La semana había pasado sin demasiadas novedades. Comer, dormir, practicar, comer, entrenar, comer, platicar con los demás jugadores, dormir. Esa se había convertido en la rutina de Aurora, tenía poco más que hacer y quería estar lista para cuando el momento de la verdad llegase, y tuviera que demostrar su talento en el juego.
Los últimos días, había pasado tiempo practicando con los demás jugadores, especialmente Anubis. Por alguna razón que su mente aún no lograba comprender, él le había dado algunas tácticas a la hora de jugar. No tenía mucho sentido, arriesgaba su gane al ayudar a alguien más, pero no parecía molestarle. Ella siempre había sido muy buena empatizando y entendiendo a las personas antes de encontrarlo a él, pero algunas cosas que el chico hacía o decía le parecían carentes de sentido.
En ese momento, diez horas antes del torneo, se encontraba sentada sobre uno de los bordes metálicos de uno de los ventanales. La vista era preciosa, como siempre, pero tenía ciertos colores y formas que le parecían aún más impresionantes, eso sólo pasaba cuando estaban a poca distancia de un planeta grande y, por lo que veía, el planeta donde jugarían sería enorme.
Después del torneo, las personas que aún permanecieran en juego serían hospedadas en ese planeta, y al día siguiente se les presentaría otra tecnología. Por eso se encontraba en esa ventana en ese momento, quería un poco de paz antes de la tormenta. Había pasado toda su vida corriendo, huyendo, escapando de cosas que poco tenían que ver con ella. Era agradable sentarse un momento y tomar un respiro.
—Hey— dijo alguien desde arriba de las escaleras. Ella conocía esa voz muy bien, volteó para encontrarse con el familiar rostro de Anubis, le sonreía con amabilidad.
—Hey— respondió ella aún sentada en el mismo lugar mientras el chico bajaba las escaleras en su dirección.
—¿Qué estás haciendo ahí mientras los demás duermen?— dijo cuando finalmente estuvo cerca de ella. Caminó el espacio restante y se sentó frente a ella, había bastante espacio en la enorme ventana.
—Bueno...— comenzó ella, para nada segura de lo que iba a decirle —no lo sé. Supongo que los nervios no me dejan dormir. Te apuesto lo que quieras a que más de uno está despierto en su cuarto en este momento, dando vueltas sobre sus camas y pensando en tirarse por esta misma ventana.
Anubis sonrió un poco más y bajó la mirada. Desde que habían llegado, se había soltado muchísimo más y no solamente con ella, en general. Ahora, incluso bromeaba en ocasiones con Erik o Ren, o molestaba a Savannah.
—Bueno, creo que aunque quisieran no podrían— respondió él, mirando los laterales de la ventana —esto se ve muy bien sellado, no creo que alguien lograse romperlo. No creo que quieran que nos suicidemos.
La chica sonrió en respuesta y agachó la cabeza un poco antes de responder.
—¿Crees que alguien lo haya intentado?
—¿Qué? ¿Suicidarse?
—Sí
—Bueno, antes de venir aquí podría haberte dicho que no, que ser Jugador es el sueño de todos y no tendría sentido, pero la presión es bastante. Creo que si alguien no la logra soportar, podría haber pasado.
'La presión es bastante' no tenía idea. Desde que la habían arrastrado a un interrogatorio en medio de la noche, ya no confiaba igual que antes. Se levantaba con el más mínimo ruido, y estaba comenzando a ponerse nerviosa con situaciones que jamás la habrían puesto nerviosa antes. Ahora, dudaba hasta de su sombra, y odiaba eso.
Debió haberse callada demasiado mientras decía eso, porque Anubis volvió a hablar con el rostro dirigido a la ventana.
—Es increíble, ¿no?— comenzó a hablar sin voltear el rostro hacia la chica —somos tan pequeños e insignificantes en la inmensidad del espacio, y aún así, creemos tener control sobre el mundo que nos rodea. La verdad es que lo único que podemos controlar es a nosotros mismos, y eso, en el mejor de los casos— volvió su rostro hacia la chica —eso debería ser suficiente.
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Infinity
Science FictionFuturo del 2160. La raza humana ha sido contactada, y ahora forma parte de una de las cientos de razas de la Alianza Intergaláctica F.A.L.L. Cada diez años, se celebra un torneo del juego más famoso del universo entero, 'Infinity'. Trece afortunados...