Capitulo 7: Cambio de planes

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Tom

Poco a poco Tom fue abriendo los ojos hasta que revelaron que se encontraba en una vieja choza, estaba sucia y el techo estaba roto. Todo indicaba que tal vez fue saqueada. Tratando de levantarse se dio cuenta que las manos estaban atadas hacia una silla. Trataba de liberarse, pero el mismo sabio que no tenía la suficiente fuerza para romper las ataduras así que solo espero que le deparaba. El mismo hombre que lo amenazaba con hacha entra a la choza acompañado de otros dos hombres.

Tom solo lo mira y trata de contenerse por no temblar, pero el hombre podría verse como un vagabundo, pero parecía que no era tonto y noto el miedo en Tom. Sin saberlo Tom nunca noto que en la mano del hombre llevaba el medallón que su abuelo le obsequio.

—¡Devuélveme eso! — dijo Tom entre dientes.

—No estás en posición para pedir nada.

—No sé, que quieren, pero yo no he hecho nada.

—Lo sé, pero tus hombres sí.

—¿De que estas hablando? No se cuales hombres te refieres.

El hombre se puso furioso y saco un cuchillo y se acercó a Tom y guio el cuchillo hacia su garganta.

—¡Escúchame bien! Sabemos que la guardia oscura no es tan estúpida como para no mandar centinelas en busca de sobrevivientes.

<< ¿Guardia oscura?>>

Tom no sabía de lo que estaba hablando. Lo único que hacía era tratar de liberarse, moviendo con todas sus fuerzas la silla provocando que esta diera pequeños saltos. A lo cual al ver que no podía liberarse el hombre comenzó a reírse de él, al igual que los otros dos que lo acompañaban sabiendo que no era lo suficientemente fuerte y que estaba asustado.

Tom sintió una vergüenza en su interior y dejo de tratar de liberarse y lo único que hacía era dirigir la cabeza hacia el suelo para así tratar de cubrir su vergüenza.

—¿Terminaste? — dijo el hombre había apartado el cuchillo de su cuello sabiendo que Tom no era una amenaza.

Tom no dijo nada, ni siquiera lo miro. Aun no se sentía listo para dar la cara y, pero con esfuerzo levanto la mirada y lo miro con enojo.

—Ya que estamos con la cabeza en alto podemos empezar a hablar— El hombre guardo su cuchillo y levanto una silla que estaba tirada y se sentó frente a Tom—¿De dónde vienes?

Tom no dijo nada por unos cuantos segundos que para uno de los hombres que lo acompañaba se le hicieron eternos.

—¡Oye gusano! ¡Te hizo una pregunta! — dijo uno de los hombres que era el más delgado de los tres.

Tom pone sus ojos en él y lo mira con el mismo enojo de aquel que está sentado enfrente de él.

—Tranquilo amigo, el muchacho solo esta algo perdido.

—No soy de por aquí— dijo Tom en voz baja.

—¿No eres de aquí? ¿Entonces de dónde eres?

—Soy de...Armen. Un pueblo que está a un día y medio de aquí.

El hombre se levanta de su silla y libera a Tom.

—¿Por qué me liberas? — dice Tom mientras se soba las marcas de las manos provocadas por las ataduras.

—Tranquilo, se cuándo un hombre está mintiendo. Conforme a sus ojos el miedo que hay en ellos y la verdad de ellos. Pero permíteme presentarme soy Daand Tarer.

Daand extiende su mano para presentarse con Tom.

—Y yo soy Tom Linrich— Tom estrecha la mano de Daand.

Corona De Oro [PAUSADA]Where stories live. Discover now