1. El comienzo

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Todo empezó como un destello blanco en un fondo negro, como si una estrella de otra galaxia hubiese impactado directamente en la tierra. Lo primero que vi fue a una mujer de unos cuarenta años con una bata blanca . Tenía una especie de tabla de plástico con folios pegados en los que escribía con un bolígrafo azul. Levantó la vista y me miró con una mirada severa y angustiosa. Me observó y se fue. Entró un hombre con un traje negro y gafas.

-Te vamos a trasladar

 Yo no lo entendí ¿dónde estaba?. El extraño se fue. Escuché como la llave giraba y le dijo a alguien sedadla.

Escuché una voz en mi cabeza que me gritaba HUYE creyendo que era mi instinto me incorporé y me quité la vía que me conectaba a un suero color amarillo. No tenía nada, ni una sola herida. Era una habitación de hospital con su olor característico a instrumentos esterilizados. Era bastante moderna con las paredes color marrón con dos puertas, una al pasillo del hospital y otra a un cuarto de baño con bañera, ducha, un váter y un lavabo.

Al fondo había un enorme cristal con cortinas.

Me acerqué al cristal  y miré la altura

- Es una octava planta por lo menos- dije aterrada -

- SALTA -me susurraba una voz en mi cabeza-

- ¡Es un cristal no se puede romper tan fácilmente!

- YO LO ROMPO, TÚ SALTA. CONFÍA EN MI

- ¿Qué eres? -dije asustada-

-NO HAY TIEMPO PARA EXPLICACIONES

Entonces vi como el cristal se rompía en mil trozos. Empecé a ver todo a cámara lenta como me tiraba, como caía y como me dejaba llevar en el aire y cerraba los ojos. Al abrirlos estaba tirada en mitad de la acera, en la puerta de un hospital. Empecé a escuchar sonidos de sirenas de coches de policía que me taladraban la cabeza y decidí correr.

Era una noche fría, yo iba descalza con un pijama de hospital, corriendo, sin fuerza, sin ganas. Me metí en un callejón donde había un contenedor de basura, busqué ropa solo encontré un chaquetón y una gorra.

Seguí corriendo unos pocos metros hasta que algo me dijo

-PARA

Paré y vi un supermercado

-ENTRA

Las puertas se abrieron de golpe. Yo nunca antes había robado que yo supiera pero tragué saliva y entré corriendo. Cogí lo primero que encontré para pasar desapercibida: unos pantalones, una sudadera, un chaquetón y unos zapatos de deporte.

Salí corriendo hasta que no pude más y me acurruqué en una esquina de un callejón.

Me despertó un ruido como una alarma me levanté rápidamente y vi cinco camiones de SWATS y dos helicópteros.

- Erin, entrégate -decía alguien por un megáfono-

-TE LLAMAS ERIN Y TIENES UN PODER SOBRENATURA, YO SOY UNA ENTIDAD A LA QUE ESTÁS UNIDA. HAZ LO QUE DEBES. YA TE EXPLICARÉ TODO A SU DEBIDO TIEMPO.

Entonces dejé de pensar y algo de mí despertó. No era consciente de lo que hacía, yo ya no tomaba las decisiones, solo podía quedarme a ver como morían uno por uno todos los policías y como se escapaban los dos helicópteros. Yo no era yo, era otra persona con el instinto de un depredador. Yo no quería que muriese nadie pero algo o alguien en mí estaba disfrutando.

This is my demonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora