❈Dazai es el tipo de novio, que...❈
[¿Serías la mujer que tuviese el honor de cometer suicidio doble conmigo?]
Anime: Bungo Stray Dogs
Cover by: @froschty
Dazai es el tipo de novio Que te llevaría con Chuuya para que te enseñe artes marciales pero terminaría arrepintiendose.
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— Oi, jirafa de mierda. ¿Y está chica qué?.
Habías sido arrastrada por tu novio a un complejo de edificios de ricos con la excusa de que "conocería a su fiel esclavo eterno".
Un chico pelirrojo de tu misma estatura estaba cruzado de brazos mirándote de pies a cabeza pareciendo que te estaba juzgando.
— Oh, ¡No me tengas envidia, zanahoria! Ella es mi novia, ¡La maravillosa mujer con la que cometere suicidio doble!.— Habla emocionado Dazai mientras parecía presumirte.
Tu tenias una competencia de miradas con el pelirrojo, ninguno quería despegar la mirada y mientras tanto, tu novio reía por aquella escena.
Dos enanos compitiendo. Era lindo.
—
¿Ah?.— Habla indignado el pelirrojo mientras seguía mirándote. — ¿Y qué tiene que ver está enana con la información que me prometiste?
— ¡Te metí sobre la información!.— Tu novio rasca su nuca mientras reía.— Sé que eres una pequeña mierda molesta y que parece un chihuahua malhumorado pero, ¡Hey! Eres el mejor en artes marciales, lo cual es sorprendente ya que eres estúpido.
El pelirrojo despega su mirada de ti para acercarse enojado a tu novio, y en un movimiento rápido lo arrincona en la pared mientras sacaba una navaja y la colocaba en su garganta.
Casi sentiste tu corazón salirse d etu pecho al ver aquello. Pero decidiste no alterarte, incluso reconocias que Dazai había sido grosero.
— Di otra mierda y te cortó la garganta ahora que tengo oportunidad.— Habla molesto el pelirrojo.
Ignoraste aquello, Dazai te había dicho que no te alarmaras con su comportamiento y te dijo algo en particular: "Perro que ladra no muerde."
En cambio miraste aquel departamento, era extraordinariamente hermoso. El pelirrojo tenía un excelente gusto para decorar, caminaste hasta un mueble que contenía una variedad de vinos.
— ¡Por dios! Tienes una botella Chateau d'Yquem de 1811. — Hablaste sorprendida.
Viste como el chico soltó a tu novio mientra te miraba sorprendido, no había conocido a alguien que supiera de vinos.
Deja a tu novio detrás para caminar hasta ti con una amplia sonrisa.
— Chuuya Nakahara.— Te mira con una amplia sonrisa, tu te giraste a verlo.
— T/n, un gusto.— Le devolviste el gesto mientras sentías la mirada celosa de tu novio.— ¿Eres coleccionista de vinos? Yo apenas estoy comenzando a coleccionar, recién tengo 2. Mi novio no se digna en cooperarme en subastas de vinos.— Miraste indignada a tu novio que miraba todo totalmente celoso e indignado.
— He invertido millones. Y sobre el maldito Dazai, no esperes que te de un centavo, es una escoria.— Ambos miran de mala gana a Dazai.
— ¿Pero cuál ha sido el mal que yo hice?. — Habla indignado Dazai mientras colocaba su mano en su frente mientras fingía llorar.
— ¿A qué vinieron?.— Habla Chuuya mientras se cruza de brazos.
— Sobre eso.— Dazai se acerca dando saltitos hacia ti para abrazarte por detrás mientras recargaba su cabeza en tu hombro.— MI guapa NOVIA.— Resaltó aquellas palabras mientras te daba algunos besos en tu rostro.— Necesita defenderse y por eso, ¡La traje con el número uno en artes marciales de la Port Mafia!
Chuuya te mira sorprendida. No tenias ni idea de aquello, ni mucho menos de que aquel pelirrojo pertenecía a la Port Mafia, aunque ataste aquella información dando por hecho de que, aquel par de chicos eran amigos cuando Dazai estaba en la Port Mafia.
— ¿Y yo que gano con eso?.—Se cruza de brazos Chuuya.
— Nada, eres mi perro esclavo, sólo debes obedecer..— Un puñetazo se acerca al estómago de Dazai pero éste logro esquivarlo.
Solamente soltaste una leve risa al ver a aquel par, realmente parecían buenos amigos.
— Te compraremos una botella de vino para tu colección, ¿Aceptas?.— Hablaste tranquila obteniendo una mirada de Chuuya.
— Sólo si tú vienes a degustarlo conmigo.— Habla coquetamente Chuuya.
Al final, Dazai negocio con Chuuya sobre qué ya dejaría de dejarle bombas en su coche —Lo hacía cada año, en la fecha en que dejó la Port Mafia—.
Desde ese día comenzaste a tener sesiones de entrenamiento con el pelirrojo, claro era que supervisadas por tu novio celoso y al final del día, de entrenamiento, te recordaba en su cama que a pesar de que él no tenía habilidades en artes marciales, tenía habilidades en la cama.
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Uffff. He actualizado seguido, ¡Incluso yo estoy sorprendida!
