❝Dazai's The Type Of Boyfriend.❞

[020]

Dazai es el tipo de mejor amigo que
Justamente le molestaría serlo.

...

— ¡Hey, imbécil!

Cierto castaño recostado en su blanco futón abre sus ojos irritado ante aquella voz fémenina, su cabeza dolía a más no poder.

— Oi, imbécil. Abre los putos ojos que tu jefe me llamó molesto por tu actitud.— Hablaste molesta mientras colocabas a su costado un vaso con agua y una pastilla para la resaca.— ¿Embriagarte y a parte drogarte con hongos alucinogenos?.— Hablaste incrédula.— Ya aparte de suicida, alcoholico y drogadicto.

Una leve sonrisa se muestra en los labios del castaño que te observaba a detalle. Estabas incada al lado de él, con tus brazos cruzados, tu ceño fruncido y tus mejillas infladas. Casi podía asegurar que estabas enojada y eso le encantaba.

Te preocupabas por él.

— En mi defensa, no sabía que eran hongos alucinógenos, creí que eran hongos nornales.— Pronuncia con inocencia mientras se sentaba en el futon.

Le miraste aún enojada, pero tomaste una bocanada de aire y te relajaste. Así era él, un lío y por eso debías de estar a su lado.

— Puedes hacerte el idiota con tu jefe y tus compañeros pero no conmigo, te conozco desde los 15 y sé perfectamente que todas tus acciones son planeadas a detalle, ¿Qué querías lograr?— Confundida le miras.

La manera en la que se conocieron no era la más peculiar a decir verdad, él se acerco a ti pidiendote un suicidio doble y tu al ver un hombre desconocido lleno se vendas actuaste en defenza y rompiste su nariz.

Después de eso, incluso fuiste conocida por los compañeros de trabajo del suicida. Que alguien le rompiera la nariz era fascinante y todos te lo agradecían, incluso cierto pelirrojo enano.

Lo adorabas, lo apoyaste cuando abandono a la mafia, lo consolaste cuando lloraba por las noches por no haberpodido salvar a su único amigo y le aplaudiste cuando se unio a la agencia armada de detectives.

Estabas para él como él lo estaba para ti

Dazai te miro con una calida sonrisa y acerco su pálida mano a tu mejilla para acariciarla delicadamente.

Era verdad, sus acciones pasadas tenían una razón.

"Sabía que Kunida te llamaría para quejarse de sus acciones, y tenía asegurado que irías a verlo incluso si con ello faltabas a la universidad."

Tu presencia y atención era su objetivo. Y lo tenía.

— Tu rostro está pálido y tienes ojeras.— Inspecciona tu rostro.— Te estás desgastando en el trabajo y la escuela.

No podías mentirle, solo asentiste con la cabeza.

— No me has contestado, Dazai.

Su nombre salir de tu boca era lo mejor que podían escuchar sus oídos.

Adoraba cada parte de ti, tu ruidosa risa, tu amabilidad descarada, lo buena y mala chica que pudieses llegar a ser, tus lunares, tus ojos, todo.

Todas las noches soñaba contigo, y cuando no podía dormir era porque al cerrar sus ojos te veía y no de la manera más inocente.

Quería todo contigo. Te amaba.

— Mierda, t/n.— Chasquea la lengua mientras se rascaba su nuca irritado.

Lo miraste un tanto confusa, dispuesta a hablar abres tu boca ligeramente pero es capturado por los labios del castaño.

Siempre te preguntabas si tu amigo era tan buen besador como presumía, en efecto lo era.

Sus labios se movian con los tuyos en un asfixiante y excitante beso. Dazai había adorado tanto aquel momento y ahora que ocurría queria que fuese eterno.

Aunque sabía que no sería así, estaba por destruir su amistad con certeza. Tú tenías novio y justamente ese era el problema con los sentimientos de Dazai.

Se aleja de ti para observarte a detalle, tus mejillas rojizas y mirada sorprendida calentaba su corazón.

— Estoy listo.— Pronuncia con una sonrisa coqueta.— Puedes romperme la nariz por lo idiota que fue eso.

Estabas sin palabras hasta que sacaste tu celular para mirar la hora e hiciste una leve mueca.

— Deberías llamarle a Kunikida que llegarás tarde.— Pronunciaste mientras te quitabas tu chaqueta.

— ¿Q...Qué?

Sonreiste coquetamente mientras te colocabas sobre su regazo y enredabas tus brazos en su cuello. Dazai te miraba confuso.

— Siempre alegabas que cuando tenías sexo durabas mucho y que eras muy bueno en la cama.— Susurraste coquetamente en su oído. — ¿Por qué no me lo demuestras, Dazai Osamu?

El suicida sonrio ampliamente con aquellas palabras para luego acercarte a su rostro, incluso si tenías novio le importaba un carajo.

Si tú y él querían, ¿Por qué no? No era de los hombres más moralistas que existían.

— Lo último que deberiamos hacer es ir lento.

......
¡Me encanto como quedo esto!

Espero que les haga gustado tanto como a mí, denle estrellitas y si quieren segunda parte horny *cofcofdeliciosocofcof* diganlo en los comentarios.

¡Nos estamos leyendo!