3. Bon Jour

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Capítulo 3. Bon jour

Este en el final, mi único amigo, el fin de nuestros elaborados planes.

El fin, de todo lo que existe, el fin.

The End - The Doors.

Me quedo de piedra por lo que parece horas, viéndolo hablar y sonreír.

¿Cómo es que está aquí? ¿Cómo puede estar caminando y hablando como si no hubiese muerto?

Estoy temblando como si tuviera frío y ya no siento mis manos. Mis dedos parecen recordar el pulso que toqué de su cuello cuando lo vi en el piso, tirado, chorreando sangre.

Esto no puede ser verdad.

Recuerdo esos ojos azules que estaban perdiendo el brillo, la maldición que me dio cuando lo dejé en el piso cuando era tiempo de irme.

Pero, no.

Lo dejé ahí, debió haber muerto. Debí haberlo comprobado, debí haber...

—¡Aquí estás! Pensé que te habías arrepentido y ya no vendrías —Ni la voz de Tarja hace que quite la mirada de Tai—. ¡Hey! ¿Qué te pasa? Estás muy blanca.

Trato de sonreírle, pero fracaso en el proceso, sacudo la cabeza para despabilarme del acontecimiento que estoy viviendo.

Le tomo del brazo para saber que sigo viva y que no es una pesadilla todo lo que estoy viendo. Regreso la mirada al lugar donde segundos antes estaba puesta y ya no lo veo, muevo la cabeza por todo el sector, pero ha desaparecido.

Respiro lentamente, mi mente está jugando suciamente conmigo.

—Estoy bien. —Aclaro la garganta—. Pensé que vi al chico con el que me fui que estaba con otra, pero he visto todo mal. —Le sonrió apenada y su rostro preocupado cambia a uno de malestar, tal vez recordando todo lo que le pasó a ella.

Me coje del brazo haciendo un gancho y me guía hacia una de las mesas que están llena de personas a las que me presenta, sonrío por cortesía y tomo asiento al filo, pero sigo pensando en el fantasma.

—¿Quieres un trago Layla? —pregunta uno de los chicos señalando una de las botellas que está sobre la mesa.

—Si por supuesto —digo tratando de pasar desapercibida aceptando el trago.

Me sirve un vaso, tomo todo el contenido de golpe para despejar la mente y concentrarme en el trabajo que aún tengo por delante. Hoy fue un pequeño paso de bebé para todo lo que me falta por averiguar.

Los amigos de Tarja hablan del grandioso bar de su hermano y de lo bien que le está yendo.

Ríen de algo que algunos de ellos dijo y alzo las comisuras de la boca para unirmeles aunque no haya escuchado lo que ha dicho.

Alguien se coloca a mi lado, creando una sombra sobre la mesa y provocando que todos alcen las cabezas y detengan la conversación que estaban teniendo.

—No paren por mí, quiero escuchar el chiste que decían. —Reconocería esa voz en donde fuera—. Es bueno saber que la están pasando bien.

Tarja sonríe triunfantemente y se para abrazar a la persona que está a mi lado. No me muevo de donde estoy, dándole la espalda para que no pueda reconocerme.

Debí salir huyendo en cuanto lo vi, por supuesto que no era un fantasma, estaba demasiado vivo comparado a como lo vi la última vez.

—¡Tai viniste!

Barracuda ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora