En la mitología griega es común que los Dioses y maestros muestren interés en jóvenes atractivos y hermosos.

Eijirō, además de ser Dios de las buenas buenas vibras, es maestro de Bakugō Katsuki, un joven lleno de talento y orgullo, con una idea muy marcada de lo que es ser el número uno.

Sin embargo, y a pesar de llevar una relación "maestro-estudiante", todos saben y comentan acerca de ese "algo" que los hace inseparables.

Bakugō no solo es el joven guerrero más prometedor del pueblo, sino que también es reconocido por ser el fiel compañero de Kirishima, tanto en el campo de batalla como en la vida privada.

Y es algo inspirador. La manera tan intensa con la que conectan sus mirada y palabras. Sintiéndose mutuamente con cariño silencioso.

No es secreto, simplemente es discreto.

Porque así es como son, prefieren mantenerlo como algo íntimo. Algo solo de ellos.

Sin embargo, y a pesar del patrón impuesto por la sociedad, el cual lo encasillaría a él como erastés y a Bakugō como erómeros, Eijirō es alguien más bien tranquilo...

No dice que no imponga demandas hacia su pareja o subordinados, es solo que no siente que sea algo tan importante el mantener una "imágen" de activo, siendo que él no tiene problemas en cambiar y ser el erómeros de Katsuki de vez en cuando.

Es algo rotativo y le gusta de esa manera. Lo hace sentir bien, satisfecho y cómodo.

Y sabe que con Katsuki pasa exactamente lo mismo. Puesto que, de otro modo, no lo tendría tan sonriente ahora mismo.

Ambos están cansados, sin embargo, también extasiados.
Se miran fijamente y se sonríen cómplices.

Y Kirishima puede entender porque su relación con Bakugō es tan especial. Porque no importa la posición que tomen.

Y es porque el simple hecho de estar juntos, de tocar sus pieles y besar sus labios, los hace sentir dichosos y completos.

No importa la posición que usen para disfrutar de su sexualidad, pues esta siempre se sentirá maravillosa y única.

- Espero poder pasar toda la inmortalidad de la vida a tu lado, amado mío -suspiró Kirishima, tomando una de las manos del rubio y dejando un suave beso en la palma de esta

- ¿De qué estás hablando? -preguntó confundido Katsuki, permitiendo que su pareja abrazara su cuerpo sudoroso y sensible (debido a la actividad que acababan de realizar)

Eijirō sonrió ampliamente ante la mirada que su alumno puso sobre él- Zeus ha dicho que está bien, que podemos estar juntos por la eternidad -reveló

Tal vez sus vidas no coincidían, debido a la inmortalidad de Kirishima, pero Zeus les concedió que (una vez uno de ellos falleciera) ambos morirían al mismo tiempo, manteniendo transformandos sus cuerpos en un árbol, dejando así ambas almas unidas por la eternidad.

Algo valioso que Katsuki creyó imposible de ser concedido.
Pero bueno, hablamos del Dios de las buenas vibras. Algo debió hacer.

- Te amo -susurró Eijirō

Y Katsuki correspondió. No verbalmente, sin embargo, su mirada y sonrisa resplandeciente eran la prueba suficiente de su amor eterno por el pelirojo.